El hermano de Jorge Gómez: «Esto ha sido un calvario»

Sus familiares ya tienen su cuerpo para traerlo a España. «Mi hermana Laura quería identificarlo, pero no hay duda. Jorge llevaba toda su documentación encima », apunta su hermano, que señala a que ha sido la Unidad Militar de Emergencias (UME) de España la que les ha entregado a su hermano, novio, hijo y yerno. A los pies del amasijo de escombros en el que se convirtió el edificio del 286 de Álvaro Obregón en la Colonia Roma de Ciudad de México estuvo, desde que el suelo tembló, Irene Lasanta, novia de Jorge. «No ha perdido la esperanza hasta el final», remarca Alejandro.

Laura, hermana de Jorge, acudió al rescate. Al llegar su marido, que iba para ver salir con vida al malagueño de entre las ruinas, se convirtió en traductor de los equipos de salvamento y del equipo técnico de Estados Unidos. Era tiempo de ayudar. «Ahora también está allí la madre de Irene. Es un golpe muy duro y debe estar arropada», añadió Alejandro.

La familia se esperaba el fatal desenlace. «Desde hace unos días estamos moviendo el papeleo para una posible repatriación del cadáver. Hoy mismo —por ayer—, he estado entregando documentación antes de conocer la noticia», recuerda el hermano de Jorge, que añade que «está todo listo». «El momento ha llegado. Estaba ya previsto. Sólo queda decidir si traer el cuerpo o las cenizas . Por lo demás, está todo preparado», señala Alejandro, que dice que Jorge Gómez Varo, la segunda víctima mortal española del terremoto de México, recibirá sepultura en Málaga.

No pudo salir con vida, el rescate fue un sinfín de problemas. «Los equipos de salvamento tuvieron que hacer muchos parones. No se podía avanzar más rápido. Ha habido muchos problemas que han hecho que todo fuera muy lento», afirma Alejandro, que señala que no sabe si su hermano podría haber sido rescatado con vida en otras condiciones. «Ha habido un cúmulo de cosas que lo han complicado todo », afirma el hermano de Jorge en relación a las lluvias, la falta de medios, los terremotos y las réplicas o el mal estado de la estructura del inmueble de seis plantas de oficinas, unas ruinas donde se han llegado a contabilizar hasta 52 posibles cadáveres, que todavía se mueve y amenaza con derrumbarse.