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Papa Francisco: «María puso en marcha la revolución de la ternura»

Bendice un poste indicador del Camino del Santiago

El Papa preside esta mañana la Eucaristía en el santuario de Sumuleu Ciuc EFE
Juan Vicente Boo

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En el santuario más popular de Rumanía, frecuentado por decenas de miles de peregrinos de Hungría -entre los que figuraba este sábado el presidente de la República, János Áder, como ciudadano privado- el Papa Francisco ha afirmado que María, «la muchacha de Nazaret , en la periferia del imperio romano y en la periferia de Israel, fue capaz de poner en marcha con su ‘sí’ la revolución de la ternura».

Ante más de cien mil personas que habían pasado muchas horas de espera bajo la lluvia y el frío en una ladera de los Cárpatos , el Papa Francisco ha celebrado la misa de la peregrinación anual al santuario de Sumuleu Ciuc, capital espiritual de Transilvania, que fue parte de la historia de Hungría durante nueve siglos hasta la derrota del Imperio Austro-húngaro en la Primera Guerra Mundial. El gobierno de Rumanía estaba representado por la primera ministra, Viorica Dancila .

Después de haberse revestido con los ornamentos litúrgicos en un contenedor habilitado como sacristía, el Papa ha caminado por el fango hacia el altar al aire libre, donde se había instalado una preciosa imagen de la Virgen, una talla en madera del siglo XVI de más de dos metros de altura.

En su homilía, Francisco ha recordado el calor humano de María, «que intercedió ante Jesús para realizar el p rimer milagro », salvando del bochorno a unos novios que se habían quedado sin vino en su fiesta de bodas en Caná de Galilea.

Intersección de María

El Papa ha añadido que María intercede también «para que no nos dejemos robar la fraternidad por las voces y las heridas que alimentan la división y la fragmentación».

Francisco ha invitado a los peregrinos, casi todos de lengua húngara de Transilvania o de Hungría, a «caminar juntos» y «a descubrir la mística de vivir juntos, de no tener miedo a mezclarnos, encontrarnos y ayudarnos», un consejo que vale para Rumanía y muchos otros países.

Como alternativa a quienes fomentan histéricamente la división y a la marginación en las sociedades, el Santo Padre ha propuesto «el compromiso de luchar para que los rezagados de ayer sean los protagonistas del mañana, y los protagonistas de hoy no se vuelvan los rezagados del mañana ».

Cuna de la primera universidad

El Papa se desplazó por la tarde a Iasi, la capital de Moldavia, ciudad orgullosa de haber sido la cuna de la primera universidad -hoy tiene cinco, con estudiantes de muchos países- y el primer periódico de Rumania.

Pero Iasi era también uno de los dos puntos de partida, junto con Targoviste -antigua capital de Valaquia antes que Bucarest- de los dos caminos a Santiago de Compostela , que se unifican después nl el «Camino de Transilvania», rumbo a Budapest como siguiente etapa hacia «Saniacob».

El viernes, durante el vuelo de Roma a Bucarest, Francisco había comentado sonriendo a una periodista española que le entregó un regalo muy alusivo y le recordó el Año Santo Jacobeo de 2021: «¿Tengo que hacer el Camino de Santiago?». Estaba claro que le gustaría ir.

En Iasi, el monasterio de Galata tiene como patrón al Apóstol Santiago, y saliendo de la ciudad hacia el noroeste se encuentra dos de las «Iacobeni», un nombre común de ciudades relacionadas con Santiago, algunas de las cuales cambiaron su nombre a Jakobsdorf después de la colonización alemana.

Ante la moderna y luminosa catedral de Santa María Reina, construida en forma de corona y consagrada en 2005, el Papa ha bendecido un marco de piedra blanca del Camino de Santiago -con su estrella dorada sobre fondo azul-, pues esta peregrinación es cada vez más popular en toda Europa.

Poco después, en el encuentro con los jóvenes y las familias, Francisco ha afirmado que «la vocación cristiana nos pone en movimiento y nos hace abrir caminos». Y ha recordado que «de esta ‘capital histórica y cultural’ del país se partía juntos, en la Edad Media, como peregrinos por la Vía de Transilvania hacia Santiago de Compostela», un viaje que entonces podía llevar casi un año entre la ida y la vuelta.

En la línea de «ternura» de la homilía de la mañana, el Papa ha recordado el papel de la familia en la entrega de la fe a las nuevas generaciones , pues «la fe no se transmite solo con palabras sino con gestos, miradas, caricias como las de nuestras madres y abuelas, con al sabor de las cosas que aprendimos en el hogar, de manera simple y auténtica».

Las plazas y calles de Iasi estaban llenas de gente alegre, con visible presencia de jóvenes. Más de cien mil personas saludaban, aplaudían, meditaban y rezaban con el Papa. Muchas venían de lejos, incluso de los países circundantes.

El Santo Padre se trasladará el domingo a Blaj, en Transilvania, donde beatificará por la mañana a siete obispos mártires de la dictadura comunista, y mantendrá por la tarde un encuentro con la comunidad gitana local antes de emprender regreso a Roma.

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