David Bisbal: «Si piensas todo el día en ser el nº 1, sufres muchísimo»

Pocos lugares son tan míticos como el Royal Albert Hall.

Tenía referencias de su historia, de su acústica, de ese techo maravilloso que da un sonido tan especial. De mi «trilogía de teatros», como yo la llamo (también actuó en el Carnegie Hall), fue la ocasión en la que pasé más nervios, pero fue una experiencia muy especial: se citaron clubes de fans de toda Europa y América, vinieron medios de comunicación de todo el mundo, conté con invitados como Luis Fonsi, Pastora Soler, o mis compañeras de «La Voz», Malú y Rosario… Todo parecía indicar que sería una buena idea editarla y compartirla con el público.

Publicándola a través de vente-privee.com, con un precio de siete euros nada más.

Es el sistema de venta online más importante de Europa, y a mí me interesó porque no es una compra digital, sino que el CD te llega a casa. Es un sistema que se amolda a los tiempos que corren, rápida y económica. Todos los formatos ayudan, pero hay que probar cosas como esta porque los tiros irán por ahí en el futuro.

Y en nada, otra vez para Norteamérica. ¿Llegará bien de fuerzas?

Sí, estoy retomando el deporte, una cosa que últimamente he dejado de lado por lo apretada que tenía la agenda. Cuando no tienes tiempo para estar bien por dentro, no rindes igual. Esta va a ser una gira muy dura, y tengo que estar preparado. Lo positivo es que es el fin de gira, y creo que voy a quedar muy satisfecho. Ha sido un gran aprendizaje que me servirá para mi regreso al pop.

Europa, América… ¿Cuándo irá a por Asia?

(Risas) La industria musical no está en el mejor momento. Yo pertenezco a Universal Music, y tengo apoyo en España, Latinoamérica, Estados Unidos, pero no en todos los países de Europa. Y yo no quiero quedarme de brazos cruzados. He ido a varios países por mis propios medios sin preguntar a mi discográfica. No he esperado a que me den la oportunidad, sino que la he buscado presionando a mi compañía. Y al final ha resultado, porque después han querido unirse a varios proyectos, como este de vente-privee.

¿Alguna vez piensa dónde estarán sus límites? ¿Es fácil controlar el ego teniendo éxito?

No pienso en ello. Este concepto acústico, por ejemplo, sólo lo veo como un paréntesis. Comencé muy latino, muy tropical, luego di un paso natural hacia el pop con «Premonición», que fue menos comercial pero más divertido. Ahora, sólo trataré de cumplir el siguiente sueño. En cuanto al ego, es algo que depende de cada persona: yo sé que la dificultad de mantener una carrera es máxima. Hay que trabajar duro sí o sí, por la competitividad que hay y por la situación económica.

«La Voz» suena fuerte.

Era un formato muy deteriorado, pero este es un programa real, por primera vez con música en directo. Lo que ha enganchado es que no es monótono, ha atraído mucho la estructura en diferentes fases. El rating lo demuestra. Yo, a lo que voy allí es a ayudar.

¿Su familia está orgullosa de que siga con los pies en la tierra?

Ellos comprenden que ahora no tengo ni un momento para relajarme. Siempre hay proyectos, eventos, pero están contentos y no han tenido que darme ningún toque de atención. Me he concentrado mucho en no olvidarme de que esto es una bendición, pero también de que es muy difícil mantenerlo, mejorarlo y digerirlo. Al principio me costó mucho trabajo digerir todo esto, tengo que ser sincero. Pero poco a poco me he ido acostumbrando . La gente no me pide sólo que esté preparado en lo musical. Me pide que esté preparado en todo. No puedo cometer un error con nada. Cosa que también me gusta, ojo. La presión me hace mejorar día a día. No me obsesiono con los premios, por ejemplo, porque te amargas. Si piensas todo el día en ser el número uno, sufres muchísimo .