Empresas de Sevilla mandan a sus casas a miles de empleados para evitar contagios del coronavirus

La empresa Fujitsu tiene a 600 trabajadores en el edificio Catalana de Occidente de Sevilla, en Viapol . Desde allí prestan servicios de gestión remota de infraestructuras, tienen una factoría de software y cuentan con numerosos comerciales. De forma paulatina, Fujitsu ha ido enviando esta semana a casa a sus empleados de Sevilla y este viernes ya estarán todos prestando servicio desde sus hogares, según fuentes de la compañía.

Entre las empresas que han decidido aplicar el «teletrabajo» y extenderlo a toda su plantilla está la consultora tecnológica sevillana Solte l. La firma Soltel, ubicada en el parque tecnológica Cartuja, cuenta con una plantilla de 234 empleados , la mayoría programadores informáticos, que desde este jueves comenzará a trabajar en casa. La empresa ha enviado una carta a sus clientes informando de que esa situación no implicará un deterioro en la calidad y rapidez del servicio.

Ha activado también un protocolo especial contra el coronavirus la tecnológica sevillana Emergya, con oficinas en Londres, Suiza, Chile y España. En nuestro país cuenta con 400 empleados, de los que 300 están en Sevilla. Su CEO y fundador, Víctor Fernández, ha comunicado a ABC que desde este jueves se aplica el teletrabajo en el 30% de la plantilla de Sevilla y en los próximos días se aplicará esta medida al cien por cien de los trabajadores. Cuestión aparte merecen los trabajadores de Emergya que trabajan en instalaciones del cliente, para lo cual será necesario una negociación entre ambas partes.

Otra de las firmas que se han decidido por el teletrabajo es la empresa de desarrollo de software Z1 , fundada hace cinco años en Sevilla por tres socios, uno de los cuales es su CEO, Héctor Giner. La compañía tiene una plantilla de 50 personas en el Centro de Sevilla, que da servicio en remoto a muchos de sus clientes de Silicon Valley o Nueva York, en Estados Unidos, o Vancouver, en Canadá. Desde este miércoles, los empleados de Z1 están en sus casas trabajando. «Para nosotros ha sido fácil optar por el teletrabajo ante el coronavirus porque realmente está en el ADN nuestro trabajar en remoto para clientes que están por todo el mundo», explican fuentes de la compañía.

De igual forma, la presidenta de IBM en España, Marta Martínez, ha enviado un correo a todos sus empleados comunicándoles que, salvo casos puntuales, teletrabajen. La orden ha sido aplicada en las oficinas de IBM en Sevilla, en la avenida de la Palmera, de forma que sus empleados trabajan desde sus hogares, aunque en realidad ésta ya era una práctica muy extendida en la compañía desde antes que estallara la crisis del coronavirus.

Asimismo, la consultora Accenture ha reforzado el teletrabajo para que, siempre que sea posible, lo lleven a cabo todos aquellos empleados de la compañía desde sus casas. En Andalucía, Accenture tiene 1.900 trabajadores, de las que 1.200 están en Málaga y 700 en Sevilla.

Por otra parte, la compañía de seguros Admiral, que tiene en Sevilla una oficina con 785 trabajadores , aplica desde hace dos semanas medidas preventivas para evitar contagios, entre ellas el teletrabajo. Unas 40 personas han sido dotadas ya de equipos informáticos para trabajar desde sus hogares, un número que se ampliará en breve a 120, según Isabel Arribas, directiva de Admiral . El teletrabajo se aplica especialmente a personas pertenecientes a grupos sensibles, como embarazadas o patologías previas.

Además, Admiral ha aplicado medidas de retorno a desplazados y de aislamiento a las personas que habían viajado. También ha suspendido todos los viajes nacionales e internacionales, así como las reuniones y celebraciones. Ha pedido también a los trabajadores que guarden un metro de distancia, que no se besen ni se saluden con la mano ni se den abrazos entre ellos, ni compartan útiles.

El Grupo Catalana de Occidente, con oficinas en Sevilla , también ha activado un protocolo para facilitar el teletrabajo a cualquier empleados perteneciente a colectivos de riesgo o que tengan dificultades para conciliar el trabajo con el cuidado de hijos menores derivado de las restricciones derivadas por las autoridades sanitarias.

No sólo las tecnológicas han decidido enviar a sus casas a sus plantillas. Hay bufetes de abogados, como Zurbarán, en Sevilla, que han ofrecido a sus empleados la opción de elegir entre el teletrabajo o continuar desarrollando su actividad en sus oficinas de la avenida de Diego Martínez Barrio. «Los más de 35 empleados del despacho Zurbarán podrán optar opcionalmente por el teletrabajo porque tienen portátiles y pueden hacerlo. Además, hemos decidido evitar reuniones con los clientes en la medida de lo posible y hacerlas por conferencia, ya que contamos con medios para ello. Si evoluciona negativamente la crisis del coronavirus, el teletrabajo dejará de ser opcional para ser obligatorio», han explicado fuentes del bufete.

En la delegación de Vodafone en Andalucía, Ceuta y Melilla, donde trabajan 278 personas , se ha optado por el teletrabajo entre el personal administrativo, mientras que en las tiendas se continuará con la actividad pero incrementando las medidas higiénico sanitarias, aumentando la distancia con los clientes o dando permisos retribuidos de 15 días a embarazadas o permisos en situación de riesgo.

Telefónica, con 2.100 trabajadores en Andalucía, 1.000 de los cuales están en Sevilla , ha dado a sus empleados esta semana la opción de elegir si trabajan en sus instalaciones o bien desde sus casas. El viernes se sabrá cuántos trabajadores han optado por el teletrabajo. De igual forma, Telefónica ha pedido a sus empresas colaboradoras que faciliten a sus empleados trabajar desde sus casas.

Endesa -con 2.233 empleados directosd en Andalucía, de los que 1151 están en Sevilla- también ha aplicado un plan de contingencia, implementando «el teletrabajo para el personal de todos los centros de trabajo de los territorios donde opera. Dicha medida se mantendrá activa durante al menos dos semanas», hasta el 27 de marzo. Además, la compañía «ha establecido medidas complementarias en cada una de sus unidades de negocio para garantizar la operación segura de las infraestructuras críticas y de dar cumplimiento a nuestra responsabilidad como proveedor de servicios básicos».

También ha restringido los viajes internacionales y nacionales, instando a sus trabajadores a redefinir sus patrones de trabajo, en el sentido de hacer uso de las tecnologías digitales y de sustituir las reuniones presenciales por encuentros virtuales, suspendiendo los cursos de formación, eventos corporativos, etcétera».

Las empresas sevillanas están creando comités de seguimiento para poder reaccionar ante el impacto que el virus está teniendo en mercados nacionales e internacionales. Así, la consultora e ingeniería sevillana Ayesa -con fuerte implantación internacional- tiene un comité de seguimiento del impacto del coronavirus que se reúne dos veces al día para valorar la situación y promover las acciones que sean necesarias. La firma, que tiene casi 5.000 empleados, 3.000 de ellos en España y 600 en empresas de trabajo temporal- no ha planteado restricciones en el acceso a sus oficinas en España pero sí ha decidido comenzar una campaña activa de teletrabajo para determinados colectivos. «Desde el lunes 16 de marzo se activarán las medidas de teletrabajo en las oficinas de Ayesa en Madrid, y en pocos días más se irán implementando en el resto de nuestras oficinas en España», dice la compañia.

«Los responsables de proyecto están planificando las actividades de los miembros de los equipos y valorar cuáles pueden hacerse en teletrabajo y cuáles en oficina. Esto supone un ejercicio enorme de dificultad para una compañía por la enorme complejidad de los tipos de contratos que tenemos y las obligaciones con nuestros clientes», ha comunidado el CEO de la compañía, José Luis Manzanares Abásolo, quien subraya que «son muchos los proyectos en los que damos continuidad a servicios públicos de nuestros clientes en algunos casos de primera necesidad, que tenemos que seguir prestando, lo que nos implica una dificultad adicional».