«La lucha contra mis padres por la custodia de mi hijo ha sido dura»

—Dura batalla. ¿Cómo se siente tras este enfrentamiento contra sus propios padres por la custodia de su hijo?

—La lucha ha sido muy dura, pero la Comunidad de Madrid me ha dado la custodia. Sé que la batalla no termina aquí.

—¿Cómo llegan a esta situación?

—Todo empieza desde que era pequeña. Ellos consintieron que sufriera abusos por parte del mejor amigo de mi padre desde los 5 hasta los 9 años. Me decían que no dijera nada. Que era yo la que provocaba. Mi padre era un maltratador y mi madre una sumisa. Me han maltratado física y psicológicamente siempre.

—Usted se va de Galicia a Madrid para cambiar de vida. ¿Qué motiva a sus padres a querer llevarse a su nieto?

—Cuando me quedé embarazada me aconsejaron que abortara. No supe nada de ellos durante los nueve meses. Cuando me puse de parto mi madre apareció de repente. Desde entonces se han querido quedar con él y han utilizado todo tipo de artimañas para lograrlo. Han dicho a los servicios sociales que era drogadicta, prostituta y que no cuidaba de mi hijo.

—¿Siempre le han dado la razón?

—En 2010 Thiago fue secuestrado por sus abuelos. Me costó un año recuperarle. Me pusieron denuncias ante la Fiscalía. Los servicios sociales se acercaron a mí. Al final me dieron la razón y dictaminaron que era una situación de acoso y se cerró el expediente.

—¿Cómo ha afectado a su trabajo?

—Han llegado a llamar a las empresas en las que trabajaba para decir que era una drogadicta. Al final me han perjudicado en todas las esferas de mi vida. Incluso mi madre ha mandado burofax a distintos medios de comunicación difamando sobre mí, diciendo que estoy incluso en una secta.

—¿Siente que ya ha despertado de esa pesadilla?

—Hasta ahora no he tenido vida. Es como si fuera una criminal y tuviera que estar huyendo. Han ensuciado mi imagen.

—Y como madre que es, ¿cómo valora la actitud de sus padres?

—He llorado muchísimo mirando a mi hijo, pensando cómo es posible que mi madre, llevándome nueve meses en la tripa, haya tolerado esto. Yo nunca consentiría un abuso a mi hijo.

—¿Ahora se siente feliz? ¿Qué planes tiene?

—Me siento la mujer más afortunada del mundo por el hijo que tengo. Es la única persona que me ha curado el dolor. Le doy gracias a Dios por la gente que me ha ayudado, aunque no soy feliz porque me han roto por dentro. He vivido un infierno. Estoy segura de que mis padres no se van a cansar. No tienen nada mejor que hacer más que amargarme la vida. Quiero hacer un llamamiento al presidente de la Xunta, Nuñez Feijóo, para que sepa qué tipo tiene trabajando para él: mi padre, que consiente abusos, maltrata, realiza denuncias falsas, amenaza y coacciona a su hija. Ahora voy abrir una asociación para ayudar a otras madres que atraviesan situaciones parecidas. Me gustaría que mi caso sirva para que no se repita.