entrevista
Pastora Soler: «Para mí estos 30 años han sido una lucha constante»
La artista sevillana ultima los preparativos de la gira con la que conmemorará sus 30 años de carrera, la cual dará inicio el 26 de septiembre en Cartagena
«Va a ser la mejor gira de mi vida»
Pastora Soler: «No formo parte del colectivo LGTBI, pero me siento parte de él como altavoz y figura en la que se apoyan»
Así es el entrenamiento extremo de Pastora Soler para su nueva gira

Pilar Sánchez (Coria del Río, 1978) –nombre real y con el que figuró en los primeros carteles como artista Pastora Soler– comenzó a sonar en los mentideros sevillanos a una edad muy temprana, con apenas ocho años. Entró en la academia de ... Adelita Domingo, una auténtica institución en la enseñanza de la copla ubicada en el barrio de la Alameda, donde destacó desde su llegada. «Allí me impregné del espíritu de la copla, de la actitud, la pose», recuerda con nostalgia. «Mi primera actuación en público fue en una de las galas juveniles que se organizaban en el teatro Álvarez Quintero».
Ya entonces destacaba su poderosa voz sobre el resto de las alumnas. Hasta el punto de que, «fruto de la osadía de la infancia», participó dos años en la exaltación a la saeta, con cantaores reconocidos de primerísimo nivel. Su proceso de formación fue evolucionando de manera más que positiva. Fue el modisto Justo Salao, encargado de hacer todas las batas de cola a Lola Flores y otras copleras, quien contactó con el prestigioso productor Luis Sanz, descubridor de Rocío Dúrcal: «Ven a Sevilla que hay una niña que te va a gustar».
«Él fue quien le cambió el nombre a Marieta. Conmigo hizo lo mismo, a partir de ahí mi nombre artístico pasó a ser Pastora Soler». El resto es historia. Está considerada por crítica y público como una de las mejores voces del país, ha logrado una de las carreras más sólidas del pop español de lo que va de siglo (gracias a sonados éxitos como 'Dámelo ya', 'Corazón congelado', 'En mi soledad', 'Guerra fría' o 'Quédate conmigo', con el que representó a España en Eurovisión con gran éxito en2012) y se ha granjeado una numerosa y fiel legión de seguidores allá donde actúa.
Pastora Soler se muestra exultante durante la entrevista, afirma que canta mejor que nunca y que la gira con la que celebra 30 años de carrera ('Rosas y espinas'), que arranca el próximo 26 de septiembre en Cartagena, le llevará por los mejores escenarios del país y que abrochará el año que viene en la Plaza de la Maestranza es, sin duda, la más especial de su vida. «Estamos montando una especie de musical, un documental en directo, con mucho trabajo de archivo, en el que va a haber imágenes y muchas anécdotas que van a ilustrar mi proceso de niña a mujer durante todos estos años, no solo a nivel artístico. Tanto yo, en el escenario, como el público vamos a disfrutar muchísimo».
Pero el nombre de la gira no es casual. A lo largo de estas tres décadas de trayectoria también ha habido momentos duros, entre los que destacan dos especialmente. El primero fue al poco tiempo de comenzar profesionalmente. «Después de grabar mi primer disco ('Nuestras coplas', 1994), ya en Madrid, adonde se había ido acompañada por su madre para estudiar canto y baile, decidí que mi música tenía que tomar otro rumbo. Era la época de Whitney Houston y 'El Guardaespaldas'; me medía, y veía que llegaba a ese tipo de registros vocales y que, además, me encantaba. Quería hacer canciones más acordes con mis tiempos y no enfocarme solo en la copla».
«Mi descubridor intentaba convencerme de que siguiera con la copla, pero yo quería hacer una transición en mi sonido. Me enfrentaba a todos, a mis padres, a los productores, etc. Así surge 'El mundo que soñé' (1996), su segundo disco, ya con un enfoque más actual. El álbum pasa completamente inadvertido, y eso provoca que le dieran la carta de libertad en la compañía que hoy es Universal. «Fue un palo, mi primera gran decepción con la industria musical. Aunque la cosa no salió como esperaba, sigo pensando que gracias a Dios tuve la valentía de dar ese primer paso para luchar por lo que yo quería realmente», confiesa orgullosa.
«Me decía a mí misma que me gustaba mucho cantar, pero que a la vez no estaba preparada para ciertas cosas del mercado»
Pastora Soler
Cantante
«Me desengañé tanto, que me vine de Madrid a Sevilla y me convencí de que tenía que olvidarme de mi carrera artística. Me decía a mí misma que me gustaba mucho cantar, pero que a la vez no estaba preparada para estas cosas del mercado. Me matriculé en la Universidad y me saqué el carnet de conducir.
«Hice dos años de Historia del arte en el Rectorado. Volví a estar en contacto con la gente de mi edad, las fiestas de la primavera, salir los viernes a la cervecita, etc. Me alegro de no haberme perdido todo eso». Celebra. En ese momento apareció Queco con el proyecto de un sonido pop, una mezcla muy fresca y con un contrato con Emi para grabar un disco ('Fuente de luna', 1999). «Fue lo que me volvió a ilusionar».
La segunda y más punzante 'espina' tuvo lugar en 2014, cuando la coriana anunció su retirada de los escenarios de forma indefinida tras sufrir un auténtico calvario durante toda la gira de ese año debido a un miedo escénico que le fue calando poco a poco hasta dejarla incapacitada mentalmente para afrontar un concierto. «Llegué a pensar que era mi retirada para toda la vida, asumí que mi carrera ya había concluido».
Tres años estuvo silenciada su voz, al menos en lo que respecta a los escenarios y los discos. Pero poco a poco las ganas fueron venciendo a los miedos en esa batalla interior en la que solo podía quedar uno. Su regreso llegó en 2017, el público la había esperado con los brazos abiertos y se lo demostró con una gira muy emotiva y registrando auténticos llenazos en cada directo.
En este sentido, adelanta una exclusiva a ABC: «Estamos barajando la opción de contar en un libro toda aquella experiencia, porque creo que puede servir de ayuda a muchísima gente».
Todo este cúmulo de emociones, tanto las positivas como las negativas, quedan reflejadas en '30 veces', el primer single del disco con el que celebra la victoria de la constancia y la superación. «Para mí estos 30 años han sido una lucha constante, en la que he ido creciendo y superando etapas a base de muchísimo trabajo; todo esto queda reflejado en la canción».
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