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Sevilla aprueba su nueva ordenanza de veladores con el voto de calidad del alcalde

Los hosteleros tendrán tres años para adaptarse a la nueva normativa que amplía la distancia de las terrazas con las fachadas y permite a establecimientos emblemáticos que sirvan bebidas en la calle

Veladores en una plaza de Sevilla ABC
Mario Daza

Mario Daza

Sevilla

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Casi un año después de su aprobación inicial en el Pleno, y después de varios meses de intensas negociaciones del gobierno municipal con los sectores implicados, el Ayuntamiento de Sevilla ha dado hoy luz verde a la nueva ordenanza de veladores de la ciudad. La nueva normativa, que actualiza la del año 2013, incorpora como novedades el aumento de las sanciones a los bares incumplidores y del número de inspecciones, la obligatoriedad de que exista una distancia de 1,8 metros entre las terrazas y las fachadas o la posibilidad de extender una hora más el horario de los veladores en las Zonas Acústicamente Saturadas en fines de semana, festivos, vísperas de festivos y otras fechas especiales. Además, reconoce la singularidad de los establecimientos emblemáticos, que podrán servir de forma excepcional bebidas a la calle para que sean consumidas de pie.

Un texto que como ha argumentado el delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa, es «justo» y ha incorporado alegaciones de «vecinos, del sector hostelero y de los grupos de la oposición», aunque «somos conscientes de que ha sido imposible alcanzar el cien por cien del consenso ente todos». De hecho, un pequeño grupo de vecinos presentes en el Salón Colón mostraron su rechazo a la propuesta, incluso uno de ellos, el presidente de la asociación 'Sevilla se muere' tuvo que ser desalojado por el presidente del Pleno, Manuel Alés, después de recibir varias advertencias para que guardara silencio. Con todo, la ordenanza salió adelante gracias a la abstención de Vox y al voto de calidad del alcalde José Luis Sanz, contando con el rechazo de los grupos de la izquierda.

La portavoz del partido de Abascal, Cristina Peláez, aseguró que «no es la ordenanza de nuestros sueños, pero se adapta a las necesidades actuales». Justificó así la abstención de sus concejales, clave para que la norma saliera finalmente adelante. Culpó al PSOE de «eludir su responsabilidad» durante los años en los que estuvo al frente de la Alcaldía al «dejar de atender una necesidad evidente como era trabajar en una nueva regulación que permitiera el derecho al descanso de los vecinos y no mermese las expectativas del sector hostelero». Además, destacó como «aspectos fundamentales» del texto «el aumento de las sanciones y las potestades de inspección y control o una buena medida como que el periodo de adaptación sea de tres años».

La propuesta se topó con el rechazo frontal de los dos grupos de la izquierda, que votaron en contra. El PSOE, a través de su concejal Francisco Javier Paéz, justificó su postura en el hecho de «la falta de consenso» con una serie de entidades vecinales que «se sienten abandonadas». En este sentido, insistió en que «sería tan fácil que hoy hubieran retirado el punto del orden del día y nos hubiéramos sentados para llegar a una nueva ordenanza consensuada con todos». Por su parte, la portavoz de Con Podemos-IU, Susana Hornillo, también fue muy crítica con el texto y repitió, como los socialistas, que «la ordenanza no tiene el consenso vecinal por más que repitan esa mentira», destacando entre sus aspectos negativos el que «quieran convertir en norma lo que eran medidas extraordinarias pasando por encima de la accesibilidad».

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