JOBS, luz y esperanza

Sin más apoyo profesional que el del propio director y violinista, se ha conseguido colocar unos sólidos puntales que 'tiren' del resto de cada sección. Seguramente la elección de Corelli para empezar y terminar el programa no podía ser más adecuada. Expresaba el director lo bien que se ajustan los chavales al compositor de Fusignano; pero es que Corelli fue muy conocido por sus sonatas en trío, formadas por dos violines y un bajo cantable, preferentemente un violonchelo, más bajo continuo. El 'concerto grosso' no es sino la magnificación de ese esquema al contar con un 'tutti'. Y justamente ahí entran los referidos 'puntales': el primer violín, Miguel García, mientras Virginia Sánchez fue responsable de los segundos violines e Irene Hernández de los chelos. Esta tendría un papel solista en diferentes piezas, luciendo un sonido muy equilibrio y seguro, y destacando en la famosa 'passacaglia' de la 'Música nocturna' de Boccherini, aunque nos hubiera gustado que su sonido destacase un poco más todavía. La plasticidad de la pieza da para el protagonismo de otros miembros, como Amalia Bosch, solista de viola. Destacamos todo ello porque hasta hace pocos conciertos su puesto lo ocupaban los solistas de la OBS, lo que habla ya de la gran autonomía de la joven orquesta.

La influencia de Corelli, sobre todo desde un punto de vista formal y también armónico, fue decisiva entre muchos de sus contemporáneos y, desde luego, de sus sucesores. Uno de ellos es Vivaldi, que en su brevísimo 'Concerto alla rustica' dibuja unas formas nítidas, muy definidas, tanto estructural como armónicamente (con el conocido giro armónico al final del primer movimiento), y que fue ejecutado con gran claridad, y eso que su velocidad es vertiginosa.

Corelli escribió un solo cuaderno de 12 'concerti grossi', publicado como op. 6, que se difundiría por Europa y triunfaría en Londres, donde Haendel le dio réplica (o le rindió homenaje) con otros tantos 'concerti grossi', que igualmente publicó como su op. 6. Viene esto a cuenta de la gran influencia directa del músico sobre muchos grandes de la época. Aquí se añadía además la presencia del contratenor sevillano José Carrión, quien se enfrentaba a tres arias de Haendel, pertenecientes a otros tantos títulos operísticos del compositor de Halle: 'Tamerlano', 'Arminio' y 'Rodelinda'. Las diversas dificultades que entrañan estos números son tan conocidas como su belleza, y fueron interpretadas dominando el estilo, demostrando claridad de dicción y un 'fiato' bastante razonable, lidiando hábilmente con las coloraturas, sobre todo las de la última aria, 'Se fiera belva ha cinto'. Sólo un 'vibrato' algo marcado necesitaría de una emisión más relajada.

Tras la referida 'Música nocturna', terminaba el programa con otro 'concerto grosso' nº 4, en principio 'da chiesa', que debería llevar una fuga y no incluir danzas, y que justamente aquí es al contrario, puesto que termina en una 'Giga' bastante tumultuosa, lo que realza la opinión de que Corelli solía saltarse los esquemas más rígidos. No sólo el director hizo hincapié en la afinidad de Corelli con los chavales, sino también en la sensación de luz y esperanza. Y desde luego desde el primer 'concerto grosso' se vino encima toda la luz de la ciudad eterna, donde trabajó toda su vida el compostior. Es verdad también que ha habido nuevas incorporaciones -lo dijo al principio- de chavales que diríamos que tienen la edad mínima para ingresar en la orquesta, y que desde luego necesitarán un tiempo para acoplarse. Presentó a bastantes jóvenes nuevos, y por eso hay que destacar que si hubo alguna que otra turbulencia su importancia no estaba en proporción a la cantidad de chavales incorporados. Quiere decir que en breve volveremos a ver a una orquesta que se acerca más a una profesional que a una de alumnos, gracias al trabajo de todos, al esfuerzo de las familias y la colaboración de la AAOBS. Y esperanza, toda.