El Lamborghini personalizado del Papa Francisco que un empresario murciano compró por 810.000 euros

Hacia la mitad del papado de Francisco I, Lamborghini decidió entregar al entonces pontífice uno de los regalos más originales y especiales que recibió en sus 12 años como Papa: una unidad personalizada del Lamborghini Huracán, coche que, como imaginas, nunca llegó a utilizar. Fue subastado y lo recaudado se destinó a distintas causas elegidas por el propio pontífice.

El Huracán RWD fue entregado al Papa Francisco por una expedición de Lamborghini con su presidente Stefano Domenicali a la cabeza en la Ciudad del Vaticano el 27 de noviembre de 2017. Esta es la fecha de la imagen icónica del pontífice argentino firmando el hypercar de la casa de Sant'Agata Bolognese.

Unos meses después, ya en 2018, Sotheby's subastó el coche en una puja que tuvo lugar en Mónaco. El vehículo, con unas características únicas en el mundo, alcanzó los 809.375 euros —se publicó inicialmente una cifra de 715.000 euros, otros medios hablaron de 750.000 euros, pero la casa de subastas, fuente oficial, confirma en su página web la cifra referida de casi 810.000 euros—, más del doble del precio estimado inicialmente.

El Papa Francisco decidió donar este dinero recaudado con su Lamborghini Huracan a cuatro entidades caritativas: la fundación pontifica «Aiuto alla Chiesa che Soffre» (Ayuda a la Iglesia Necesitada), para reconstruir la Llanura de Nínive en Irak; la comunidad Papa Juan XXIII, que trabaja con mujeres víctimas de trata y prostitución; y dos asociaciones italianas que realizan actividades en África findamentalmente, GICAM y «Amici per il Centrafrica» (Amigos de África Central).

Lo curioso del asunto, si no lo es ya que un Papa tenga un Huracan de Lamborghini, es que el coche fue vendido a una persona residente en España: según medios regionales, fue Martín López, un empresario de Murcia dueño de la empresa Rent Car Deluxe, fue quien lo adquirió en la subasta.

El Lamborghini Huracan del Papa Francisco fue diseñado por el departamento de personalización Ad Personam de la marca —como el Bespoke de Rolls-Royce—. Estéticamente, es inconfundible el homenaje el Vaticano que la casa de Bolonia hizo con este superdeportivo, ya que está pintado con los colores de la bandera de Ciudad del Vaticano: Bianco Monocerus (blanco) con franjas Giallo Tiberino (amarillas).

El coche cuenta con unas renovadas (con respecto a modelos anteriores) llantas Giano de 20 pulgadas con acabado diamantado y pinzas Nero y el interior está tapizado en cuero Bianco Leda Sportivo, con escudos de Lamborghini en los reposacabezas. También destaca en el diseño del deportivo si faldón delantero.

El coche monta el clásico motor 5.2 V10 del Huracán, que ofrece 580 caballos, pero es más ligero que modelos anteriores. Esta modificación de peso logró reducir a 3,4 segundos la aceleración de 0 a 100 km/h y una velocidad punta de 320 km/h.

Pero de todos los detalles del coche, el más especial y valioso a nivel simbólico es la firma del Papa Francisco, que dejó plasmado su sello personal en el capó del coche el citado día de la presentación en noviembre de 2017.

El Lamborghini Huracan fue el coche más icónico que pasó por las manos —aunque no fuera literalmente porque nunca lo utilizó—, no fue el único vehículo exclusivo del Papa Francisco.

Sin ir más lejos, poco después de su nombramiento como Papa, en el año 2014, recibió una Harley-Davidson Dyna Super Glide coincidiendo con el 110 aniversario de la mítica marca norteamericana.

Cómo haría años después con el Huracan en el capó, el Papa Francisco I firmó la moto en el depósito, aportando valor extra de cara a la posterior subasta, de la que se encargó Bonhams. La moto fabricada en la factoría de Milwaukee fue vendida por 210.000 euros, «posiblemente un récord para una moto Harley-Davidson«, como dijo entonces el responsable de la subasta, Ben Walker. Este modelo, de fábrica tenía un precio entonces entre 12.000 y 15.000 euros. El dinero recaudado con la moto se destinó a Cáritas Roma.

Dentro de los vehículos vinculados al Papa Francisco I es imposible no citar alguno de los coches oficiales que utilizó en sus viajes por el mundo y también en sus apariciones en la plaza de San Pedro de Roma. Los conocidos como 'papamóvil'.

Sin ir más lejos, su última aparición pública en la histórica plaza fue a bordo de un modelo eléctrico del Mercedes Clase G, modelo que ha servido como base para el 'papamóvil' en los últimos 45 años —la casa alemana es el proveedor oficial del Vaticano desde hace casi un siglo—.

Este modelo es histórico porque es el primero 100% eléctrico de toda la gama de coches hechos a medida para el Papa, de manera que también en esto hizo historia Francisco I durante su papado.

Pero, además de Mercedes, el Papa Francisco también recibió coches durante sus 12 años como máximo responsable de la Iglesia Católica coches de otras firmas.

Por ejemplo, Toyota le entregó un Mirao, y Renault le obsequió con un Dacia Duster 4x4 en 2019. Además, tras su fallecimiento, también se ha hecho viral el 'papamóvil' que utilizó Francisco I en una visita a Jerusalén. Los responsables ze Cáritas en dicha ciudad propusieron al pontífice convertir el coche en una ambulancia de última tecnología para la franja de Gaza, idea que complació al Papa.

Cómo confirmó Cáritas Jerusalén tras la partida del Papa, el coche, un Mercedes-Benz eléctrico Clase G EQ, se equipará con equipos de diagnóstico, examen y tratamiento, y tendrá capacidad para pruebas médicas rápidas.

Una vez transformado, cuando esté listo y se abran las fronteras, el 'papamóvil' estará listo para entrar y trabajar en Gaza, en el que será el último legado del Papa Francisco I, un pontífice de vida austera que, sin embargo, por distintos motivos relacionados por su labor como Papa, también tuvo una relación estrecha con los coches de lujo.