Cinco lugares para descubrir Málaga a través de sus ríos

1

El Burgo

Río Turón

El río Turón forma a su paso por Ardales algunas pozas singulares, pero es más cerca del municipio de El Burgo donde deja estampas extraordinarias que los vecinos de los pueblos cercanos han disfrutado durante décadas y ahora reciben numerosos visitantes.

El charco del Largo del Dique es idóneo para nadar, a pesar de que la temperatura del agua es bastante fría durante todo el año. La vegetación de este enclave de la Sierra de las Nieves crea algunas zonas de sombra en las que instalarse para pasar el día.

2

Benahavís

Río Guadalmina

Nace de los manantiales de la Sierra Bermeja, cerca de Benahavís. La ruta, conocida como las Angosturas, se prolonga tres kilómetros aproximadamente y mojarse es obligatorio.

El caudal es permanente y el volumen de agua elevado durante todo el año. Durante su curso, el río forma varios meandros antes de introducirse en unos cañones estrechos y profundos labrados por sus aguas.

En algunas zonas, el agua cubre demasiado como para poder cruzar a pie y la falta de luz en los cañones hace que la temperatura del agua sea muy fría, también en verano.

3

Istán

Río Verde

Esta ruta suele ser muy frecuentada en los meses de verano. Es sencilla, pero hay que tener cuidado con el verdín que se acumula sobre las rocas, que da nombre al río y puede hacernos sufrir algún traspiés.

La ruta parte desde el municipio de Istán, en pleno Parque Natural de la Sierra de las Nieves y las aguas del río desembocan en el pantano de la Concepción. Durante el recorrido encontraremos varias pozas, algunas bastante profundas, una cascada artificial y el conocido charco del Canalón, una piscina natural con grandes rocas en la orilla son ideales para sentarse y tomar el sol.

4

Estepona

Río Padrón

El río Padrón nace en la vertiente sur de Sierra Bermeja, a unos trece kilómetros de la costa. En su cabecera, los bosques de pinos y alcornoques enmarcan su cauce y el agua baja con fuerza. En su recorrido deja una postal de ensueño, las aguas cristalinas de la Charca de la Extranjera , en las que se refleja la vegetación del entorno, que deja algunas zonas de sombra.

Se puede acceder en coche hasta una explanada en la que aparcar. Desde este punto parte un ramal hasta el cauce y ascendiendo varios metros se llega hasta la charca. Es de medianas dimensiones y solo cubre en el área central. La escasa altura de las rocas circundantes tentará nuestras ganas de saltar al agua, pero no es recomendable si la profundidad no permite hacerlo con seguridad.

5

Casares

Río Manilva

Desde los emblemáticos Baños de Hedionda, parte un camino paralelo al cauce de río Manilva por el que llegar al charco del Infierno, una poza encajada en un barranco que hace que el río se precipite en varias cascadas . El acceso es algo complejo, de ahí que no esté tan masificada como otros enclaves.

Hay que tener en cuenta que desde hace unos años, con la llegada de las altas temperaturas, el caudal baja y el río puede incluso dejar de fluir, por eso es recomendable informarse antes de decantarse por esta ruta. De ser posible el baño, no se recomienda saltar desde las rocas ni cometer imprudencias a la hora de remontar las cascadas, uno de los momentos más complicados de la ruta.