Fernando Fabiani: «Todos tenemos un Woody Allen dentro y somos un poco hipocondríacos»

Antes que nada, este autor se postula como un ferviente defensor del humor como uso comunicativo :«Hasta ahora había usado el humor sólo en el teatro, de ahí surgió la idea de hacer unos libros en los que este recurso humorístico estuviera muy presente».

En cuanto a lo que se refiere a las urgencias, este médico y escritor comenta que «las usamos mal como diagnóstico», a lo que añade que «habría que analizar por qué le damos ese mal uso. Tal vez vas a urgencias porque tu médico no te puede atender en una semana o porque, simplemente, no puedes pasarte por el médico cuando estás en tu horario laboral. Muchas personas van por comodidad o por prisas. El problema de usar mal las urgencias es que eso hace que se retrase la atención de las cosas verdaderamente urgentes ». También cuenta que se hace un uso preventivo de este servicio:«Hay padres que llevan a sus hijos sanos en vísperas de festivos o de fines de semana. Los médicos no podemos adivinar si ese niño se pondrá malo o no al día siguiente».

En este libro se recogen temas que son verdaderos clásicos en las consultas de urgencias, como el de la gripe. «Es curioso cómo algo tan cotidiano puede llevar a la confusión porque se confunde la gripe con un simple catarro. El mejor síntoma para saber que tienes gripe es que te sientes como si te hubiera pasado un camión por encima », comenta. Sobre este mismo tema, Fabiani asegura que «hay gente que te dice que es la tercera gripe que pasa al año cuando eso es imposible porque la gripe es infrecuente. De hecho, no se superan los 3.000 afectados de gripe por cada 100.000 habitantes». Asimismo, declara que «frente a catarros y gripes lo más eficaz es lavarse las manos y usar pañuelos de papel desechables para evitar contagios».

Los mocos también son protagonistas en el libro. «La gente convive muy mal con los mocos, pero en verdad son un mecanismo de defensa» . «Nos encantan los caracoles pero rechazamos los mocos. Hoy se le tiene mucho miedo a los mocos, pero los niños los generan en gran cantidad hasta los cuatro años», dice.

En cuanto a la tensión, Fabiani afirma que «hoy día cualquier persona tiene un tensiómetro en casa y se mide la tensión casi a diario, pero en verdad hay que tomársela sólo de vez en cuando, salvo en casos más graves». «Una vez —recuerda— una señora me dijo en la consulta que la tensión mínima estaba más alta que la máxima . Está claro se confundió ante una situación de pánico».

Aclara también este médico que « todos tenemos un Woody Allen dentro y somos un poco hipocondríacos , pero hay que separar la enfermedad de sentirse enfermo. Hay personas enfermas que se sienten muy sanas y gente que se siente enferma pero que, sin embargo, no tiene nada».