La tuneladora de la SE-40, a la chatarra por 1,8 millones
El empresario sevillano Miguel Gallego se adjudica el artefacto que costó 37 millones de euros y que ha estado once años esperando en Coria la obra que ha desechado el Gobierno
¿Qué hacemos ahora con la tuneladora de 37 millones de euros?
El Gobierno admite que el túnel de la SE-40 es viable pero lo descarta por caro
Descarga de una parte de la tuneladora para la SE-40 en el Puerto de Sevilla
La tuneladora de la SE-40 ya tiene nuevo dueño. La ha adquirido una sociedad del empresario Miguel Gallego, especializada en el desmontaje de infraestructuras industriales. Las constructoras que la habían encargado para excavar la primera pareja de túneles bajo el Guadalquivir la han ... ofrecido a varios interesados, adjudicándosela al mejor postor. En este caso la oferta se ha situado entre el 1,8 y dos millones de euros, según ha podido saber ABC.
El acuerdo todavía está a expensas de la firma, pero se da ya por hecho. Y el interés es aprovechar esos materiales para venderlos como chatarra, coincidiendo con la espectacular subida de precios que han experimentado en el último año. La controvertida maquinaria, que costó en su día 37 millones de euros (sin IVA) y que ha permanecido durante once años almacenada bajo una carpa en Coria, tiene una elevada carga de acero, hierro y cobre, que son las materias más caras.
Una vez cerrada la operación, la UTE que adquirió la tuneladora, compuesta por OHL, Azvi y Sando, podrá detraer esa cantidad de la indemnización que espera cobrar por la cancelación del proyecto. Dos años después, el Ministerio de Transportes y Movilidad todavía no la ha fijado y es posible que el asunto termine en los tribunales si las partes no se ponen de acuerdo.
No es la primera vez que se intenta vender la máquina tras la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de cambiar el tramo subterráneo por un viaducto. Hace justo un año se había llegado a un acuerdo con un chatarrero para deshacerse de la misma por un precio muy parecido al que se ha logrado ahora, pero el Ministerio pidió a las empresas que no se adelantasen a los acontecimientos y conservaran la tuneladora hasta que decidiese si resolver el tramo con una nueva pareja de túneles o con un viaducto. La confirmación, que no supuso ninguna sorpresa, llegó el pasado otoño cuando el secretario general de infraestructuras, Xavier Flores, presentó públicamente las conclusiones del estudio de las ingenierías Fhecor y Ayesa, que indica que la mejor opción es resolver el paso del río mediante un puente.
Una factura millonaria
No es poco dinero el que se ha gastado ya en esta obra fallida. En un cálculo de trazo grueso y con los datos que han trascendido públicamente, la cuantía podría alcanza los 133 millones de euros, entre el coste de los trabajos que se ejecutaron en su día, la compra del topo mecánico, su mantenimiento y el proyecto constructivo que se redactó para los túneles originales bajo el río. Con ese montante bien se podría haber construido un nuevo tramo de la circunvalación, uniendo por ejemplo Valencina y la Algaba o incluso se podría haber hecho diez años antes la obra de ampliación del puente del Centenario que tiene menos presupuesto.
Más de la mitad de esta ingente cantidad de dinero se ha ido en la ejecución de los primeros trabajos, cuando se empezaron a levantar las embocaduras de los túneles en 2009. Fue ahí donde comenzaron los problemas técnicos para trabajar en el subsuelo que no se hicieron públicos hasta diez años después. La inundación de aquellas construcciones es lo que generó las primeras dudas sobre la viabilidad del proyecto, luego la crisis económica ofreció la excusa perfecta para paralizarlo. Hasta ochenta millones se gastaron en ese inicio de obra, según confirmó el entonces director general de Carreteras, Javier Herrero, durante su primera visita oficial a Sevilla en noviembre de 2020 para dar por enterrados los túneles.
A ello se sumaron los 37 millones que costó la tuneladora más el IVA. La enorme mole de 14 metros de diámetro, que equivale a cuatro plantas de un edificio, fue desembalada en 2012 para su transporte en barco y luego se volvió a empaquetar. El coste de vigilancia y mantenimiento ha corrido por cuenta de las empresas a razón de 1,2 millones de euros al año y han sido once los que ha permanecido bajo custodia. Finalmente hay que añadir el coste de la redacción del proyecto de los túneles, que se adjudicó a la sevillana Ayesa por casi un millón de euros. Curiosamente es la misma empresa que se ha encargado de los estudios de viabilidad del puente y de impacto ambiental.
Será en las próximas semanas cuando se cierre la venta y el nuevo propietario pueda desmantelar el campamento que se instaló a pie de obra para el resguardo de la máquina.
El cierre de un capítulo
Con ello se cierra un capítulo de menosprecio absoluto a las infraestructuras de Sevilla. El controvertido tramo que une Dos Hermanas con Coria se resolverá mediante un viaducto para el que se va a convocar un concurso de ideas, según anunció el Ministerio, para que sea un puente singular. Dado que se ha escogido la opción más barata, los ciudadanos sólo piden ya que se ejecute cuanto antes. El horizonte para el cierre del anillo de la SE-40 se pospone al 2028.
El puente en cuestión tendrá una distancia de 3,6 kilómetros de longitud, con una estructura total de cinco kilómetros y una altura de 70,8 metros y ocho carriles, cuatro por sentido. El coste estimado es de 458 millones de euros, además de otros 66 millones más de mantenimiento durante toda la vida útil de la infraestructura. Además, el proyecto incluye como compensaciones asociadas siete kilómetros de carril para bicis y peatones y se crearán 72.000 metros cuadrados de nueva superficie forestal.
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