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La falta de respuesta en Alicante socava la autoridad de Puig

Los críticos mantienen su órdago, y el PSPV es incapaz de ofrecer una respuesta disciplinaria

D. MARTÍNEZ - Actualizado: Guardado en: Actualidad

La crisis del socialismo alicantino, tras el golpe de mando de cinco concejales críticos con la ejecutiva local para cambiar al portavoz del grupo, ha vuelto a dejar en evidencia el escaso control de Blanquerías sobre el día a día del PSPV. Veinticuatro horas después del órdago de los cinco ediles «rebeldes» en el Ayuntamiento de Alicante –que firmaron el relevo de Miguel Ull por María José Adsuar como portavoz–, el aparato del partido era incapaz de frenar la maniobra o replicar con una actuación contundente en el plano orgánico.

Las negociaciones y contactos entre las distintas partes se sucedieron a lo largo de toda la jornada, antes de celebrar la segunda reunión de la dirección local que preside Gabriel Echávarri –afín a Ximo Puig– en dos días, con el objetivo inicial de abrir expediente de expulsión y solicitar la suspensión de militancia de los críticos. Sin embargo, como ya había sucedido el miércoles, la tentativa se quedó a medias.

Salvar a Martín

Al final de la jornada, el órdago seguía planteado, Adsuar seguía siendo la nueva portavoz del grupo socialista –al menos, de momento–, y los cinco concejales «rebeldes» seguían estando amenazados de expulsión, pero sin medidas concretas.

Principalmente porque la dirección provincial del PSOE de Alicante, que lidera el pajinista David Cerdán, intenta salvar de la quema a la que fuera candidata a la Alcaldía –posteriormente relevada como portavoz tras la asamblea local que ganó Echávarri–, Elena Martín. No en vano, Martín, que fue secretaria de Organización del PSPV en la etapa de Jorge Alarte, es una mujer de confianza de la exministra Leire Pajín, quien a pesar de haberse desvinculado del devenir del socialismo valenciano, sigue con atención los acontecimientos, según las fuentes consultadas.

De la amenaza de expulsión a los cinco ediles si no daban marcha atrás –que dejaría al grupo socialista con solo tres miembros, frente a cinco no adscritos–, se pasó a media mañana a una oferta de término medio: si Martín y su hombre de confianza, Gabriel Moreno –que se enfrentó e Echávarri en la asamblea de 2012–, abandonaban la rebelión, solo se abriría expediente a Adsuar y a su nuevo portavoz adjunto, Alejandro Parodi.

En sus trece

De esta forma, el grupo socialista mantendría seis miembros, Blanquerías lograría una cierta imagen de autoridad, y se salvaba a Martín y Moreno, afines a la exministra de Sanidad. Sin embargo, la oferta, articulada a través de Cerdán, no surtió efecto.

Minutos antes de la ejecutiva, convocada para las ocho y media, los ediles críticos se mantenían en sus trece e informaban al partido de que no iban a retirar el escrito para apartar a Miguel Ull de la portavocía. La reunión –a la que asistió Ull– se prolongó por espacio de varias horas, y seguía al cierre de esta edición.

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