Alicia Alonso y la luz de Sevilla

Le gustaba mucho la danza española y sobre todo el flamenco, y en un momento de la noche a pesar de que habló poco, sí recordó el paso de Antonio Gades por el Ballet de Cuba, donde ella le hizo bailar un clásico. «Antonio -decía Alicia Alonso- se atrevía con todo, y yo también. Hasta me atrevo a asegurar que esta ciudad tiene una luz especial..., y eso que yo no la veo, pero la siento».

La muerte de la gran «prima ballerina assoluta» de la danza deja huérfano al ballet mundial, toda vez que fue una de las grandes bailarinas clásicas y quien creó una de las mejores escuelas de danza del mundo, la escuela cubana.

Aquella visita de 2013 no fue la primera vez que Alicia Alonso pisaba Sevilla. Lo hizo en los años 80 actuando en el Teatro Lope de Vega junto al gran bailarín Jorge Esquivel , que fuera su pareja artística durante años. En aquel momento Alicia Alonso aún bailaba. Los que tuvimos la dicha de verla pudimos contemplarlos en el paso a dos de Spartacus de Khachaturian.

Horas antes Alicia Alonso nos explicó que aunque estaba ya casi ciega, se podía orientar en el escenario por los puntos de luz, que se situaban estratégicamente en las esquinas. Les aseguro que no se notaba en absoluto que aquella mujer estuviera bailando a oscuras .

Alicia Alonso ha fallecido a los 98 años en La Habana . Hacía meses que estaba en otro universo y era un desenlace que, por esperado, no ha sido menos triste para sus bailarines y discípulos. Como nos decía Anael Martín, una de las bailarinas de Alicia Alonso, de las tantas que hay trabajando en España como maestra: «Siempre pensábamos que reviviría. Esta vez no ha sido así».

En la visita el pasado junio a Sevilla del Ballet Nacional de Cuba, su directora actual Viegsay Valdés , anunciaba que estaban preparando actos conmemorativos para celebrar los 100 años de Alicia Alonso, pues cumpliría 99 el 21 de diciembre, y querían celebrar 99 y un día. Pero no ha podido ser. Alicia Alonso se ha ido sin saber que la Universidad Rey Juan Carlos había eliminado el Insitituto Superior de Danza que tanto le costó crear. Al menos esa pena no se la ha llevado. Nos deja un enorme patrimonio balletístico y una escuela de la danza cubana que ahora sus herederos deberán cuidar como un tesoro porque es patrimonio de la danza mundial.