El Gobierno limita los rebozados en los colegios y prohíbe la bollería industrial y las bebidas azucaradas
Consumo quiere que al menos el 45% de las raciones de frutas y hortalizas que se sirvan en los colegios e institutos sean de temporada
Los comedores escolares tendrán que ofrecer menús veganos, así como alternativas para alumnos con sensibilidades religiosas diversas
Croquetas una vez al mes: Bustinduy limita el consumo de rebozados en los comedores escolares
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El Gobierno limitará a una vez al mes los platos precocinados que se sirvan en comedores escolares, entre los que se incluyen «rebozados, croquetas y pizzas». Así lo ha anunciado el ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, que también avanzó que en los comedores escolares se limitarán los procesados y los ultraprocesados. Además, se retirarán los productos de bollería industrial y las bebidas azucaradas de las máquinas expendedoras de los colegios españoles, aunque estos dos productos tampoco se podrán servir en cafeterías.
Los comedores escolares estarán obligados a ofrecer menús o alternativas para los alumnos veganos, vegetarianos o con limitaciones alimentarias por motivos religiosos. Por ejemplo, comida 'halal' en el caso de estudiantes musulmanes o 'kosher' si la familia practicara el judaísmo.
El real decreto entrará en vigor durante el curso que viene. Según matizan fuentes del ministerio a ABC, esto no quiere decir que ya estará en marcha en septiembre, sino que previsiblemente lo hará en el segundo o tercer trimestre. Según ha destacado el ministro Bustinduy, esta nueva normativa va a garantizar que se sirvan cinco comidas saludables a la semana en todos los centros escolares. En concreto, en centros públicos, concertados y privados que impartan educación infantil (2º ciclo), Primaria, ESO, Bachillerato o FP grado básico o medio.
Productos de temporada y ecológicos
Este nuevo real decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles fijará que al menos el 45% de las raciones de frutas y hortalizas que se sirvan en los colegios e institutos deberán ser de temporada, y que al menos el 5% del gasto mensual que cada comedor escolar destine a la compra de productos debe usarse para adquirir alimentos de producción ecológica.
Pescado y arroz o pasta integral, por ley
La norma establece servir entre una y tres raciones de pescado a la semana, una frecuencia que supondrá un incremento notable del consumo de pescado a nivel nacional ya que, según estimaciones del Ministerio de Consumo, hay 1.200 comedores escolares en España en los que nunca se sirve pescado (partiendo de los datos del informe de resultados del Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria 2021-2025).
En cuanto a las legumbres, en la actualidad, según los datos ofrecidos por las comunidades autónomas, hasta el 14% de los centros escolares incumplía la recomendación de servir este alimento al menos una vez a la semana. En el caso de los cereales, el real decreto estipula que semanalmente se ofrezca al menos una ración de arroz o pasta integral, además de varias de pan integral.
Más allá de la prohibición de bollería industrial y bebidas azucaradas, el texto obliga a que no se puedan vender productos que superen un contenido máximo de 5 gramos de azúcares por porción envasada y que incumplan los criterios recomendados por organismos como la OMS sobre los límites para la ingesta de grasas, azúcares y sal.
Así, el valor energético por porción envasada no debe superar las 200 kilocalorías. Esto se relaciona con la recomendación de repartir la energía necesaria a lo largo del día: el 25% en el desayuno (o bien, el 15% si es un desayuno ligero y se complementa con un 10% en el almuerzo), el 35% en la comida del mediodía, el 10% en la merienda y el 30% restante en la cena. Por ello, expone que la oferta de almuerzo de media mañana y merienda no debe proporcionar más del 10% del total de la energía diaria; 200 kilocalorías como máximo.
En cuanto a las kilocalorías que procedan de la grasa, estas no pueden superar el 35%. Esto se traduce en que el contenido máximo de grasas será de 7,8 gramos para una porción que no sobrepase las 200 kilocalorías.
En el caso de las grasas saturadas, las kilocalorías con esta procedencia no pueden superar el 10%. Así, deben tener un máximo de 2,2 gramos de grasas saturadas para una porción limitada a 200 kilocalorías. Para los azúcares añadidos o libres, el mismo porcentaje, el 10% como máximo de las kilocalorías con esta procedencia, lo que supone un máximo de 5 gramos de azúcares añadidos para una porción de 200 kilocalorías. Finalmente, la sal, el máximo debe ser 0,5 grados (0,2 gramos de sodio) para la mencionada porción de 200 kilocalorías.
Frituras y precocinados: una vez al mes
El ministro Bustinduy ha resaltado también que este real decreto va a limitar los platos precocinados a una ración al mes. En este sentido, comidas como pizzas, croquetas, empanadillas o frituras que sean precocinadas se podrán servir una vez al mes como máximo. Por otro lado, las frituras que se elaboren en el día (que no procedan de productos precocinados) podrán servirse una vez a la semana como máximo, indicándose que para elaborar estas frituras se use preferentemente aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico.
200 millones de euros para las familias más vulnerables
Por otra parte, el ministro Bustinduy ha anunciado que inyectará casi 200 millones de euros a las comunidades autónomas destinados a cubrir las necesidades básicas de las familias más vulnerables en alimentación e higiene. A lo largo de todo su discurso, el ministro de Consumo ha remarcado que la nueva normativa va orientada a mejorar la alimentación independientemente «del nivel de renta y del código postal» en el que hayan nacido estos menores, y con el objetivo de reducir las desigualdades en el ámbito de la salud.
El texto ha sido elaborado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 con cuatro ministerios más como coproponentes (Educación, Formación Profesional y Deportes; Agricultura, Pesca y Alimentación; Sanidad; y Juventud e Infancia). Según han trasladado a este diario fuentes del Ministerio de Consumo, este Real Decreto también permite avanzar en el cumplimiento del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil 2022-2030.
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