La crónica negra eclipsa de nuevo a la familia Tous
La repetición del juicio a su yerno Lluís devuelve a la peor actualidad a los afamados joyeros
JANOT GUIL
La firma catalana de moda y joyas Tous es ejemplo de un negocio familiar que con varias generaciones logra expandirse en todo el mundo. Desde el modesto taller de reparaciones de relojería que el matrimonio formado por Salvador Tous Blavi y Teresa Ponsa ... Mas abrieron en el año 1920 en Manresa (Barcelona), hasta la actual corporación con unos 400 puntos de venta en una cuarentena de países de todo el mundo que capitanean otra pareja, Salvador Tous y su esposa Rosa Oriol. Junto a ellos, en la compañía, sus cuatro hijas: Rosa, Alba, Laura y Marta.
Rosa Oriol fue quien diseñó el famoso osito que es icono de la firma. Un símbolo que de la mano de los famosos se ha convertido en global. Al principio fue acompañado de Eugenia Martínez de Irujo, primera imagen de la firma y colaboradora en sus diseños, y luego llegaron la modelo Jaydy Michel, la cantante Kylie Minogue y, finalmente, la actriz y cantante latina Jennifer López. Un proyecto brillante, una joya de negocio familiar que, sin embargo, se ha visto de nuevo eclipsado por la crónica negra.
En diciembre de 2006 saltó la noticia: Lluís Corominas, yerno de Salvador y Rosa, el esposo de su hija Alba, fue detenido tras matar a un ladrón que presuntamente iba a asaltar el chalé de sus suegros, en Sant Fruitós de Bages (Barcelona). Lluís, que se encargaba de la seguridad de la familia, se presentó ante la vivienda —en la que no estaban los Tous— tras ser alertado por un vigilante. Mató a uno de los ladrones de un balazo en la cabeza. Creía que iban armados.
«Un miedo insuperable»
El caso, que despertó un encendido debate popular, desembocó en una sala de vistas en junio de 2011. Allí, un jurado popular juzgó a Corominas y le absolvió. Porque consideró que obró en legítima defensa y presa de un «miedo insuperable». Los Tous, que recibieron un alud de muestras de apoyo de vecinos, amigos y desconocidos, respiraron aliviados... hasta ahora.
Esta semana, la Sala Civil y penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) anulaba el veredicto de absolución —por arbitrario e insuficientemente motivado— e instaba a repetir el juicio con otro jurado. El Tribunal Supremo tiene la última palabra —presumiblemente la defensa de Corominas recurrirá el fallo del TSJC—, pero de lo que no salvan los Tous es de ser pasto de malas noticias . Sobre todo cuando la decisión del alto tribunal catalán ha coincidido en el tiempo con otra noticia: la detención de dos exempleados de la compañía por haber atacado su sistema informático, como venganza, lo que acarreó pérdidas millonarias.
Una empresa familiar, que tiene a gala ofrecer un trato paternalista a sus empleados —con iniciativas como albergar una guardería para los hijos de sus trabajadores en su sede—, se ve perjudicada por asuntos internos. Es su virtud y, quizás su defecto. No en vano Corominas alegó, para escapar de una condena , que el día de autos actuó como familiar, no como responsable de seguridad.
Desde que estalló el caso, los Tous han guardado un estricto silencio al respecto y la táctica, en cuanto al posible perjuicio sobre el negocio, parece resultar. La firma no presenta sus cuentas a la prensa, pero según datos depositados en el Registro Mercantil, en 2010 su beneficio neto aumentó un 31 por ciento, llegando a los 33,5 millones de euros. El oso tropieza, pero no cae.
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