Parece Lisboa, pero es Jaén: así es el ascensor panorámico no apto para los que tienen vértigo

El ascensor de Chiclana de Segura, inaugurado en marzo de 2012, conecta la parte baja del pueblo con las ruinas de una antigua fortaleza medieval que corona el cerro. A través de sus 24 metros de recorrido, no solo se acorta la distancia hacia el castillo, sino que se enriquece el trayecto. Este medio de transporte se convierte en una experiencia en sí misma, al ofrecer vistas privilegiadas del impresionante entorno natural.

Desde el interior de la cabina acristalada, el viajero puede contemplar cómo el paisaje de olivares, montañas y bosques que forman parte del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, se despliega como una imagen única. La sensación de ascender por este ascensor, rodeado de tanta belleza, es un momento que mucho turistas disfrutan y que les gusta compartir por redes sociales.

Al desembarcar en la cima, el ascensor da acceso al Mirador de Jorge Manrique, un lugar emblemático que permite admirar las vistas más impresionantes de la región. Situado junto a las ruinas del castillo, el mirador se alza como un balcón natural desde el cual es posible divisar, en días despejados, hasta cuatro provincias: Ciudad Real, Granada, Albacete y, por supuesto, Jaén.

La panorámica es impresionante: un mosaico de campos de cultivo, ondulantes colinas, bosques de coníferas y los matices cambiantes de un horizonte que parece infinito. Este mirador, bautizado en honor al poeta del siglo XV, Jorge Manrique, es el lugar perfecto para quienes disfrutan de la fotografía, la tranquilidad y la conexión con la naturaleza.

Más allá del ascensor y el mirador, Chiclana de Segura ofrece un casco urbano lleno de historia y curiosidades. Situado a gran altura y rodeado por el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el pueblo conserva su esencia medieval con calles serpenteantes, rincones pintorescos y construcciones que parecen integrarse de forma natural en la roca.

Entre sus monumentos más destacados se encuentran las ruinas del castillo, declarado Bien de Interés Cultural en 1985, que domina el paisaje desde el punto más alto del cerro. Estas antiguas murallas, testigos de luchas entre musulmanes y cristianos, son un recordatorio de los avatares históricos que moldearon la región. Muy cerca, la Iglesia de San Pedro, con su imponente fachada y su torre de planta cuadrada, invita a un recorrido por la historia religiosa del pueblo.

Para los amantes de la arqueología, el Puente Mocho, un antiguo puente romano sobre el río Guadalimar, es otra joya de la zona. Este paso, que aún conserva su estructura original, conecta los términos de Chiclana de Segura y Beas de Segura y nos transporta a la época en que las calzadas romanas eran las arterias de comunicación de la península.

Chiclana de Segura no solo se distingue por su patrimonio histórico, sino también por su riqueza natural. Enclavado en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, este municipio cuenta con un entorno que combina olivares, bosques de coníferas y paisajes montañosos. El área forestal, que ocupa gran parte del territorio, es ideal para los amantes del senderismo y la observación de fauna. Además, el río Guadalmena y el embalse del mismo nombre ofrecen paisajes de gran belleza y un espacio perfecto para relajarse en contacto con la naturaleza.

En definitiva, Chiclana de Segura y su ascensor panorámico ofrecen mucho más que una simple vista. Así que si estás buscando un destino inesperado y fascinante enAndalucía, este pequeño rincón de Jaén te espera con los brazos abiertos y vistas que no tienen nada que envidiar a las colinas de Lisboa.