Hispania Nostra pide un pacto de Estado por el Patrimonio: «Es muy necesario y urgente»

Su presidenta desde 2012, Araceli Pereda, recibe a ABC en la sede de la asociación situada en la madrileña calle Manuel, a dos pasos del Palacio de Liria. Le acompaña Víctor Antona, portavoz del Comité Científico que estudia y verifica las solicitudes de particulares y asociaciones para incluir monumentos en la Lista Roja. Desde la creación en 2007 de este registro, un total de 184 bienes han salido de la zona de peligro y han logrado pasar a la más esperanzadora Lista Verde. En el caso de la Casa Palacio de los Ribera en Bornos , la restauración de la logia y del jardín ha sido incluso distinguida con un premio Hispania Nostra a las buenas prácticas.

Sin embargo, la alarmante Lista Roja no deja de engordar. El año pasado, tras el parón que originó la pandemia, se subieron unos 200 elementos más hasta sumar más de un millar, mientras que solo unos 30 abandonaron la lista. «Calculamos que el 20% de los elementos de la Lista Roja pasan a la Verde», indica Antona.

Los que llevan más tiempo inscritos suelen ser los que poco a poco van engrosando la relación de los restaurados, aunque algunos, como el palacio de la Torre en Celles (Asturias), el castillo de Giribaile (Jaén) o la ermita de San Miguel de Abós (Aragón), entre otros, llevan quince años a la espera de una intervención. «Hay que tener paciencia con el patrimonio», remarcan estos primeros espada de Hispania Nostra, conscientes de que España ocupa el tercer lugar junto con Francia con más sitios inscritos en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco (49), por detrás de Italia y China, y es el que más bienes tiene en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial (18).

Desde la entrada en vigor de la Ley de Patrimonio de 1985 se han declarado más de 15.000 bienes de interés cultural y la visión actual del patrimonio, mucho más global, multiplica el número de elementos en riesgo. Dados los limitados recursos con los que siempre se cuenta, la labor de salvaguarda se antoja casi misión imposible. «Hay que entender que si no se puede restaurar hoy, se hará dentro de cinco, diez o veinte años. Lo importante es que hasta que llegue ese momento no desaparezca, porque la pérdida no tiene remedio», explica Antona.

Aún con todo, Araceli Pereda afirma que «indudablemente el patrimonio está mucho mejor que antes» porque ahora «hay más recursos» y sobre todo «ha mejorado muchísimo el interés de la sociedad». Las nuevas tecnologías están ayudando a difundir información y el mayor conocimiento repercute en un mayor respeto por el legado histórico recibido. Pero todavía queda mucho camino por recorrer. La presidenta de Hispania Nostra ve con buenos ojos que se esté trabajando en el Consejo de Ministros en una nueva Ley de Patrimonio porque «España ha suscrito convenios (el del paisaje, el del patrimonio subacuático...) y normas internacionales que no tienen un reflejo todavía legal« en la legislación española. »Creo que el Ministerio de Cultura y las comunidades autónomas deben llegar a un acuerdo porque es necesaria una nueva ley o, por lo menos, una adaptación de la ley existente que incorpore todas esas nuevas categorías de patrimonio que han surgido desde 1985 hasta hoy«, explica.

Pero Pereda va más allá y sostiene además que «haría falta un Pacto de Estado por el Patrimonio», que es «de todos». No solo español, sino también «europeo y mundial» y «nuestra responsabilidad no es solo con nosotros y nuestro entorno, es mundial», remarca. A su juicio, «un plan nacional o un pacto por el patrimonio sería muy, muy necesario y urgente, porque con cada elemento que desaparece es como si perdiéramos una página de un libro de nuestra Historia. Es necesario poner sobre la mesa los problemas y buscar soluciones conjuntamente, por encima y dejando fuera el debate político».

Antona secunda sus palabras. La restauración del patrimonio requiere tiempo y trasciende en muchas ocasiones más de una legislatura. «Vendría muy bien estar fuera del debate político y no utilizar el patrimonio como arma arrojadiza, como a veces ocurre», señala este especialista. Es un legado que «explica cómo somos, de dónde venimos, y ha de ser conservado en su conjunto, sin renuncias a nada, ni a una pequeña ermita, a un castillo, una torre o un casco histórico», añade.

Sin embargo, la defensa del patrimonio «está muy atrás» en la lista de prioridades de las administraciones públicas, a juicio de los responsables de Hispania Nostra. Y actos vandálicos como que han sufrido recientemente las pinturas prehistóricas de Las Sacerdotisas de Jaén revelan que aún existen graves carencias en educación.

«Nos preocupa mucho ese tema», admite Pereda, consciente de que «no se le da valor a lo que no se conoce». La asociación ha puesto en marcha diversas iniciativas educativas, como un debate sobre el vandalismo que actualmente prepara con jóvenes en Alcalá la Real, unas jornadas para formación y sensibilización del profesorado llevadas a cabo en verano con la Fundación San Miguel de la Cogolla y la Fundación SM, o la dedicación de alguna de las conferencias que se imparten cada martes en el programa virtual 'Hispania Nostra contigo en casa'.

Creen que el trato a las Humanidades en la última reforma educativa no rema precisamente a favor de esta educación en el valor del patrimonio. «Hay una visión quizá mercantilista de la Educación: no se educa para lo que no es rentable económicamente, pero no se dan cuenta de que las Humanidades no solamente son fundamentales, sino que también son rentables «, defiende la presidenta de Hispania Nostra, convencida de que »el patrimonio es un vector de desarrollo social y económico«.

Lo han podido comprobar con las campañas de micromecenazgo que han llegado a buen puerto, como las emprendidas en las localidades burgalesas de Quintanilla de Riofresno y Valdocondes para recuperar los retablos de sus iglesias, la que ha salvado el templo de San Lorenzo Mártir de Fuenteodra (Burgos) o el artesonado mudéjar de Valcabado (León) y la más reciente culminada con éxito en la 'catedral del Páramo' de Villamorón , también en Burgos. «Muchos de los proyectos se han realizado en pueblos casi abandonados, con un solo habitante o muy pocos, y han puesto a esas localidades en el mapa , generándose un cierto movimiento económico y social de retorno», afirma Pereda.

Castilla y León ha sido la comunidad autónoma en la que más campañas de micromecenazgo se han iniciado y también la que más bienes tiene inscritos en la Lista Roja. Desde Hispania Nostra sostienen, sin embargo, que este registro no es una radiografía del estado del patrimonio, sino de la participación de la sociedad. «En Castilla y León, por las razones que sean, hay más asociaciones, que se mueven más, denuncian más o confían más en Hispania Nostra y por eso tienen más elementos subidos», comenta Antona.

En el extremo opuesto se encuentran las Islas Baleares, con solo dos bienes en esa Lista Roja donde figuran bienes en peligro de todas las comunidades autónomas. «Son todos los que están, aunque no están todos los que son», asegura la presidenta de Hispania Nostra. La inclusión en esta triste liste implica abochornar al propietario del bien, ya sea un particular, una institución o una administración pública. Pereda explica que «lógicamente a nadie la gusta, pero en general se entiende». Incluso ha habido alcaldes que se lo han agradecido porque así podían pedir presupuesto para intervenir.

Agrupados en patrimonio arqueológico, religioso, civil, militar y material, hay bienes de todo tipo. En este mes de enero se ha añadido la iglesia y el pueblo de San Esteve de Caulés (Cataluña), el chalé del indiano José Rodríguez-Maribona (Asturias) y el baritel de la mina La Bilbilitana (Aragón). « Los que más nos preocupan son los que están en esa España despoblada , porque consideramos que son los que acabarán teniendo más problemas», explica el portavoz del Comité Científico. Si los pocos vecinos que quedan en esos municipios desaparecen, su iglesia o las ruinas de su castillo se acabarán cayendo inexorablemente. Actuar en la recuperación de su patrimonio puede contribuir, en cambio, a revitalizar el lugar.

Con este objetivo de despertar el interés por volver a los pueblos, la asociación defiende la declaración del toque manual de campanas como Patrimonio de la Humanidad. «Puede contribuir a atraer gente de vuelta a lo que era el whatsapp de la Edad Media», al tiempo que ayuda a la conservación de espadañas y campanas, dice Pereda.

Ideas no faltan en Hispania Nostra. También trabajan en que se señalice mejor el patrimonio natural , material e inmaterial en las vías de comunicación. «Hay países que lo han resuelto bien, como Francia, y otros que no lo han resuelto, como Italia y España. El mes que viene haremos una propuesta a los ministerios respectivos», anuncia la presidenta de la asociación. Otro de los proyectos que tienen en mente es que la Lotería Nacional dedique un día al patrimonio , como ya existe en países anglosajones. Esta Lotería Nacional del Patrimonio Español podría financiar un Fondo Nacional para la Restauración del Patrimonio . «Más difícil fue en su momento lo del 1% cultural y sin embargo, llegó«, opina Pereda, convencida de que con la lotería y el fondo para la restauración se publicitaría la importancia que la sociedad española da al patrimonio y tendría un efecto educador.