Sánchez, Freire y Valverde, tridente español contra el poderío italiano

Un año más, la carrera de un día más importante a nivel mundial mide el poderío de españoles e italianos, que en la última década se han apuntado ocho de las diez ediciones de la prueba. Las dos mejores selecciones se marcarán muy de cerca dejando poco margen a la sorpresa, a la que deben acogerse el resto de equipos.

Italia llega tras ganar tres Mundiales consecutivos, dos del ya retirado Paolo Bettini y el último de Ballan, pero España se plantará mañana con una selección poderosa, con bazas fiables tanto para una escapada como para una llegada masiva, según el equipo ideado por el nuevo seleccionador José Luis De Santos, que llega al cargo tras una larga experiencia con los equipos nacionales de categorías inferiores entre 2001 y 2005.

El propio De Santos ha confirmado que la baja española por excelencia será Alejandro Valverde, que llega en plenitud física y anímica tras sumar en la Vuelta a España su primera carrera de tres semanas. El murciano, doble subcampeón mundial (2003 y 2005), desea conquistar un triunfo que se le resiste en un recorrido de altibajos que beneficia su forma de correr.

Junto al corredor de Caisse d'Epargne, otras dos bazas españolas pueden aprovechar su papel de 'secundarios' por el protagonismo de Valverde, Óscar Freire y Samuel Sánchez. El cántabro no llega en buen momento, tras una temporada en la que 'solo' ha conquistado dos etapas el Tour de Romandia y la Lieja-Bastoña-Lieja. Sin embargo, Freire es un consumado especialista y una mezcla de experiencia y sabiduría hacen que no se le pueda descartar para un hito: convertirse en el primer tetracampeón mundial de la historia.

En la terna española también aparece Samuel Sánchez, que ya sorprendió a todos en la carrera olímpica de Pekín, donde se colgó el oro imponiéndose a sus compañeros de escapada. Igual que Valverde, al asturiano le resulta cómodo el recorrido y se presenta en Mendrisio pleno de forma después de subirse al podio de la Vuelta.

Para arropar a los tres puntales, De Santos ha conformado un robusto equipo de 'escuderos' formado por Carlos Barredo (Quick Step), Juanjo Cobo (Fuji-Servetto), Juanma Gárate (Rabobank), Iván Gutiérrez, Joaquím Rodríguez, Dani Moreno (Caisse d'Epargne) y Rubén Plaza (Liberty Seguros). Su misión fundamental será ayudar, pero todos cuentan con argumentos para luchar por la victoria si la carrera ofrece esa oportunidad.

Italia es el rival

Los españoles no deberán perder de vista las ruedas italianas, favoritas tanto por calidad como por apoyo del público debido a la cercanía geográfica con Italia. Con el dorsal 1 correrá el vigente campeón, Alessandro Ballan, encabezando un equipo competidor y astuto que también integran Damiano Cunego, Ivan Basso, Marzio Bruseghin, Stefano Garzelli o Filippo Pozzato.

Entre el resto de selecciones peligrosas figuran Australia, con Cadel Evans y Stuart O'Grady o Rusia con Evgeny Kolobnev y Vladimir Karpets, así como un grupo de equipos menos fuertes en conjunto, pero con un líder definido y más arropado.

En esta segunda tipología de candidatos figuran Tom Boonen (Bélgica), Andy Schleck (Luxemburgo), Thor Hushovd (Noruega), Tyler Farrar (Estados Unidos), Robert Gesink (Holanda), Sylvain Chavanel (Francia), Roman Kreuziger (República Checa), Fabian Cancellara (Suiza), Alexandre Vinokourov (Kazajstán) o David Millar, que lidererá el equipo británico ante la baja del mejor sprinter mundial a día de hoy, Mark Cavendish.

Como es habitual en este certamen, la prueba es dura por su enorme longitud y está vertebrada en torno a un circuito. Este año, los participantes darán 19 vueltas a un recorrido de 13.8 kilómetros, para un la friolera total de 262.2 kilómetros con la línea de meta en el centro de Mendrisio.

El trazado 'rompepiernas' cuenta con dos rampas duras, una bajada espectacular y un final llano para igualar la lucha por la victoria. La primera dificultad aparece en el tercer kilómetro, con una rampa de 789 metros al 10 por ciento de desnivel hasta llegar a Castel San Pietro.

Una vez coronada la cima, llega una bajada difícil y muy técnica que pondrá a prueba al pelotón durante cuatro kilómetros y medio. Tras alcanzar el punto más bajo de la carrera, los ciclistas volverán a ponerse de pie para realizar el ascenso de Torrazza de Novazzano, 1.750 m de longitud con tramos de pendiente en torno al diez por ciento.

Esta segunda subida ya fue decisiva la anterior ocasión en que Mendrisio acogió un Mundial. Hace 38 años, Eddy Merckx y Felice Gimondi se erigieron como protagonistas, en un duelo que correspondería al 'Canibal' y en un recorrido, por lo demás, poco similar con el de mañana.

Superada esta segunda dificultad montañosa, un descenso de 800 metros da lugar a los dos kilómetros finales, totalmente llanos hasta la línea de meta, donde habrá que ver si decide una llegada masiva o, más probablemente, una pequeña escapada formada por los supervivientes de una jornada agotadora.