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Cinco buenas razones para viajar a Huelva esta primavera
reportaje
Desde la casa museo de un premio Nobel de Literatura hasta el gran evento de la gamba y las singulares Cruces de Mayo de Alosno
Cinco buenas razones para viajar a Cádiz esta primavera
Luis Ybarra
Con la despedida del invierno la ciudad y toda su provincia se prepara para recibir a un número caudaloso de turistas. Vienen de Sevilla y Portugal. De toda España, en realidad, a disfrutar de su sol, sus destinos de playa, el coto de Doñana ... y algunas fiestas de honda popularidad, como las Cruces de Mayo de Alosno. Le proponemos, como si de un argumentario se tratase, cinco razones para viajar a Huelva esta primavera.
Gastronomía y playa
En 2017 Huelva se convirtió en la capital gastronómica de España. De su cocina, esencialmente, destaca el producto: la gamba blanca y el choco sucio, sus coquinas, las tortillas de gurumelos allá por la sierra, los pescados fritos y a la plancha, la fresa y los tomates rosados son solo algunas de sus bondades. Cuenta con una de las plazas de abastos más notables de toda España en su capital, una lonja tan destacada como la de Isla Cristina y restaurantes de la calidad de Azabache, la Cantina del Puerto o Casa Diego, ya en Punta Umbría.
Y son la primavera y el verano las estaciones más adecuadas para descubrir, entre playas, tales manjares. La primera razón de peso, en relación con la gastronomía, la hallamos en la costa. En las bajamares más acusadas, la extensiones de arenas son vastas en playas como la del Rompeculos, en Mazagón, las propias orillas de Doñana, próxima ya a Cádiz por Sanlúcar de Barrameda, el recogido Rompido y la playa de la Bota, desértica, perteneciente al municipio de Punta Umbría.
Feria de la Gamba de Punta Umbría
Y es Punta Umbría y lo culinario, en este sentido, la segunda razón. A poco más de una hora en coche desde Sevilla, quince minutos desde Huelva y con la posibilidad de acceder en barco desde el puerto onubense, este pueblo de marisma, pino y ría celebra entre el 21 y el 23 de abril la Feria Nacional de la Gamba, la Chirla y el Boquerón. Todo un evento que tendrá lugar en la céntrica plaza 26 de Abril y en el que se servirán, además, platos de embutidos y otras recetas marineras y mariscos autóctonos. Con gentío y música en vivo como telón de fondo.
Cruces de Mayo de Alosno
Tienen lugar los dos primeros fines de semana del mes de mayo y forman parte del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Las llamadas colás, hermosamente engalanadas, acogen lo festivo de los bailes y los cantes de esta tierra de profundas tradiciones: Alosno. El flamenco es la bandera y, más concretamente, el fandango y la seguidillas alosneras, una forma propia de las sevillanas.
Son doce las cruces que toman los nombres de las calles en esta población de aguardiente y sierra. Las mujeres son tradicionalmente quienes se encargan de la decoración. Los hombres, con un canasto de mimbre en mano, se dedican a repartir bebidas y asegurar, entre adoquines y guitarras, una de las fiestas más singulares del territorio.
La tierra del Descubrimiento: Palos de la Frontera
El que dijo lo de «¡Tierra!», como se canta en Sevilla por tangos, tuvo que ser de Triana. Pero todos partieron de aquí hacia las Indias para encontrar las Américas. De Palos de la Frontera, donde se santiguaron y rezaron en el monasterio de La Rábida, prepararon las naves y se echaron hacia la mar para cruzar, por vez primera, el océano Atlántico en una hazaña que cambió el mundo. Era 1492.
En este mismo lugar, en la ribera del Tinto, las réplicas de las tres carabelas abren velas y puertas para los visitantes. La Pinta, la Niña y la Santamaría nos permiten trazar, de forma directa, aquel periplo de estrecheces y dificultades. Cerca de allí, se ubica el monumento del Cuarto Centenario del descubrimiento de América, la propia Rábida, con pinturas de Vázquez Díaz, y un monumento, quizá el más popular de Huelva, a la fe descubridora.
La Moguer de Juan Ramón Jiménez
De Moguer eran también algunos de los marineros que acompañaron a Colón en su travesía y uno de los seis premios Nobel de Literatura españoles: Juan Ramón Jiménez, referencia para la Generación del 27, dignificador del verbo escrito y figura esencial de las letras universales por obras como La soledad sonora, Espacio y Platero y Yo.
Declarada Bien de Interés Cultural en 2015, la casa museo Zenobia y Juan Ramón Jiménez se localiza en la calle que lleva el nombre del poeta nº 10. En su tierra natal claro. Un edificio del siglo XVIII en el que vivió el Nobel entre los 5 y los 26 años, cuando se traslada a Madrid, siendo su adolescencia de una productividad literaria enorme. Este espacio cuenta con muebles, libros y objetos personales.
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