Flamenco SinCejilla
Juan Bacán, facturar una olla de cabrillas
Hermano de Pedro e Inés Bacán, ha actuado por el mundo con figuras como Chano Domínguez e Israel Galván
Luis Ybarra Ramírez
«Cuando haya profesionales delante, no se te ocurra cantar», le decía su hermano, el guitarrista Pedro Bacán. Él, también hijo de Bastián, hermano de Inés y emparentado con todos los Peña de Utrera y Lebrija, permanecía agazapado en una silla en las fiestas de ... los mayores. Allí escuchó a Juan Talega y a La Perrata, a tantos y tantos. Pero él estaba callado. Siempre con los oídos bien abiertos. Vestido de timidez. Una vez se retiraban los grandes y se quedaban solo los más pequeños, ya se atrevía a abrir la boca. Debutó en El Potaje, cantándole por bulerías a Antonio Mairena , que echó a bailar con un pañuelo de lunares. Juan Bacán, sobre todo, ha viajado por el mundo acompañando a los suyos. A Canadá y a Estados Unidos, donde lo meten siempre en un cuartillo. Por sospechoso. A Rusia, donde la estancia le cogió de noche, Laponia y otros rincones del planeta.
Lo primero que hace al pisar suelo extranjero lo tiene claro:«Visitar el mercado . Luego veo los monumentos y demás. Pero lo primero es el mercado, por ahí se define una ciudad . El de Nîmes, por ejemplo, está genial». Ha puesto cara de disgusto al vernos a varios periodistas jóvenes, que venimos a cubrir el festival que se celebra en esta bella localidad taurina, pedir unas cervezas: «Qué pena. Hacer eso en la tierra del vino...». Es panero, y la comida, después de tantos conflictos, le preocupa. «Lo tengo más que comprobado. Cuando sales por ahí no sabes qué te van a ofrecer ni cuánto tiempo vas a tener para parar». Hace unos años, cuando junto a Israel Galván andaba recorriendo Europa, empezaron a importunarle en el mismo aeropuerto de Sevilla. «Eso no lo puede pasar, caballero», le dijeron. Cogió su olla de cabrillas, imposible de facturar ni pasar por el control, y se la comió en un bar. Esta vez, que en Andalucía sí se puede, con una cervecita. Desde entonces se conforma con los bocadillos. «¿Quieres?», le ofrece a cualquiera con el que comparte unas palabras. Lleva una bolsa llena, protegiéndose desde Lebrija ante la incertidumbre del próximo papeo.
Unas semanas estuvo aprendiendo a tocar la guitarra. «Mi hermano me dio pronto por imposible». Y fue su hermano, también, el único que le castigó encima de un escenario: «Actuamos en el rectorado de Sevilla. Y me dijo: ‘Tú vas a salir, pero nadie te va a ver’. Me puso a tocar las palmas detrás de una cortina», se ríe. Orondo y risueño, aún parece reacio a grabar en solitario . «Me lo ha propuesto mi amigo Ethan Margolis, gran músico, pero no es fácil, porque tendría que estar unos meses en Los Ángeles . Tengo que estar a gusto e inspirado. Soy de todo menos profesional». Justo con Margolis y Chano Domínguez grabó un tema, con videoclip incluido, en el que manda a paseo a los murgas que le irritan el oído: ‘No me hables de cante ’ ... Que él sí lo conoce.
María Terremoto intíma con su cante en Triana
La joven cantaora de Jerez, aunque muy vinculada al barrio de Triana, donde de cuando en cuando la pueden escuchar en algunas de las fiestas que surgen de sus rincones, cada menos numerosos, se ha convertido en apenas tres años en una habitual de las programaciones flamencas. Al ciclo ‘Íntimos de Triana’ , que se inauguró hace un par de semanas con un recital de Juana la del Pipa y Manuel Parrilla, llega este viernes 28 de enero junto a Nono Jero . Tendrá lugar en la Sala Flamenquería a las 23 horas. Las entradas hace semanas que se agotaron.
María Terremoto tiene tan solo un álbum de estudio, ‘La huella de mi sentío’, publicado de forma independiente en 2018. Estos días anda preparando el que será su segunda entrega en la industria discográfica. Ha colaborado con Miguel Poveda y obtenido el Giraldillo Revelación en la Bienal de Sevilla. Eso fue hace ya más de un lustro, y ahora ha cumplido 21 , pocos aún, se ha curtido en unos cuantos festivales y proyectos y parece mucho más hecha al escenario. En un espacio reducido, vuelve a mostrar su cante en cercanía con el público.
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