El Vaticano no investigará al cardenal Ouellet por agresión sexual

Según las explicaciones de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa ha considerado que «no hay elementos suficientes» para investigar al purpurado. «El Papa Francisco declara que no hay elementos suficientes para abrir una investigación canónica por agresión sexual del cardenal Ouellet», ha señalado en un comunicado el director de la Sala de Prensa vaticana, Matteo Bruni.

Bruni ha explicado que las conclusiones a las que ha llegado el Pontífice se basan en «la investigación preliminar» elaborada por el sacerdote Jacques Servais, un teólogo encargado de investigar el asunto por el propio Francisco. En sus indagaciones, Servais había estimado que «no hay elementos para iniciar un juicio contra el cardenal Ouellet por agresión sexual».

El director de la oficina de prensa del Vaticano ha citado a Servais en el comunicado y también ha señalado que la mujer denunciante no hizo ninguna «acusación que proporcionara material para tal investigación», «ni en su informe escrito y enviado al Santo Padre, ni en el testimonio vía Zoom» recogido por este sacerdote «en presencia de un miembro del comité diocesano».

Según los documentos de la acusación judicial admitida a trámite por el Tribunal Superior de Quebec en mayo pasado, Ouellet fue denunciado de agresión sexual a través de una demanda colectiva hecha pública el pasado martes en Canadá y que involucra a más de 80 personas -tanto sacerdotes como personal- de la diócesis de Quebec. Se trata de una 'class action' o denuncia conjunta contra la arquidiócesis de Quebec, en nombre de todas las «personas que han sido agredidas sexualmente por un miembro del clero diocesano» o «por un religioso, un miembro del personal pastoral laico, un empleado, un voluntario laico o religioso» bajo la responsabilidad de la archidiócesis de Quebec desde el 1 de enero de 1940.

El cardenal canadiense fue denunciado por una mujer identificada como «F.», que lo acusó de haber protagonizado contra ella varios incidentes de tocamientos no deseados, incluyendo el deslizamiento de su mano por su espalda y el toque de sus nalgas en un evento público realizado en 2010 en la ciudad de Quebec en el que participó también todo el personal de la diócesis.