Bobi, el perro más anciano del mundo, logra el récord Guinness tras alcanzar los 30 años de edad

Hasta ahora, el perro que había llegado a una edad similar a la de Bobi murió en 1939 a los 29 años y cinco meses. La edad de Bobi, además, ha sido constatada por la base de datos de mascotas del gobierno portugués, que es administrada por la Unión Nacional de Veterinarios.

El animal ha vivido toda su vida con la familia Costa en Conqueiros, cerca de la costa oeste de Portugal. Junto a Bobi nacieron más cachorros, pero fueron sacrificados ante la imposibilidad de la familia de mantenerlos. Él, sin embargo, logró escapar.

Leonel, uno de los hijos de la familia, mantuvo junto a sus hermanos en secreto a Bobi, hasta que sus padres lo descubrieron y pasó a ser un miembro más de la familia, hasta el punto de que se alimenta de lo mismo que sus familiares humanos.

«Entre una lata de comida para animales o un trozo de carne, Bobi no duda y elige nuestra comida«, dice Costa. El secreto de su longevidad, dice, es el »ambiente tranquilo y pacífico« en el que vive. Más allá de un susto que tuvo en 2018 por dificultades para respirar, su salud ha sido siempre buena. Ahora, con los años, tiene ya dificultades para moverse y deficiencias en la vista.

La constatación de que Bobi es el perro más anciano se produce solo dos semanas después de que el Libro Guinness de los récords nombrara a otro perro, Spike, un chihuaha, como el perro vivo más viejo, a los 23 años. Desde entonces, Guinness actualizó sus registros y anunció a Bobi como el perro vivo más viejo y el perro más anciano de la historia.