Miss Galicia 2000: «Me han arrebatado a mi hijo»

Tras estudiar su caso, la Comisión de Tutela del Menor de la Comunidad de Madrid resolvió que la madre debía estar con su hijo y, para 2013, dio carpetazo al asunto . Entonces la gallega decidió poner tierra de por medio: se reencontró con su primer amor y se marchó a vivir a Estados Unidos . Pero mientras ella intentaba rehacer su vida, su madre presentó ante el Juzgado de Primera Instancia número 27 de Madrid un escrito de oposición al fallo dictado.

En consecuencia, en marzo de este año se revocó la resolución de la Comunidad de Madrid y se devolvió la custodia a la Administración. El motivo fue la « falta de colaboración » de la modelo: había sido citada para entrevistarse con un equipo psicosocial y no se personó. Calazza, dice, tenía buenas razones para no comparecer: estaba embarazada de su segundo hijo – un embarazo «de alto riesgo», tal y como acreditaron sus abogados – y no podía coger un vuelo de larga duración. Pese a todo, un juez decidió «arrebatarle» a su hijo –«a eso no se le puede llamar quitar», precisa la modelo–.

Según Enrique Vila , abogado de Aprodeme (Asociación para la Defensa del Menor), aquello fue «una irregularidad total». Y se explica: « El juez se extralimitó . Nadie ha dicho que María sea una mala madre; lo único que se le puede achacar es que no pudo acudir a ese examen». Con él coincide Isabel García Luque , presidenta de Adeni –la Asociación de los Derechos de los Niños–: «El magistrado decidió enviar a Thiago a un centro de menores sin tomar en consideración el estado y la situación actual del niño; tenía que haber pedido información al respecto y no lo hizo».

Los hechos se remontan al pasado mes de mayo cuando la modelo, que había regresado a Madrid por motivos personales y profesionales, acudió a comisaría para denunciar la pérdida de una cartera. «Me dijeron que tenía un dispositivo de búsqueda de domicilio y me tuvieron danzando por dependencias policiales hasta las cuatro de la mañana». La última, según cuenta, fue el Grume (Grupo de Menores de la Policía Nacional), donde una funcionaria le indicó «a gritos y entre amenazas» que Thiago se tenía que quedar allí. « Aquello fue una retención ilegal », constata García Luque.

En ese momento el pequeño se echó a llorar y sufrió una crisis de ansiedad. No quería separarse de su madre. En otras palabras: no se cumplió la Ley Orgánica 8/2015 que, en su artículo 9, establece el derecho del menor a ser «oído y escuchado» , tanto en el ámbito familiar como en cualquier procedimiento administrativo, judicial o de mediación que le afecte.

Por si esto fuera poco, Thiago ha ido «rulando» por centros de acogida . Su madre puso múltiples reclamaciones al primero de ellos, situado en el madrileño barrio de Hortaleza, debido al deterioro de sus instalaciones, las condiciones «ínfimas» y los malos tratos que sufría el pequeño. Ahora, en la nueva residencia, apenas se le permite visitarlo una hora por semana. « Estoy muy agradecida a las personas que trabajan allí. Todo el mundo ve lo unidos que estamos; el momento de despedirnos es siempre un drama », relata. Y confirma que al principio optó por «maquillar» la realidad a su primogénito para protegerlo. «Hice como en 'La vida es bella', le conté que estaba en un campamento de verano, pero ya nada de eso funciona: es muy inteligente y se da cuenta de las cosas».

El presidente Aprodeme, Francisco Cárdenas , asegura que el de la modelo no es un caso aislado. «María es solo una de las tantísimas familias que acuden a nosotros desesperadas», cuenta. De hecho, su asociación va a realizar una denuncia colectiva ante la Fiscalía General del Estado y el Parlamento Europeo al considerar que el sistema de protección del menor en España « no funciona bien ».

« Es un medio viciado y 'kafkiano' en el que, con la excusa de la protección de los niños, se rompe sistemáticamente con las familias, separando a los menores de las mismas, en la mayoría de casos de forma abusiva y brutal», reza el escrito. Y continúa achacando muchas «resoluciones injustas» al excesivo poder de los técnicos de los servicios sociales, que hacen informes periciales sin apenas ver al menor ni a los padres.

Además, Cárdenas critica que esta problemática pase inadvertida ante la opinión pública . «Llevamos ya muchas elecciones en este país y todavía estoy esperando un programa electoral o un mitin en el que se hable de los menores. Es un tema que no está en la agenda», afirma contundente. Para la presidenta de Adeni, el problema de fondo está en «la falta de eco por parte de los medios de comunicación , la escasa formación en infancia y el miedo que, aún hoy, existe hacia los jueces».

Según Miguel Rodríguez , presidente de la Asociación Custodia Paterna , Madrid es –junto con Andalucía y Cataluña– la comunidad en la que más abusos se cometen. «Lo peor es que muchos padres no tienen ni la formación ni los recursos que posee María para pleitear en igualdad de condiciones», sostiene. Y procede a explicar una teoría que, en su opinión, encaja «como ficha en un puzle» para entender estos supuestos abusos. «El dinero de Menores se reparte desde el Gobierno central en función del número de niños declarados en desamparo en cada comunidad. Entonces, blanco y en botella: cuantos más niños se quitan a las familias, más dinero me llega», denuncia el presidente de Custodia Paterna, e insiste en que esa es la razón por la que muchos procesos se dilatan en el tiempo .

La modelo también defiende esa teoría, pero no quiere echar más leña al fuego. «Es doloroso que mis propios padres hayan dado lugar a esto, pero me consta que están arrepentidos . En ese caso, que retiren las denuncias y hagan un escrito en la Comunidad de Madrid y otro en los juzgados», declara. Y piensa en voz alta: «Ojalá rectifiquen y conviertan en bueno todo lo malo que han hecho».

Una hora a la semana le basta a Calazza para comprobar que Thiago ya no es el mismo. « Lo veo cada vez más deteriorado. Tiene la mirada baja y está apagado pero, ¿cómo no va a estarlo? » La situación también le está pasando factura a su hijo menor, Tristán , que apenas cuenta con un año y medio. «Muchas veces lo encuentro en la puerta de casa esperando a que aparezca su hermano y, al ver que eso no sucede, se coge unas pataletas terribles», asegura la modelo. Y concluye: «Después del shock traumático viene el shock postraumático. Que alguien me diga cómo se van a recuperar mis hijos de todo esto …»

* Aquí puedes firmar la petición que María Calazza ha lanzado a través de Change.org.