El Papa afirma que Dante «supo expresar, con la belleza de la poesía, la profundidad del misterio de Dios y del amor»

El Santo Padre - profesor de literatura en su etapa de jesuita joven -, afirma que Dante «supo expresar, con la belleza de la poesía, la profundidad del misterio de Dios y del amor» .

Según Francisco, la «Divina Comedia» como «altísima expresión del genio humano es fruto de una inspiración nueva y profunda, de la que el poeta es consciente cuando la menciona como el ‘poema sagrado / en el cual han puesto mano el cielo y la tierra’».

Después de citar elogios de todos los Papas a partir de León XIII, el Santo padre afirma que «yo también deseo acercarme a la vida y a la obra de este ilustre poeta para percibir precisamente dicha resonancia», y para aprovechar «las advertencias y reflexiones que hoy continúan siendo esenciales para toda la humanidad , no solo para los creyentes».

Su oposición a la política de su ciudad natal, a la que siempre amó, costó a Dante vivir gran parte de su vida en el exilio, y al rechazar «las condiciones humillantes de una amnistía que le hubiera permitido regresar a Florencia, en 1315 fue condenado a muerte nuevamente, esta vez junto con sus hijos adolescentes».

Francisco hace notar que «la misión profética de Dante incluye también la denuncia y la crítica dirigida a los creyentes, sean Pontífices o simples fieles, que transforman la Iglesia en un medio para sus propios beneficios, olvidando el espíritu de las Bienaventuranzas y la caridad hacia los pequeños y los pobres».

El Papa destaca el amor de Dante por la libertad , elogiada en su poema por Beatriz, y la valentía del poeta al decidir «usar la lengua de todos (el italiano, en lugar del latín) para el gran poema del más allá».

Según Francisco, «en este particular momento histórico, marcado por tantas sombras, por situaciones que degradan a la humanidad, por una falta de confianza y de perspectivas para el futuro», la figura de Dante «puede ofrecernos palabras y ejemplos que den impulso a nuestro camino».

Concretamente, «puede ayudarnos a avanzar con serenidad y valentía en la peregrinación de la vida y de la fe » hasta que lleguemos «al fin último de toda la humanidad, ‘el amor que mueve el sol y las estrellas’», como se refiere a Dios en el cántico del Paraíso.