A través de su cuenta de X, Copernicus apunta que según los datos recabados por sus sistemas diarios, desde el pasado 6 de agosto las temperaturas de la superficie de la región mediterránea fueron superiores a los 28ºC, «lo que marca el periodo más prolongado por encima de este umbral».
Entre finales de julio y lo que va de agosto, el sur de Europa ha registrado episodios de temperaturas elevadas. Concretamente en España, en ese periodo, se han registrado cuatro episodios de olas de calor con temperaturas que han superado los 40ºC. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) notificó el pasado 11 de agosto que en Cantabria y País Vasco se rozaron los 43ºC, y en el sur peninsular se han superado esas temperaturas en varias jornadas.
Debemos recordar que la fundación de Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) confirmó que el pasado 10 de agosto el Mediterráneo llegó a los 28,15 °C, su dato más elevado desde 1982. El mar cuanto más cálido aporta más humedad, por lo que disminuye el confort por la sensación de bochorno y puede fomentar que las lluvias sean más intensas si las condiciones atmosféricas son las más adecuadas.
Al igual que ocurre con la temperatura de la superficie, cada vez es más frecuente que la capa más alta del mar esté más cálida de lo normal. En este sentido, varios informes del clima de la ONU han constatado que la temperatura del agua del mar está aumentando a una media de una décima de grado por década y estima que el nivel medio del mar a nivel global ha crecido 0,19 metros en entre 1901 y 2010.
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