Casa Real

Doña Leonor y Doña Sofía, formales y alegres en la proclamación de Felipe VI

La Princesa de Asturias y la Infanta han hecho gala de un comportamiento ejemplar, acompañadas y vigiladas por sus padres

Doña Leonor y Doña Sofía, formales y alegres en la proclamación de Felipe VI - Efe
i. miranda - Madrid - Actualizado: Guardado en: Casa Real

La heredera más joven de Europa iba con la lección bien aprendida. Seria, discreta, atenta y obediente a las indicaciones de sus padres. Pese a tener tan solo ocho años, la Princesa de Asturias hacía gala durante toda la proclamación de Felipe VI de un comportamiento ejemplar durante su primer acto oficial como heredera. [En imágenes: Doña Leonor y Soña Sofía, el futuro de la monarquía española]

Ha sido una cuestión de detalles. Más allá de la compostura mantenida durante el discurso del Rey en las Cortes, sentada con las piernas rectas y sus pies sin llegar al suelo. Porque ya antes de entrar al acto de proclamación, demostraba el dominio del protocolo: cuando el Rey, la Reina, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía concurrían por unos segundos ante la puerta del Congreso de los Diputados, tras el Himno y preparados para una foto, Doña Leonor quedaba al lado de Doña Letizia. Pero al darse cuenta de que se trataba de un posado, rápidamente Doña Leonor se cambiaba para quedar al lado de su padre, tal como el protocolo exige.

Pero tampoco ha dejado de ser niña. Se veía en su cara de asombro al asistir al desfile militar. O comentando de vez en cuando algún detalle con su hermana la Infanta Sofía. O en la sonrisa sin tapujos al ser mencionada por Felipe VI durante su discurso. O cuando se distraía momentáneamente admirando el techo del Congreso. Los detalles, también para ella, estaban en todas partes.

Su hermana, la Infanta Sofía, un año menor y con el mismo vestido pero en color azul pastel, también ha hecho gala de un comportamiento inusual para una niña de siete años. Responsable, intentando aplicar todo lo que le han enseñado, siguiendo las instrucciones —en especial de Doña Letizia, quien ha estado pendiente en todo momento de las dos menores, quien las cogía de la mano y quien las acompañaba hasta el coche y las recogía—.

Pero la Infanta también compartía los momentos con su hermana mayor. Estaba más inquieta, más sonriente, llegaba incluso a provocar alguna mirada reprobatoria de la Reina o recibía, durante el discurso de Felipe VI, un pequeño golpe en el brazo de la Princesa de Asturias para indicarle que cuando el Rey habla, no se aplaude. Los momentos propios de una niña.

Una plataforma para asomarse al balcón

Aunque ambas han recibido muestras de cariño por parte de sus padres, quizá uno de los momentos donde más atención hayan recibido haya sido durante el primer besamanos, cuando Doña Letizia se ha encargado de presentarles a cada uno de los presentes. En este momento, tanto la Princesa de Asturias como la Infanta se han comportado con cordialidad, aunque la heredera se ha mostrado más desenvuelta.

Al final, de lo que no cabe duda es de que han sorprendido: por su dominio del protocolo, por su buen comportamiento pese a su corta edad. Tan corta, de hecho, que ha regalado anécdotas —como que, para poder asomarse al balcón del Palacio Real hayan tenido que subirse a dos pequeñas plataformas—. Ya quizá el único misterio que quede es qué se dijeron Doña Leonor y Doña Sofía cuando se quedaron a solas en el coche. Pero eso ya son secretos de hermanas.

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