Juan Fernández-Miranda y Javier Chicote: «Esta investigación será fundamental para entender la historia de España»

«Cuando nos llegaron esos papeles nos bastaron unos minutos para entender que teníamos algo muy grande por delante. Manglano, un hombre muy desconocido para la opinión pública, es el padre de la inteligencia moderna . La persona que desde su posición ayuda a convertir a España en un país moderno, con redes, una imagen en el exterior… Durante años, se dedicó a escribir notas sobre todos los asuntos que tenían alguna relevancia para el Estado. Por eso todo lo que escribió en su archivo es importante, de una forma u otra . Nosotros nos hemos quedado con lo que hemos considerado imprescindible», apunta Miranda. El lunes 14 de marzo se encargarán de destripar ‘El jefe de los espías’, que así se llama el libro, publicado por Roca editorial, en el Aula de Cultura de ABC, a las 19.30 horas en la Fundación Cajasol.

Secretos de Estado, romances del Rey , alcoholismo en las altas esferas, las tensiones del ejército durante el intento de Golpe de Estado de Tejero , periodistas, con nombres y apellidos, de Pedro J. Ramírez a Jiménez Losantos, que presionan al gobierno de Felipe González con el objetivo de cambiarlo, también poderes económicos que tratan de controlar los medios, desencuentros de Aznar con la Casa Real, corrupción, préstamos indebidos, fondos imposibles de justificar , el caso de Juan Guerra y la venganza de Mario Conde, el de los GAL y el de Bárbara Rey . Todos ellos y unos pocos más, ordenados cronológicamente en el tiempo, van trazando un retrato, a veces incómodo, a veces, insoportable, de este país. Casos, además, que partiendo de la Transición y llegando hasta bien entrados en el siglo XX conforman la base y el tronco de lo que hoy acontece en estas fronteras. «Creemos», dice Chicote, «que hemos hecho un libro esencial para quien quiera conocer la historia de España. Está lleno de material inédito, con conversaciones, datos muy concretos y personajes directamente implicados que hacen de este relato una fuente de primer orden que sorprende al lector en cada una de sus páginas como nos sorprendió a nosotros».

La unificación de estilos hace irreconocible la parte en la que ha ahondado cada uno. Fernández-Miranda, al ser experto en la Transición, se quedó con el principio, mientras que Chicote se decantó por la parte final, aunque ambos editaran al otro y fueran partícipes de la investigación de manera global. Les tiro algo de la lengua, en lo que esperan otra entrevista, y se arrancan con los casos que más les llaman la atención. Primero, Javier Chicote: «Estoy decepcionado con que parte de lo publicado haya pasado un poco inadvertido. A Margarita Robles , que entonces era Secretaria de Estado, y hoy Ministra de Defensa, se le ha preguntado, pero le quita hierro, aunque no niega las acusaciones tan fuertes que se hacen sobre ella. La más polémica tiene que ver con el pago de fondos reservados desde el Ministerio del Interior a la casa del Rey, en metálico, para no dejar rastro. 5 millones de pesetas todos los meses . Las llevaba, creemos, un motorista. Es una ministra en ejercicio que debería rendir cuentas. Solo Rufián en el Congreso y Ana Pastor le han preguntado. Podemos no dice nada. Raro, ¿no?».

Juan Fernández-Miranda saca sobre la mesa lo que orbita alrededor del 23-F: «La documentación que maneja Manglano sobre todo los movimientos que hay en los 80 para cargarse la democracia es brutal . Interesantísimo. Nombres, intenciones, puestos, fichas con una nomenclatura propia para desactivar el movimiento involucionista, la atmósfera que se vive en el ejército… El chantaje al Estado liderado por Mario Conde, parte final del libro que ha tocado más Javier, también nos abre los ojos en muchos aspectos. La gente sabe la música, le suenan cosas, pero no las conoce de manos de una fuente como esta».

Luz, eso les ha movido en la nebulosa de un cuarto lleno de papeles viejos con una historia nueva, negro sobre blanco entre un montón de tachaduras. También luz frente a la zozobra del debate moral que se les planteó: «Hay quien que cree que este tipo de documentos no deben desvelarse y que lo mejor es prenderles fuego. ¿Durante cuánto tiempo? Nosotros creemos, como el lema del Washington Post, que la democracia ‘die in darkness’: muere en la oscuridad. El periodismo, a veces, duele, pero esto refuerza el sistema . Tuvimos miedo de que nos robaran el archivo, cuando lo digitalizamos respiramos tranquilos».