Vuelta al cole en Sevilla: al colegio con bata de laboratorio

En esos colegios, además de los libros y el material escolar habituales de cada inicio de curso, ayer se estrenaba la nueva normalidad, totalmente distinta a lo que dejaron hace seis meses cuando el coronavirus obligó a cerrar las aulas. 

ABC estuvo ayer siguiendo el primer día de clase en el Buen Pastor, uno de los colegios concertados con Bachillerato privado en un día marcado por la nueva situación a la que ya se han incorporado los de Bachillerato que volvían al colegio seis meses después.

Desde la entrada a la salida, todo se ha visto modificado. Los horarios se han cambiado y los estudiantes entrarán un poco antes y serán sometidos al control de temperatura. Primero, después de limpiarse los zapatos en el felpudo que hay en la puerta, se les pone el termómetro. Para comprobar que ninguno tiene más de 37,5, el límite impuesto con el que no se puede entrar en el centro. Es un proceso en el que no se tarda demasiado. Ayer, al menos, lo hicieron en diez minutos.

«Está siendo un inicio de curso un poco atípico pero creo que el colegio lo ha hecho muy bien» , decía Ignacio Pineda, alumno de 2º de Bachillerato, que no tiene miedo por él. Si acaso, siente algo de recelo por sus abuelos. «Creo que ahora mismo es más probable coger el virus fuera del colegio que dentro porque hay más seguridad aquí», explicaba Carlos Navarro, otro de los estudiantes, mientras que su compañera Guiomar Martínez admitía que es «un poco agobiante» la mascarilla todo el tiempo. Los tres, que se preguntan si se quedarán sin fiesta de graduación, admitían que es difícil mantener la distancia de seguridad a los 17 años aunque en los grupos «burbuja» se sienten más seguros.

La encargada de que todas las normas se cumplan es Eva Herrera, coordinadora Covid y profesora de Químic a, que explicaba todas las normas que han elaborado en muy poco tiempo. «Hemos tenido que hacerlo a marchas forzadas», decía detallando la larga lista de medidas. Han tenido que cambiar el horario para que la entrada sea escalonada, anticipando el horario de los mayores, abrirán cada día las cuatro puertas del centro, hay itinerarios de entrada y de salida, pantallas en la secretaría del centro, grupos burbuja y nadie puede entrar en el centro sin pasar por la toma de temperatura previa. Las clases de Educación Física también se verán afectadas , según explica la profesora Noemí Casanova. Sólo podrán hacer las actividades que se hagan al aire libre y no se permitirá la entrada a otros estudiantes y los vestuarios sólo podrán usarlos los mayores.

Una de las novedades es que profesores y alumnos llevarán bata encima del uniforme. Las chaquetas y corbatas que llevaban las dejarán para actos importantes. ¿Por qué? así no tendrán que lavar el pantalón o la falda a diario y también porque en el bolsillo de esa bata, que deben llevar abotonada, llevarán hidrogel en spray, pañuelos y mascarilla de repuesto. No se la quitarán en toda la mañana salvo en los minutos de respiro entre clases y el desayuno.

«¿Me puedo subir el dobladillo de la bata como hacíamos con la falda?», preguntó alguna alumna a la coordinadora que tuvo que insistir en la importancia de mantener estas medidas sanitarias. «Ojalá pronto se puedan quitar la bata y ponerse otra vez la corbata» . Decía Eva Herrera desando que todo pase pronto. El jueves llegan los pequeños. Con ellos será más difícil.