Las Iglesias de Jerusalén denuncian los ataques a la comunidad cristiana

El conflicto permanente que vive la zona, el desempleo, las duras condiciones de vida de los cristianos (la mayoría de ellos de origen palestino) y la presión de otros grupos religiosos han motivado una fuerte emigración que, unida a la baja natalidad de los que permanecen, amenazan con dejar sin cristianos a la tierra en que nació Jesús.

Unos problemas a los que se suma ahora la denuncia que han hecho los patriarcas y jefes de las iglesias en Jerusalén. Con motivo de la Navidad, los líderes de las diferentes confesiones cristianas que se encuentran representadas en la zona han denunciado en un comunicado como «en los últimos años, estos cristianos se han enfrentado cada vez más a ataques al libre ejercicio de su religión, incluyendo ataques contra sus personas, difamación de sus iglesias y cementerios, injustificadas restricciones contra su asistencia al culto y amenazas legales contra su posesión y administración de las propiedades de la Iglesia».

El mensaje muestra una especial preocupación por los jóvenes que «cada vez más se sienten mal recibidos», por lo que «abandonan la región por lugares de mayor oportunidad, disminuyendo, aún más, la presencia cristiana por debajo de la pequeña minoría del dos por ciento de la población general».

La mayor parte de los 180.000 cristianos que viven en la zona se encuentran en Cisjordania, sobre todo en Belén y en la cercana Ciudad Vieja de Jerusalén, en los conocidos Barrio Cristiano y Barrio Armenio . Es aquí donde se están dando los mayores problemas por la presión de grupos de judíos ortodoxos que pretenden desplazar a los cristianos para judaizar la zona.

Como signo de esperanza, los líderes religiosos constatan el aumento de peregrinaciones cristianas, después de la crisis del Covid-19. «Estamos agradecidos de que los cristianos de todo el mundo estén ahora regresando en peregrinación a Tierra Santa en cantidades cada vez mayores», señalan, a la par que les alientan «a que no solo visiten con reverencia las piedras benditas de los Santos Lugares, sino también para comprometer y apoyar las 'piedras vivas' de la presencia cristiana local».

Una realidad que, sin embargo, no es suficiente a criterio de uno de los firmantes de la carta, el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, máximo representante de la Iglesia católica. En una entrevista para Asianews, a pesar de que reconoce que las cifras de peregrinos «son emocionantes y sorprendentes», se muestra muy preocupado por el fenómeno de la migración.

«La mayor dificultad es económica y está relacionado con el tema político, con la fragilidad de las perspectivas, con las tensiones», explica el patriarca. «La Iglesia como institución permanecerá, el problema es la situación de las comunidades locales. ¿Qué haremos aquí sin fieles, solo recibiendo peregrinos?», ha manifestado también a otros medios.