Sevilla encadena ya 62 meses de sequía con el verano a la vuelta de la esquina y con previsiones de 40 grados

Desde esa fecha, la sequía se ha instalado en el vocabulario de los ciudadanos y desde hace cinco años hemos observado cómo cada vez llueve menos en la provincia de Sevilla.

De hecho, en lo que va de 2023, la capital ha acumulado 130 litros, de los que 43 que se han registrado este mes de junio, destacando el día 8, festividad del Corpus, cuando cayeron 29 litros, según los datos de la página web eltiemposevilla.es, según el observatorio meteorológico profesional automatizado situado en el barrio de Triana.

Y todo ello en un contexto en el que la pasada primavera fue la más cálida y la segunda más seca de la serie histórica desde que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tiene datos estadísticos del país.

De hecho, y según la propia Aemet, lo que nos depara para este verano es más de los últimos años, mucha más calor que la media, si bien a estas alturas aún no se ha registrado una primera ola de calor, como así ocurrió por estas fechas hace un año en Sevilla.

Ante este contexto, el propio consejero delegado de Emasesa, Jaime Palop, apuntaba en ABC que «esta sequía no tiene precedentes y que probablemente alcance un sexto año», ante un clima cambiante que ha dejado esta pasada primavera un mes de marzo 'mayeante' y un mayo 'marceante', alterándose así las estadísticas meteorológicas de Sevilla, si bien en mayo llovió menos como queda registrado en las estadísticas de Aemet.

Ante este panorama lo que queda es concienciar a los sevillanos para que precien el valor del agua. Por ello, se puso en marcha a finales de año una campaña por parte de Emasesa con el objetivo de reducir el consumo, que estaba cifrado en 116 litros por día y persona en el año 2020 a los 90 recomendados en esta época de sequía persistente. Desde su puesta en marcha, el 45% de los sevillanos han logrado reducir este consumo a los 90 litros, según los datos de la propia empresa pública del agua.

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Desde el pasado mes de octubre, Sevilla y su área metropolitana se encuentran en alerta por escasez de recursos y el agua almacenada equivale aproximadamente al gasto de un año y medio, por lo que existen limitaciones a su uso recogidas en los bandos municipales de los ayuntamientos abastecidos, si bien como el propio Palop avanzó en su día en este mismo medio, «no existe el riesgo de cortes del suministro este año», como sí lo hubo en el anterior período de sequía en Sevilla, entre los años 1992-1995. Hay que recordar que la primera gran sequía de la que se tiene constancia se desarrolló entre los años 1974-76 y la segunda entre 1981-83.

Además de esta campaña de concienciación de Emasesa, se han tomado otras medidas en sus pantanos ante la bajada de volumen. Se trata de un laboratorio flotante sobre las aguas del pantano de Zufre —que se encuentra al 15% de su capacidad en la actualidad— y cuya finalidad es la de conocer la calidad del agua embalsada y hacer un seguimiento de la evolución de la biodiversidad asociada analizando las plantas y la fauna en su propio hábitat. Esta iniciativa está impulsada por la Universidad de Sevilla.

Al estar en un emplazamiento aislado, esta Estación de Vigilancia Ambiental (EVA) necesita un medio de transporte amplio y seguro para la toma de muestras y el traslado de los científicos y sus equipos. Para ello, la empresa sevillana Tank Aluminum Cover, con sede en Aznalcóllar, encargada de la construcción de la plataforma, también ha diseñado unas pontonas o embarcaciones auxiliares propulsadas por energía solar fotovoltaica, como informa Brazo Mena.