Primer plus a la pensión por cuidar de su nieta: «La he criado como a una hija»
La sentencia pionera reconoce a una jubilada su dedicación con 35 euros al mes de forma simbólica
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Alicante
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Iniciar sesiónUna mujer podría hacer historia modestamente al sentar un precedente para muchos abuelos: recibir un reconocimiento económico en su pensión por criar a un nieto. Josefa Lorenzo lo ha conseguido, aunque con una cantidad simbólica: 35 euros al mes.
En 1995, todavía muy joven, ... a los 38 años, Josefa, vecina de Elche (Alicante), tuvo que hacerse cargo de su nieta de uno. Divorciada y con un hijo de 14 años, los comienzos fueron duros: las necesidades de la bebé chocaban con su trabajo de diez horas diarias cosiendo zapatos en una fábrica de calzado. Conciliar resultaba en ocasiones imposible. Sin embargo, Josefa se las arregló y crio a la pequeña, que ya es una mujer de 32, «como a una hija» más. Quiso adoptarla, pero no pudo.
«Cuando fui a solicitar mi jubilación, el chico que me atendió en la Seguridad Social me dijo que podía pedir un complemento por la brecha de género con los hijos», rememora Josefa, en referencia a la ayuda relacionada con el posible perjuicio en la carrera profesional por los cuidados parentales. «Puse a mis dos hijos biológicos y a mi nieta, pero me dijeron que ella no entraba», señala. Esa fue su frustración inicial, en 2021.
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No obstante, no se rindió porque no veía diferencias entre su dedicación a los tres a lo largo de tantos años y leyó en el Código Civil que, efectivamente, esta cobertura era tanto para hijos naturales como adoptados. Y ahí encontró el bloqueo: «Pensé que si la ley me ha prohibido o impedido adoptar como ascendiente familiar, pero al mismo tiempo no me deja que incluya a mi nieta, eso no puede ser».
Relación maternal
Su abogada, Isabel Marco, corrobora la dificultad encontrada en la legislación actual. «No encontré ninguna sentencia que le diera la razón a quien lo reclamaba», indica, convencida de que «es un círculo vicioso» por esa contradicción. Pese al abismo legal sin muchas expectativas de éxito, decidió seguir adelante. La lucha ha durado cuatro años. «Era evidente que no se iba a conseguir hasta que no llegara a un juez que aplicara el sentido común», subraya.
«Ese dinero no es para mantenerla, cuando la tuve en acogimiento la Generalitat Valenciana me daba una ayuda, de unos 200 euros, a veces 190 y otras 300, hasta que ha cumplido los 18 años. Luego, apáñatelas como puedas», detalla Josefa.
Incluso con esa ayuda más razonable y realista que el escaso complemento a su pensión actual, la vida para esta mujer sola y con tres descendientes a su cargo no ha resultado fácil. «Casi no podía trabajar al principio y cuando (la niña) ya tuvo la edad de ir al colegio, mis padres -sus bisabuelos- me la llevaban al bus y la traían», relata. Además, «tenía un buen jefe que me dejaba entrar a las nueve cuando se empezaba a trabajar a las ocho».
No es de extrañar que ahora sienta su relación con su nieta como materno-filial. «Se ha criado como si fuera una hija. Creo que el valor de una abuela no lo tiene conmigo, tal vez cuando sea más mayor», reflexiona.
Como seguramente no se trata de un caso único, esta jubilada muestra también cierto orgullo por la posible repercusión positiva para otras familias. «Me consta que hay abuelos cuyos hijos han tenido problemas graves y se han tenido que hacer cargo de nietos, no sé si con acogimiento legal», asegura, aunque al parecer esta nueva vía podría estar restringida a quienes perciben una pensión contributiva, no asistencial, según le han comentado.
En cualquier caso, se trata de un precedente. «Estoy contenta porque puede ayudar a otra gente, aunque la Seguridad Social puede recurrir», matiza, una hipótesis aún sin descartar, porque está dentro del plazo, eso sí, ahora en casación ante el Tribunal Supremo. Su abogada precisa que el proceso se inició por la vía administrativa, pasó por el juzgado y ahora ha sido el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) la instancia que ha dado la razón a su suplicatorio. «Al principio el juzgado me lo denegó y le dije a Isabel 'vamos a llegar a lo más alto, es muy injusto», dice Josefa . Con esa determinación pudo afrontar el proceso en los tribunales sin desembolso económico por su condición de jubilada, por ese nivel bajo de ingresos.
Justicia gratuita
«La justicia gratuita, a veces funciona», subraya con conocimiento de causa después de este desenlace favorable a su litigio, un hito gracias al trabajo de Isabel. «Todos los casos me los tomo igual de en serio, porque es mi deber y me la juego con todos los clientes, pero sí es cierto que resulta más fácil para una persona con justicia gratuita. Si hubiera costas judiciales igual me dice que no se arriesga», dice esta letrada ilicitana.
Hasta ahora, esta normativa contradictoria da pie a «situaciones discriminatorias» en las que los afectados se ven desasistidos cuando «no depende de su voluntad» el adoptar a sus nietos y tener derecho a ese complemento en sus pensiones. En cuanto a la posibilidad de sentar jurisprudencia, Isabel no se atreve a pronosticarlo con total seguridad, pero sí vislumbra que el contexto varía. «Había otros tantos juzgados que no querían ir más allá, pero una vez que un Tribunal Superior ha cambiado la interpretación, ya es distinto», augura.
En cualquier caso y salvo nuevo recurso de la Seguridad Social, ahora Josefa percibirá los atrasos con carácter retroactivo e intereses: no llegará a dos mil euros. Guarda celosamente la privacidad de su nieta, que a temporadas sigue viviendo con ella, aunque en alguna ocasión ha salido del hogar al entablar una relación sentimental.
En la argumentación, los magistrados recuerdan que la mujer «se ha dedicado al cuidado de su nieta como acogedora desde el año 1995 hasta su jubilación en 2021», al no poder adoptarla y «el derecho al complemento que se reclama no está supeditado en la legislación al hecho biológico, sino al cuidado de los hijos, y qué mayor muestra de dedicación que a una nieta».
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