Cómo ha cambiado Washington a Barack Obama

Tras su último discurso del Estado de la Unión , Barack Obama ya piensa en su reelección. Momento de hacer balance: la revista «The New Yorker» ha publicado un extenso reportaje que, a partir de cientos de documentos internos de la Casa Blanca, radiografía un mandato que intentó, sin éxito, el entendimiento entre republicanos y demócratas en el Congreso.

Un documento escrito en 2008 por Larry Summers, entonces su principal consejero economómico, advertía: «Si sacas adelante todas tus promesas electorales, el déficit público aumentará en 100 millones de dólares al año. La consecuencia sería el mayor crecimiento de la deuda desde la Segunda Guerra Mundial».

La Casa Blanca admitió que impulsar la economía con un estímulo sería beneficioso, pero tenían temor al veto republicano en el Congreso. Además, inyectar un billón de dólares asustaría a los mercados. Larry Summers le propone a Obama paquetes de estímulo por valor de 550.000 millones, 665.000, 810.000 y 890.000. Finalmente se optó por firmar un plan de 787.000 millones .

Un informe del equipo economómico de Obama enviado a finales de 2009 ayudó a convencer al presidente de la necesidad de frenar el gasto público. Fue en este momento cuando Obama renunció a su compromiso de realizar un «presupuesto honesto».

Dos meses después de la aprobación de la reforma sanitaria , en mayo de 2010, Obama renunció a nuevos planes de estímulo e inició un giro político dirigido a recortar el volumen del gobierno con la vista puesta en las elecciones legislativas. Sin embargo, a principios de 2011, propuso un nuevo plan de fomento del empleo.

Obama pretendía fijar unos impuestos del 5% para aquellos que ingresaran más de 250.000 dólares al año con la idea de generar beneficios para la administración por valor de 11.000 millones de dólares. Finalmente, la idea fue rechazada para mantenerse fiel a la promesa que hizo durante la campaña de no subir los impuestos.

La secretaria de Estado rechazó el presupuesto de 2011 elaborado por la Casa Blanca para su Departamento. Señaló, en una nota enviada a Obama, que estaba «profundamente preocupada» por el volumen de recortes. El presidente luchó por conseguir un dinero adicional para el Departamento de Estado. «No vamos a tener la capacidad de respaldar los programas la estrategia en Afganistán , la transición en Irak , ni ofrecer una asistencia fundamental para nuestra estrategia en Pakistán », añadía.

«Pfeiffer (portavoz del exjefe de gabinete Rahm Emanuel) piensa que podría ser fácilmente caricaturizado por la prensa de derechas», escribió el secretario de Obama, una nota autorizada por el presidente. La propuesta, realizada por la Oficina de Administración y Presupuesto y el asesor en cuestiones de salud consistía en pagar a los empleados federales por participar en un programa piloto de tratamiento a los pacientes. «Volveremos a ello en los próximos años, cuando la presión política sobre el sistema sanitario y la economía se reduzca», escribió Obama.

En 2008 prometió un «programa espacial audaz». La presión presupuestaria en 2009 le hizo renunciar a sus planes. Una nota de la Casa Blanca señalaba: «A la luz de nuestro nuevo contexto fiscal, no es posible alcanzar las metas que habíamos propuesto durante la campaña».