Netanyahu llama al Papa y el Pontífice le pide el fin de la guerra y ayuda a la población de Gaza

Según medios vaticanos, el Pontífice habría utilizado la llamada al cardenal Pizzaballa para reiterar su cercanía y solidaridad con la población de Palestina y habría repetido varias veces que «lo sucedido es injustificable», «hay que hacer algo para que no haya más víctimas» y que «es hora de que termine esta matanza».

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También, durante la conversación telefónica con Benjamín Netanyahu, el Papa «reiteró su llamamiento a un renovado impulso de las negociaciones, un alto el fuego y el fin de la guerra», según detalla el Vaticano en un comunicado. En la que ha sido su primera conversación, León XIV ha dicho que le preocupa «la trágica situación humanitaria de la población de Gaza, cuyos niños, ancianos y enfermos están pagando un precio agonizante» y la «urgente necesidad de proteger los lugares de culto y, especialmente, a los fieles y a toda la población de Palestina e Israel».

La visita sorpresa a Gaza del cardenal y el patriarca es un gesto valiente y extremadamente delicado, a menos de 24 horas del ataque del ejército israelí contra la parroquia. «Rezamos por la seguridad de la delegación y por la suspensión de actividades militares durante la visita», recita un comunicado del Patriarcado Latino de Jerusalén. En la delegación también hay un miembro de la nunciatura de la Santa Sede, el sacerdote Nicola di Ponzio.

La llamada del Papa se habría producido justo cuando estaban atravesando la frontera. «Nos ha llamada para expresar su cercanía, su cariño, su oración, su apoyo y su intención de hacer todo lo posible para lograr no sólo un alto el fuego sino el fin de esta tragedia», ha explicado Pizzaballa al portal oficial de la Santa Sede Vatican News. Es previsible que sea el preludio de nuevas iniciativas de la Santa Sede.

Según ha detallado con un comunicado el Patriarcado Latino de Jerusalén, la delegación eclesiástica se ha desplazado a Gaza en primer lugar para «ofrecer sus condolencias y solidaridad a la comunidad cristiana, y estar al lado de los afectados». Se propone asimismo «evaluar personalmente las necesidades humanitarias y pastorales de la comunidad, para ayudar a orientar la presencia y la respuesta continuas de la Iglesia».

No van con las manos vacías pues llevan «cientos de toneladas de suministros alimentarios, botiquines de primeros auxilios y equipos médicos que se necesitan con urgencia» destinados no sólo a los cristianos sino «al mayor número posible de familias». El último camión con ayudas que había llegado a la parroquia en la que se refugian 541 personas, algunas de ellas con discapacidad, se remonta al mes de marzo. Este cargamento llevaba meses esperando para poder cruzar la frontera.

El cardenal y el patriarca tienen permiso de Israel para «evacuar a las personas heridas en el ataque a instituciones médicas fuera de Gaza, donde recibirán atención». Entre los 11 heridos está el párroco Gabriel Romanelli, que en las fotos aparecía con una venda en la pierna derecha. Ya el jueves por la noche fue evacuado uno de los heridos graves, un joven de 20 años, Suhail Shadi Abu Dawood, colaborador del Osservatore Romano.

«Ya no tenemos nada, nos tenemos solo a nosotros», susurraba este jueves el párroco con frustración mientras lo atendían en el hospital. Confiaba que se sienten «conmocionados, aterrorizados y preocupados». «Pero ésta es nuestra casa y no nos iremos», prometía.

«El Patriarcado Latino mantiene su firme compromiso con la comunidad cristiana y con toda la población de Gaza. No serán olvidados ni abandonados», ha asegurado por escrito esta mañana el cardenal Pizzaballa. Más tarde, se lo ha repetido personalmente.