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Locus amoenus

Gustave Doré en la provincia de Sevilla

Doré debió pasar por La Algaba, Alcalá del Río, La Rinconada, Carmona, Mairena del Alcor y Dos Hermanas, pero aunque no dibujó ni la Colegiata de Osuna ni el Castillo de Alcalá de Guadaíra, en cambio sí nos dejó un apunte de Itálica

Ruinas de Itálica por Gustave Doré (1874)
Fernando Iwasaki

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En la historia de la ilustración literaria, pocos artistas desarrollaron un estilo tan personal y reconocible como Gustave Doré (1832-1883), pues los dibujos que realizó para ilustrar la Biblia, el 'Quijote' o la 'Comedia', casi se han convertido en parte de la narración textual. ... A mí siempre me han deslumbrado, aunque no estuvo exento de críticos como el escritor Emile Zolá, quien lo incluyó como uno más de los destinatarios de 'Mis odios' (1866), donde lo despachó así: «Ningún artista se curó nunca menos que él de la realidad. Doré ve solamente sus sueños; vive en un país ideal, cuyos enanos, cuyos gigantes, cuyo cielo esplendente y cuyos paisajes inmensos nos dibuja. Alójase en la fonda de las hadas, allá en la comarca del ensueño. Nuestro mundo le importa poco».

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