Crimen machista de Rocío Caíz en Estepa: ¿Fue violada antes de ser asesinada y descuartizada?
Una declaración magistral del forense Joaquín Lucena desvela las conclusiones de la autopsia de los restos de la víctima, de 17 años, pero queda el interrogante de su sufrió una agresión sexual o no
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Sevilla
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Iniciar sesiónEste martes era un día clave para el jurado popular que está enjuiciando el crimen de Rocío Caíz, la joven de 17 años asesinada y descuartizada el 2 de junio de 2021 en Estepa por Adrian N, su exnovio de origen rumano. Joaquín Lucena ... y Antonio Rico, los forenses del Instituto de Medicina Legal que realizaron la autopsia a los restos desmembrados del cadáver, han comparecido para explicar las principales conclusiones de sus análisis. ¿Fue violada la joven antes de ser asesinada y desmembrada?
Era la principal interrogante por esclarecer, pues el delito de agresión sexual es lo que sustenta la petición de prisión permanente revisable de las acusaciones particulares que ejercen los padres de Rocío y el bebé nacido en enero de 2021 fruto de la relación con su asesino confesó. La Fiscalía, en cambio y a la espera de una posible modificación de su petición en las conclusiones definitivas, solicita 14 años por un delito de homicidio.
Joaquín Lucena, jefe del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Sevilla, ha ofrecido una explicación magistral de trabajo forense realizado sobre los restos de Rocío Caíz, que el asesino confeso había ocultado en diez bolsas de basuras escondidas en tres puntos de Estepa: el piso donde ocurrió el crimen, un olivar y el entorno de la nave del negocio familiar.
Ha dado detalles necesarios para el tribunal popular, por escabrosos que puedan parecer, para que se hicieran una idea de la macabra actuación del acusado después de estrangular a Rocío con un cordón tras abordarla por la espalda.
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Los restos de nueve de las diez bolsas presentaban un avanzado estado de descomposición. En cambio, los guardados en la décima bolsa habían estado congelados. Los cortes del cuerpo, realizado con uno o dos cuchillos de tipo carnicero, para desmembrarlo se hicieron 'postmorten', esto es, después de acabar con su vida.
En cambio presentaba lesiones y hematomas realizados en vida en la cara interna del muslo, tobillos, en la cara interna de la pantorrilla o antebrazo. Según los forenses, lesiones que reflejan un mecanismo de defensa o de intentar parar los golpes del agresor.
El acusado declaró que Rocío y él se pelearon antes de estrangularla por delante. La Fiscalía también mantiene que hubo una discusión previa. Y las acusaciones sostienen que fue un ataque sorpresivo por detrás, sin posibilidades de defensa por parte de la chica. ¿Son lesiones de una pelea entre ambos o son reflejos de intentar parar el ataque?
Y la herida vital más importante porque describe el mecanismo de la muerte: un surco en el cuello de once centímetros de longitud y siete milímetros de anchura, compatible con la cuerda que se localizó en el piso.
«En la vagina no se aprecian lesiones de una agresión sexual», ha afirmado Joaquín Lucena, quien ha expuesto sus conclusiones de pie y con una ayuda de una proyección visual en la pantalla de la sala. La fiscal le ha insistido en este asunto y él ha respondido que no hay signos de una agresión sexual.
En cambio, en el turno de preguntas de las abogadas de los padres y el bebé de Rocío, María José Atoche y Amalia Calderón, respectivamente, el doctor Lucena y su compañero Antonio Rico han dejado la puerta abierta. «La lesión interna en el muslo es compatible con una resistencia a una agresión sexual, una apertura del muslo para un mejor acceso al órgano genital. Sí es compatible». Ha respondido Lucena. La lesión del antebrazo también es «compatible» con un abordaje de tipo sexual.
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Sobre la cuestión de si fue estrangulada por la espalda por el agresor mientras ella estaba de pie y tumbada en la cama, no ha podido aclarar esta cuestión. La autopsia no ha desvelado restos del acusado en el cuerpo de Rocío compatibles con una agresión de ella hacia él.
Ambos forenses han coincidido en señalar que el desmembramiento que hizo Adrian del cuerpo de Rocío es un trabajo que requiere de «horas y horas». «Es de una persona que no tiene conocimientos, aunque hoy en Internet hay de todo». Fue un desmembramiento «innecesario y que no tiene explicación objetiva» para el propósito que se buscaba, que era ocultar el cuerpo. Le extrajo los órganos, vísceras y desmembró sus partes más íntimas.
Además, Lucena y Rico también han aclarado que es posible una agresión sexual sin lesiones en zona vaginal. «En el 80 por ciento de las personas que sufren una agresión sexual las lesiones son cero». Desde el punto de vista forense se confirma una penetración. El acusado dice que fueron relaciones consentidas. Las acusaciones plantean una violación. «Se puede considerar que existen restos de semen en el contexto de una agresión física», ha afirmado Antoni Rico.
Tras esto, está en manos del tribunal decidir si Rocío Caíz fue violada o no, lo que permitirá a las acusaciones mantener su petición de prisión permanente revisable. Lo que sí ha quedado aclarado es que Adrian atacó a Rocío por la espalda y la estranguló por la espalda, a pesar de los intentos de su defensa, Manuel Manzaneque, de que los forenses admitieran que podía haber sido un ataque de frente.
Además, a preguntas de este letrado, el forense ha aclarado que las lesiones de Rocío son porque ella «pone el antebrazo para parar una agresión o intentando no recibir golpes».
El taxista desmiente al acusado
Otra cuestión desvelada este martes es que Adrian mintió en su declaración en el juicio. Éste declaró que el día 2 de junio Rocío le llamó para verse en su piso de Estepa, en el que ambos convivían hasta meses antes, cuando ella se fue con sus padres a Martín de la Jara y daba por rota la relación.
Adrian contó que fue Rocío quien llamó a un taxista para que la llevara a Estepa. En cambio, las acusaciones rechazan este extremo. Y hoy el propio taxista ha confirmado que fue Adrian quien lo llamó y le dijo que fuera a Martín de la Jara a recoger «a su novia». Como no tenía dinero suficiente para pagarle los 30 euros de la carrera, le pagó con tarjeta diez euros de gasolina.
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