La Iglesia alemana desobedece al Vaticano y seguirá adelante con el Consejo sinodal
El choque está provocado porque el organismo ofrece la posibilidad de que los laicos tengan poder sobre obispos
«Nadie está cuestionando la autoridad del episcopado», responde el presidente de los obispos alemanes

Nuevo choque entre el Vaticano y la mayoría de los obispos alemanes sobre el «Camino sinodal de la Iglesia en Alemania». En una carta aprobada por el Papa Francisco, Roma les avisa de que no pueden crear nuevos organismos y dotarles de autoridad sobre diócesis o sobre obispos, tal y como aparentemente funcionará el llamado «Consejo sinodal».
La carta lleva la firma de los tres cardenales que supervisan esta tensa relación, el secretario de Estado Pietro Parolin; el prefecto del dicasterio para la Doctrina Católica, Luis Ladaria; y el prefecto del dicasterio para los Obispos, Marc Ouellet.
Georg Bätzing, presidente de los obispos alemanes ha respondido al Vaticano que el «Consejo sinodal» no invade la autoridad de los obispos y que el actual código de Derecho Canónico les permite seguir adelante. Además, lamenta que esta carta sea la primera iniciativa del supuesto «diálogo» que acordaron en noviembre entre Roma y los impulsores del Sínodo.
La misiva del Vaticano es bastante explícita. «Deseamos aclarar que ni el Camino sinodal, ni ningún organismo instituido por este, ni ninguna Conferencia episcopal, tiene la competencia de instituir el 'Consejo sinodal' a nivel nacional, diocesano o parroquial», escriben los tres cardenales.
A Roma le preocupa que de hecho o de derecho, este «consejo» sea una «nueva estructura de gobierno de la Iglesia en Alemania, que parece situarse por encima de la autoridad de la Conferencia Episcopal Alemana y sustituirla de hecho». También teme que se instituyan organismos locales similares, «por encima de la autoridad del obispo individual dentro de su diócesis».
El organismo en discordia, «Consejo sinodal», sería una estructura permanente del «Camino sinodal alemán» que éste aprobó en julio de 2022. En la carta vaticana se cita un texto oficial que lo presenta como un «órgano consultivo y de decisión sobre el desarrollo esencial de la Iglesia y de la sociedad, que debe tomar decisiones fundamentales de relevancia 'supra-diocesana'». Se ocupará por ejemplo de «cuestiones presupuestarias, o de planificación pastoral y perspectivas de futuro». Al Vaticano le preocupa que «su composición sería análoga a la de la actual Asamblea sinodal», -o sea, que no estará formado sólo por obispos.
Roma ya avisó en julio que «no sería lícito poner en marcha en las diócesis, sin un acuerdo concordado con la Iglesia universal, nuevas estructuras oficiales o doctrinas que representarían una herida a la comunión eclesial y una amenaza a la unidad de la Iglesia».
También el cardenal alemán Walter Kasper, que durante años ha presidido en Roma el dicasterio responsable de las relaciones con cristianos no católicos, dudaba que este proyecto reflejase la estructura que quería Jesús para la Iglesia.
El presidente de los obispos, Georg Bätzing, responde que «es infundada la preocupación expresada en la carta de que el nuevo organismo pudiera situarse por encima de la Conferencia episcopal o socavar la autoridad de los obispos individuales».
Asegura que las «las decisiones de este órgano tienen el mismo efecto jurídico que las decisiones de la asamblea sinodal». O sea, que éstas «no pueden limitar la autoridad de la Conferencia episcopal y no son vinculantes para los obispos».
En la práctica, confirma que seguirán adelante con su idea, «dentro del derecho eclesiástico vigente, de conformidad con el mandato contenido en la resolución» del camino sinodal. «Nadie está cuestionando la autoridad del episcopado», insiste. Y se compromete con tono duro a «respetar los límites y posibilidades que da el derecho eclesiástico».
Bätzing lamenta que «aún no hemos podido discutir en absoluto con Roma los contenidos y objetivos de la consulta sinodal a todos los niveles en la Iglesia de nuestro país». Además, elogia los buenos resultados de este proceso de «responsabilidad compartida» de la Iglesia en Alemania.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete