Tres capítulos violentos de xenofobia que estremecieron Europa en 2011

La canciller alemana, Angela Merkel , pidió en febrero perdón por los crímenes neonazis comentidos en la primera década de 2000. «Pido perdón a los familiares de las víctimas, de los que se sospechó por error –dijo–. Los atentados son una vergüenza para Alemania».

Nueve inmigrantes turcos y un policía fueron asesinados en diversas ciudades alemanas. Se cometieron también numerosos atracos y dos atentados con bombas. No se supo que había una célula neonazi detrás de los ataques hasta el pasado noviembre. Dos de los tres principales sospechosos están muertos: Uwe Uwe Mundlos, de 38 años, y Uwe Bohnhardt, de 34. Su cómplice, Beate Zschape, se entregó a la policía.

Anders Breivik , un esquizofrénico con ideas neonazis, asesinó a 69 jóvenes en un campamento juvenil en Utoya , donde estaban reunidos jóvenes del Partido Laborista de Noruega . Antes había colocado una bomba en Oslo, donde murieron ocho personas.

La justicia ha acusado a Breivik de cometer un «acto de terrorismo y homicidios voluntarios». Se encuentra en detención provisional a la espera del inicio del proceso en su contra, previsto para el 16 de abril.

Un hombre de unos 50 años, vinculado a movimientos de extrema derecha, asesinó a dos inmigrantes senegaleses en un céntrico mercado de San Lorenzo, en Florencia , e hirió a otros tres. El homicida iba armado con una Magnum 357 y llegó a la plaza Dalmacia a bordo de un coche blanco, del que se bajó para disparar.

El atentado racista ocurrió pocos días después de que unas bandas atacaran con petardos y bombas molotov un campo de gitanos de los suburbios pobres de Turín (norte) por la «presunta» violación de una chica italiana de 16 años. La chica confesó que se había inventado la violación para justificar su primera relación sexual ante la familia, pero la banda arrasó con el campo e incendió remolques, colchones y trajes despojando de todo haber a los gitanos.