Calidad docente y salida laboral para los alumnos: así es una universidad líder

Un solo criterio puede servir para empezar a transitar el camino de la elección: la reputación de la universidad. Sobre esta cuestión se habló en el «Building Universities’ Reputation», un foro internacional sobre la calidad de las universidades organizado por la Universidad de Navarra los días 30 y 31 de marzo. ABC habló con los principales ponentes para que expliquen qué hay que tener en cuenta para elegir la mejor universidad.

«La buena reputación de las universidades está ligada sobre todo a la experiencia del alumno. Pero lo más importante es que la universidad los ayude en el futuro, no solo

en la carrera sino en lo que viene después», señala Mark Sudbury, vicerrector de la Universidad Saint Mary de Reino Unido y experto en marketing. Dasha Karzunina es miembro de la famosa compañía de clasificación mundial de universidades, el ranking QS. A la hora de elaborarlos, dedican una parte a entrevistar a empleadores para saber de qué universidades reclutarían alumnos ..

En este sentido coincide Jan Sadlak, director del Observatorio Internacional de Rankings (IREG): «La reputación de la universidad es buena para el alumno y para la propia institución. Contribuye a aportar valor a los estudios y esto se traduce en un diploma de calidad, muy importante en el mercado laboral».

Marijk van der Wende, decana de estudios de Grado de la Universidad de Utrecht (no hay que olvidar que Holanda tiene algunas de las mejores universidades del mundo ) es contundente en cuanto a los requisitos de una buena institución:

«Debe ser un todo entre docencia e investigación y que esté al servicio de la sociedad. Además, debe contar con una buena comunidad académica así como cultura institucional para los estudiantes y la gente que trabaja allí».

Sin embargo, aclara que la mayor prioridad para un alumno debe ser «cómo se enseña porque la investigación vendrá más adelante». Por su parte, Josep María Vilalta, secretario ejecutivo de la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP) cree que «la decisión gira en torno a los profesores o a la calidad de la formación, pero también en función de los grupos de investigación».

De hecho, cree que en España es importante incrementar la financiación pública destinada fundamentalmente a la investigación. Factor necesario que también considera Dasha Karzunina. Pero no

todos coinciden en que la investigación deba ser prioritaria: «La gran mayoría de los alumnos va a trabajar en el contexto de su país y en el europeo, no van a ser grandes figuras de la investigación en el mundo», apunta Hans de Wit, director del Centro Internacional de Enseñanza Superior del Boston College.

La clasificación de universidades a nivel mundial a través de rankings como el QS, U-Multirank, etc. ha sido uno de los temas más comentados del foro celebrado en Navarra. Hubo una sorprendente coincidencia respecto a su escasa importancia para elegir la mejor universidad, incluso entre aquellos que trabajan en compañías de rankings.

«Los rankings forman una parte importante de la decisión final del alumno, de hecho, hicimos estudios que demuestran que antes de elegir siempre consultan estas clasificaciones realizadas a nivel

mundial. Es bueno para los alumnos internacionales que puede que tengan menos información de instituciones de otros países, pero no debe la razón número uno para tomar la decisión final . Además, a nivel gubernamental, muchos países como Rusia o Australia tienen interés en aparecer en los primeros puestos y ello puede condicionar su propia política gubernamental y la de las universidades», advierte Mark Sudbury.

«A los rankings se les presta mucha atención también por parte de los profesores. La comunidad académica es a veces como una manada de lobos. Saben muy bien quiénes son buenos y quiénes no, y se comparan permanentemente», cuenta Jan Sadlak. Hay otros rankings que dependen de los medios, por eso, «la Comisión Europea está trabajando en dar herramientas de transparencia», explica Marijik Van der Wende. Por su parte, Karzunina, miembro de la empresa del ranking QS reconoce que no debe ser el único factor a tener en cuenta porque cada clasificación usa criterios diferentes.

La importancia que se le otorga a los rankings varía por países: los asiáticos, tienen una gran obsesión, sobre todo por la presión que sobre ellos ejercen sus padres. En cambio, los alumnos de Europa

occidental o los norteamericanos son más prácticos al respecto. En cifras, los alumnos de Asia, India y Oriente Próximo le dan una relevancia a los rankings del 50%, mientras que para los europeos y estadounidenses ese porcentaje se reduce al 30%.

«La calidad de la educación es el principal foco que deben tener en cuenta las universidades», zanja Mark Sudbury. Aparte de la salida laboral, Karzunina agrega que la columna vertebral de una buena universidad tiene que ser la reputación académica. Y en esto tienen mucho que decir los docentes: «La reputación se gana si los centros cuentan con buenos docentes», señala Hans de Wit. A su juicio, en España, por ejemplo, todas las universidades tienen perspectiva en investigación pero deben procurar contar con buena enseñanza, buena calidad del profesorado, y de programas de grado y posgrado», concluye Jan Sadlak, que añade también la importancia de una buena oferta educativa.

La vida universitaria no se limita a las clases. El alumno comparte vivencias e interactúa con el ámbito académico durante muchos años con profesores y compañeros. «La experiencia es multifacética, incluye los clubes, la interacción social y llega también al ámbito académico. Queremos que la universidad

sea un lugar para estar, pero que sea la mejor combinación de crecimiento personal para el mayor número de estudiantes . No solo se aprende en clase», concluye Marijk Van der Wende.

El mudo globalizado hace cada vez más evidente la necesidad de la internacionalización de las universidades. Para Dasha Karzunina es muy importante que la universidad tenga capacidad para reclutar alumnos y académicos internacionales. Josep Marí Vilalta considera importante que España pueda internacionalizar las aulas con estudios de calidad, impartidos en lengua inglesa y con posibilidades de becas y ayudas al estudio.