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El independentismo y el populismo arremeten contra Valls por ser «ajeno» a Barcelona

La candidatura del ex primer ministro francés alienta la batalla por la ciudad en clave de confrontación entre constitucionalismo y secesionismo

Vídeo: Valls «se va a pensar» la propuesta de Cs para Barcelona EFE / EP
Àlex Gubern

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La que presume de ser la capital española más europea no se ha tomado nada bien, al menos así lo han demostrado sus dirigentes o los que aspiran a serlo, que un ciudadano francés, aunque nacido en ella, se plantee la posibilidad de presentarse a las elecciones a la alcaldía.

El anuncio del exprimer ministro de Francia y barcelonés de nacimiento Manuel Valls de que estudia aceptar la oferta que le ha hecho Ciudadanos para ser su candidato a la alcaldía de Barcelona ha sido acogido con cierto desprecio por el resto de partidos políticos, que le reprochan precisamente eso, su falta de conexión y conocimiento de una ciudad en la que, pese a nacer en ella, nunca ha vivido, tal y como le recuerdan. La europea Barcelona, la Cataluña que siempre tuvo un espejo en Francia, acoge con incomodidad uno de los reflejos precisamente de que la integración europea es una realidad palpable.

Descolocados y soliviantados

Si lo que pretendían en Ciudadanos al filtrar el nombre de Valls era lanzar un globo sonda para calibrar la reacción generada, ciertamente han podido comprobar que la mera hipótesis de que el exprimer ministro socialista pueda participar en la liza por la alcaldía ha descolocado, y soliviantado, a sus adversarios. En la izquierda populista que gobierna la ciudad y en el independentismo que aspira a hacerlo, todos salieron en contra de Valls por considerarlo ajeno a la realidad barcelonesa .

La candidatura alentada por Albert Rivera busca obviamente un efecto más allá de la política local. En el campo secesionista, enfrentarse a un Valls que se ha convertido en emblema de la defensa de la unidad de España se lee como una oportunidad de plantear la batalla de Barcelona en clave nacional, una segunda vuelta de las elecciones de diciembre. En este sentido, Carles Agustí, candidato del PDECat en las primarias que este partido tiene en marcha para elegir alcaldable, volvía ayer a insistir en el proyecto de cuajar una lista independentista transversal, una suerte de Junts per Barcelona, que agita el periodista Jordi Graupera, barcelonés residente en Nueva York, y criticado por las mismas razones que ahora se esgrimen contra Valls.

Cuaje o no esta posibilidad –algo que ahora parece improbable–, tanto Agustí como la otra candidata del PDECat en liza, la exconsejera Neus Munté, ya ven a Valls como candidato a batir. « Un candidato a la alcaldía tiene que sentir Barcelona como suya, y una persona que hace muchos años que no vive en ella no puede conocer su realidad y lo que preocupa a los ciudadanos. No puede conectar desde París con las necesidades de los barceloneses», apuntó Munté.

También aludió a Valls Alfred Bosch, alcaldable de ERC, quien rechazó que Barcelona se convierta en una «pista de paracaidismo»: «Todos tienen derecho a hacer sus propuestas pero en las elecciones nos jugamos hacer una ciudad mejor, no una carrera política mejor».

«Carrera agotada»

En el campo de la izquierda no independentista, el posible aterrizaje de Valls se ve con temor, ya que unas elecciones locales en clave nacional son su peor escenario electoral, el mismo que les ha conducido casi a la irrelevancia en el Parlament. A ello se refirió Jaume Collboni, proclamado ayer de manera oficial candidato del PSC.

«No permitiremos que Barcelona se convierta en un campo de batalla del independentismo, ni en un campo de pruebas fracasadas de la señora Colau. Tampoco permitiremos que Barcelona sea el premio de consolación de carreras políticas fracasadas», apuntó Collboni en alusión a Valls.

La izquierda populista también recela de Valls. El líder de Podem y de Catalunya en Comú, Xavier Domènech, calificó de «globo sonda» y «política de postureo» su posible candidatura . «Es un anuncio que le interesa a Manuel Valls porque es una persona con una carrera política totalmente agotada en Francia y que así puede salir en los telediarios», apuntó Domènech, quien lamentó que Valls se interese por Barcelona solo para seguir incidiendo en el debate independentista. «El señor Valls debería saber que hay una ciudad que se llama Barcelona y que en esta ciudad se tiene que hablar de los problemas y el futuro de Barcelona . Ya ha demostrado que no tiene proyecto», sostuvo.

Domènech rechaza que sus recelos hacia Valls tengan que ver con el hecho de que lleve muchos años viviendo fuera: «Más allá de dónde has nacido, el tema es si conoces, si tienes una propuesta y si te preocupa la ciudad». Sin aludir a su idoniedad como candidato, para Xavier García Albiol (PPC) la opción Valls «pone en evidencia que Cs es una organización donde se hace exclusivamente lo que dice el líder» .

El secretario general del PSOE, Padro Sánchez, que valoró el compromiso de Valls con la unidad de España, manifestó su discrepancia en lo ideológico, a la vez que, apelando a la «elegancia», le deseó «lo mejor en lo político y en lo personal» . El exministro Josep Borrell valoró la candidatura de Valls como un ejemplo de lo que ha vanzado la «integración política» en Europa.

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