Alergias primaverales: ¿Qué hacer para que los efectos sean más llevaderos?

Desde el equipo de alergología del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla nos detallan las claves para convivir mejor con las alergias primaverales.

Si hubiera que hacer un mapa de alergias, ¿cuáles son los tipos de polen que afectan más?

Según comenta la Dra. Donado, en Andalucía, los causantes del mayor número de alergias por polinización son las gramíneas y polen de los árboles, como el plátano de sombra, el ciprés y el olivo. No hay que olvidar que la alergia a los ácaros también suele provocar muchas crisis durante los meses de primavera.

¿Qué consejos puede ofrecer a las personas alérgicas a los pólenes para reducir los síntomas?

Existen unas medidas sencillas y básicas para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Y estas son: no hacer ejercicio en el exterior, usar gafas de sol y/o mascarillas con filtro, viajar con las ventanillas del coche cerradas, no ventilar las casas ni a primera ni a última hora del día y tener la medicación adecuada.

¿Qué personas son las más vulnerables a ser alérgicos?

No es que haya personas más vulnerables como tal. Hay personas con predisposición genética, como ocurre con otras muchas enfermedades.

Sin embargo, los factores determinante son el lugar dónde vivimos, qué respiramos, qué manipulamos en el trabajo, qué comemos… Por ejemplo, para hacerse alérgico al polen de olivo hay que respirarlo; es decir, hay que vivir en el sur de Europa; para hacerse alérgico a perro hay que tener perro, o tener contacto con él; para hacerse alérgico a un alimento hay que comerlo, y así sucesivamente.

El Dr. Orovitg apunta que «no basta con una predisposición genética, hay que estar expuesto a los diferentes alérgenos. Cualquiera somos susceptibles de hacernos alérgicos».

¿Cuándo es necesario acudir a un especialista?

Se debe acudir al alergólogo siempre que se tengan síntomas sospechosos de alergia (picor de ojos o nariz, moco claro, lagrimeo, ojo rojo, estornudos, congestión, dificultad para respirar, tos, dermatitis, etc.) para poder determinar el factor causante, poner un tratamiento específico y, lo más importante, para tratar de prevenir y/o curar dichos síntomas. No hay enfermedades sino enfermos. No existen medicamentos que le valgan a cualquiera. Hay que valorar de forma individual.

En algunas ocasiones, hay medicamentos que ayudan a combatir los síntomas, pero producen sueño, ¿se puede tomar medicaciones igual de efectivas pero que no produzcan esos efectos? 

Por supuesto, desde hace años disponemos de medicamentos antihistamínicos que no provocan sueño, de ahí la importancia de valorar cada caso y de acudir al especialista.

¿Existen algunos medicamentos antialérgicos a los que haya que prestar especial atención?

Los medicamentos antialérgicos a los que hay que prestar mayor atención es a los vasoconstrictores nasales que se venden en las farmacias sin receta, y que están indicados para tratamientos cortos de siete a diez días. El problema es que los síntomas de la alergia a pólenes suelen durar semanas y estos medicamentos, a medio y largo plazo, provocan más daño que beneficio.

 ¿En qué casos está indicada la inmunoterapia? ¿Cuándo es viable la vacunación antialérgica?

La inmunoterapia es la vacunación con alérgenos específicos y es el único tratamiento capaz de modificar el curso de la enfermedad alérgica y hacer desaparecer sus síntomas. Está claramente indicada cuando hay asma bronquial para curarlo y cuando el resto de síntomas (ojos, nariz y/o piel) afectan a la calidad de vida del paciente, a pesar de existir un tratamiento médico correcto.

Hoy día tenemos vacunas inyectadas a nivel subcutáneo y en gotas o en comprimidos, ambas a nivel sublingual. Estas últimas las deberá tomar el paciente en su domicilio. En los tres casos, la duración del tratamiento es, por regla general, entre 3-5 años, y siempre merece la pena porque es una inversión en salud.

 Una inmunoterapia bien indicada puede hacer desaparecer los síntomas de la alergia y mejorar la calidad de vida del paciente. Es nuestra mejor y mayor arma de tratamiento.

La Seaic explica que, de los pólenes alergénicos globalmente en España, las gramíneas de crecimiento espontáneo como el «Trisetum», «Dactylis» y otras muchas más (por ejemplo, las malas hierbas que crecen en los bordes de las carreteras, campos de cultivo, descampados, praderas, etc.) son la causa más importante de polinosis.

La sensibilización a gramíneas predomina en el centro y norte de la Península a excepción del litoral Mediterráneo, donde la «Parietaria judaica» (una maleza) relega a las gramíneas a un segundo lugar.

Lo mismo sucede con la Olea (olivo) en el sur de España, en aquellas áreas con extensas superficies de olivares, como Jaén, Córdoba o Granada, donde este polen resulta ser la principal causa de polinosis, y las gramíneas se quedan en un segundo puesto. Otros pólenes alergénicos importantes son los Plantagos, Artemisia y Salsola y Chenopodium.

También pueden producir polinosis, aunque con un carácter más local, la Betula (abedul) en los montes gallegos y cornisa cantábrica, las Cupresáceas «arizónicas y cipreses» (enero-febrero) en Madrid o Barcelona, el Platanus (plátano de sombra) (marzo-abril) en Madrid, Mercurialis (una maleza en febrero-noviembre) en Tarragona, Pinus (febrero- abril) en Bilbao y Palmáceas en Elche (febrero-abril).