Los tópicos sobre Sevilla de la serie '1992' de Netflix: «Aquí pasó de todo y nada bueno»
La producción de Álex de la Iglesia es una oda al estereotipo y una amalgama entre 'Nadie conoce a nadie', personajes a lo 'Ocho apellidos vascos' y deslocalizaciones como en 'Noche y día'
Videoanálisis | Javier Macías: «La serie'1992' es una oda al topicazo sevillano»
Sevilla
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Iniciar sesiónCon 'Juego de Tronos', Sevilla convertida en Dorne era un vergel paradisíaco con un palacio mudéjar. Fue tal la proyección social de la ciudad desde aquella superproducción de HBO que el turismo se ha disparado y las visitas al Alcázar han llegado a ... su límite máximo. No ha corrido Sevilla tanta suerte con otras grandes películas o series, como 'Noche y día', protagonizada por Cameron Díaz y Tom Cruise, donde la ciudad era un cuadro de Picasso, totalenmente deformada, donde en mitad de la plaza del Triunfo pasaba un encierro de los Sanfermines. O 'Misión imposible II', del mismo Cruise, donde aparecía la Semana Santa, con imágenes quemándose en mitad de una pira en la plaza cual falla valenciana.
Ahora, con la serie de '1992' de Álex de la Iglesia para la plataforma Netflix, han vuelto a salir a la luz todos los tópicos de la ciudad. El conocido director se reunió con el alcalde buscando que la ciudad le promocionara su producción, que está en todos los mupis. Pero la imagen que desliza sobre la capital hispalense está muy lejos de la real, y aparece estereotipada y hasta estigmatizada en algunas escenas, tanto por sus personajes como por los escenarios. Ni buscándolo, 'Ocho apellidos vascos' logró esta concatenación de vulgaridades manidas.
El coche de caballos
La primera, en la frente. Cuando la protagonista llega a Sevilla en el AVE desde Madrid, al salir de Santa Justa lo primero que aparece allí es un clásico coche de caballos esperando y dos yonkis esperando a robar al primero que se le cruce. No es la única alusión a este tipo de personajes con mala pinta y enganchados a la droga. Al barrio de Los Pajaritos, que ciertamente tiene fama en todo el territorio nacional por ser uno de los barrios más pobres y de mayor índice de delincuencia, lo retrata como un escenario terrorífico donde los drogadictos campan a sus anchas y acorralan a todo el que lo visita. Ni siquiera aparece el verdadero barrio en la pantalla, pero sí se hace uso de su nombre.
También caricaturiza la serie la presencia de una cofradía fuera de la Semana Santa. «Un ensayo», dicen los personajes, pero con banda y nazarenos delante en mitad de una calle donde se está produciendo una operación policial, al estilo 'El mundo es nuestro'. «Montamos un circo y nos crecen los enanos», dicen. La marcha, mal interpretada, al menos es de las clásicas. Y la escena acaba con una carrerita tipo 'Nadie conoce a nadie'.
La apocalíptica Cartuja
La Isla de la Cartuja, donde tiene lugar la gran parte de la trama al estar inspirada en la Exposición Universal de 1992, actualmente tiene grandes deficiencias urbanísticas, pero en absoluto coincide con la forma en la que aparece en la serie. El escenario con el que presentan al parque tecnológico de Sevilla, que es uno de los motores económicos de Andalucía, es apocalíptico. La Esfera Bioclimática y toda la avenida destruidas o el Canal de la Expo -lo único que verdaderamente aparece tal como es su desastre-, como autopista de persecuciones donde cualquiera puede acceder con un coche.
Los sevillanos
Exceptuando a Paz Vega, cuyo personaje es el de una policía nacional de baja por estrés, todos los que aparecen en '1992' con acepto sevillano son grotescos: empresarios y políticos cocainómanos que dieron el pelotazo con la Expo y se iban a prostíbulos y de mariscadas; o el taxista cañí y gracioso que no para de decir sandeces. Lo remata un jefazo de la Policía Nacional engominado y descamisado, con un cordón de oro con una cruz, que debuta en escena con un: «Vaya si empieza bien la nochecita, primero pierde er Beti y ahora esto. Pero 'qué ta pasao miarma'?». Junto a él, la superiora, con acento de más arriba de Despeñaperros, que pone la cordura y la seriedad en la trama.
El thriller de Álex de la Iglesia utiliza esta amalgama de reiteraciones surrealistas para enmarcar el guion de Jorge Guerricaechevarría cuyo telón de fondo es el asesinato en serie, el crimen, la venganza y la incipiente 'cultura del pelotazo' y la corrupción política. «Allí empezó todo y ahora, desgraciadamente, no seguimos muy distintos», apuntó el cineasta, que dijo tener en mente una secuela ambientada en los Juegos Olímpicos de Barcelona, que a buen seguro caerá también en los tópicos habituales de los catalanes como lo ha hecho con la serie inspirada en Sevilla.
Hay una frase en uno de los seis capítulos en la que la limpiadora colombiana de una empresa de la Cartuja le dice a Amparo, la protagonista, que «aquí -en relación al recinto de la Expo 92- pasó de todo y nada bueno». Como la propia serie.
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