VIAJAR
Las cinco playas más bonitas de la costa de Huelva donde pasear este otoño
La costa onubense ofrece los arenales más extensos de España, una temperatura agradable y jornadas con horas de luz suficientes para disfrutar de la intimidad de su litoral en estas fechas
Niebla, la capital del reino que descubrió la pólvora
Huelva, un escenario de película
A. Barea
Huelva
Asociamos la playa al verano, el sol, calor, los baños, esas jornadas extensas de protección solar y toalla, pero el litoral es mucho más. Con la llegada del otoño y el descenso de las temperaturas aparece una nueva forma de disfrutar del litoral. Es ... diferente, más íntimo y a otro ritmo. Las playas se vacían de gentío habitual, ofreciendo a quienes las visitan la oportunidad de sentirse parte de ellas.
En otoño las playas de Huelva se convierten en un destino idílico para los amantes del contacto estrecho con la arena, el mar y el sonido de las olas. Sin bullicios, la tranquilidad de caminar por la orilla con el susurro de las olas como compañía. El litoral onubense es conocido como la Costa de la Luz por una gran razón ya que no existe en España un destino con más horas de sol al año. Una ventaja en verano que en otoño adquiere el valor de un tesoro. Cuando en la mayor parte de los destinos playeros las posibilidades se reducen en Huelva es posible disfrutar de jornadas amplias incluso en la época del año en la que la noche le gana la partida al día. A todo ello se une un clima bondadoso, donde las jornadas de lluvia y frío son escasas. Con una temperatura media en los meses de octubre a diciembre que ronda los 15-20 grados es posible pasear tanto de día como al atardecer por los extensos arenales onubenses.
Es su orografía otra gran ventaja. Las playas de Huelva son famosas por su longitud. Tres de las cinco más largas de España se encuentran en la provincia. La provincia tiene casi 200 kilómetros de costa, desde la desembocadura del Guadiana en Ayamonte hasta la del Guadalquivir en el término municipal de Almonte frente a Sanlúcar de Barrameda. Es prácticamente un arenal único interrumpido solo por los núcleos costeros y los estuarios del Odiel y Tinto entre Mazagón y Punta Umbría, El Piedras en Lepe y Cartaya, y la ría del Carreras entre Isla Cristina y Ayamonte. Son espacios amplios, prácticamente llanos y muy accesible. Caminar por ellos es una invitación de la naturaleza.
Las dunas de Doñana
Los visitantes tienen la oportunidad de aprovechar la oferta turística onubense que en esta época es además más económica para alojarse en cualquiera de sus principales destinos costeros. Quienes elijan Matalascañas tienen ante sí el imponente sistema dunar de Doñana. Desde el núcleo se puede acceder a él sin ninguna dificultad, recorrerlo y admirar un espacio virgen y único a escasos minutos de una localidad con todas las comodidades. Ofrece 28 kilómetros, es más larga de España y en esta época del año es relativamente fácil encontrarse con ciervos del Parque Nacional que aprovechan la tranquilidad para recorrer esas mismas orillas.
En dirección a la capital onubense hay una parada obligada. El Parador de Turismo de Mazagón es un lugar de ensueño. Enclavado en lo alto de los acantilados de arenisca tan característicos de esta zona, su ubicación como atalaya ofrece la oportunidad de presenciar atardeceres únicos. Es un alojamiento de primer nivel que cuenta con acceso directo a la playa. Desde pueden caminar en dirección a Mazagón, que se encuentra a una hora escasa de plácido paseo o en dirección al Loro y disfrutar de los restos de la torre almenara que integraba el sistema defensivo de la costa española del siglo XVI.
El recorrido en dirección al occidente onubense tras los pasos del sol al caer la tarde obliga a hacer parada en Punta Umbría. El mayor de los núcleos costeros mantiene todos sus servicios en otoño. Es un pueblo con mucha vida cuando se marchan los veraneantes. Aparcar en la Canaleta, casi a pie de playa ofrece al visitante la oportunidad de iniciar un precioso paseo muy recomendable al atardecer. El sol se ira poniendo ante nosotros, podremos disfrutar de ese momento mágico en el que el gran disco dorado toca las aguas del horizonte mientras se sumerge en él. Es posible caminar durante una veintena de kilómetros sin encontrar nada más que dunas, aves y nuestro interior. A lo lejos asoma la siguiente parada.
MÁS INFORMACIÓN
Sorteando el estuario del Piedras entre Lepe y Cartaya aparece La Antilla. El paso más recomendable es en dirección opuesta en este caso. Hacia Nueva Umbría, donde se encuentra otro de los espacios vírgenes de la costa onubense. Un amplio sistema dunar que es territorio del camaleón, pinos y sabinas. El paseo permite llegar hasta las ruinas del antiguo Real de la Almadraba, hoy en desuso pero declarada patrimonio protegido y que será restaurada con fines turísticos. Es una visita recomendable que bien justifica el agradable paseo.
La selección de playas por las que pasear en otoño no estaría completa sin tocar el extremo occidental onubense. Donde el Guadiana se funde con el Atlántico la naturaleza regala a los visitantes Isla Canela. El tradicional poblado de pescadores es un lugar ideal para comer el mejor pescado con el encanto de sus calles. Una buena forma de rematar el paseo por los arenales del núcleo residencial conectado por un puente sobre las marismas que forma el Carreras y observar la Punta del Moral y el faro de Isla Cristina que nos alumbra desde la otro orilla.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete