El vandalismo, un mal endémico del patrimonio sevillano

El Ayuntamiento de Sevilla dedica al año miles de euros a limpiar grafitis y a estos desperfectos . Además recientemente ha reforzado el contrato de vigilancia con Parques y Jardines, y ha adelantado el horario de cierre de estos recintos para evitar botellonas y la suciedad y daños que siguen después. Aun así, estos esfuerzos parecen «no ser suficientes» para poner fin a este mal endémico que erosiona el patrimonio de la vía pública.

Decía Joaquín Romero Murube que «la educación de un pueblo se mide por el cuidado de sus zonas verdes» , algo que en Sevilla, como apunta la asociación Amigos de los Jardines de la Oliva, «no lo hay» o «no se quiere tener». Y es que esta y otras entidades defensoras de la naturaleza y del valor patrimonial e histórico de nuestros parques llevan la cuenta de los ataques que sufren fuentes, estatuas, bancos y otros elementos. Estas acciones terminan degradando el paisaje que «enamora al sevillano» y por el que, «nos visitan muchos turistas». «No somos conscientes de hasta qué punto hacemos daño a la ciudad y a nosotros mismos . Ha habido veces que quienes vienen se llevan la foto de esa estatua o fuente rota», explica Jacinto Martínez, presidente de los Amigos de los Jardines de la Oliva, quien además está convencido de que «son las mismas manos que pasan por allí y destrozan una fuente y todo lo que pillan».

Unos ataques que, lamentablemente, «no paran ni por el Covid». Hace ahora casi un año, en paralelo a la declaración del estado de alarma, vecinos y usuarios alertaban del deterioro del Pabellón de Alfonso XX, en la Isleta de los Patos del Parque de María Luisa. Este singular templete de inspiración mudéjar, en el que según cuenta la leyenda el rey Alfonso XII declaró su amor a María de las Mercedes, había sido atacado con pintadas y grafitis en sus columnas y capiteles.

Un tiempo después, en pleno de agosto, el vandalismo volvía a cebarse con el Parque de María Luisa. Al conjunto escultórico El Genio, de la glorieta de Covadonga, le habían amputado el brazo. Ocurría seis años después que el Ayuntamiento se gastara hasta 62.500 euros en la recuperación integral de este y otros tres monumentos más, todos diseñados para la Exposición del 29 por Manuel Delgado Brackenbury y Lorenzo Coullaut.

A principios del pasado septiembre se perpetraba otro golpe al patrimonio. En esta ocasión, fue en los Jardines de Murillo. La fuente de la glorieta de José García Ramos amanecía hecha añicos. Dos años antes este entorno había sido objeto de una rehabilitación integral con una inversión de 48.000 euros. La fuente fue diseñada por Juan Talavera y Heredia e inaugurada en 1923. Hace unos días, otra fuente era vandalizada y posteriormente retirada para su arreglo. A este respecto, los Amigos de los Jardines de la Oliva avisan de que tantas reparaciones pasan factura. «El vandalismo y las continuas intervenciones acaban con la belleza de estos elementos patrimoniales. Mira, por ejemplo, esa fuente era en un principio de tres copas y, ya la última vez que se restauró quedó en dos, perdiendo así la armonía y la musicalidad de la caída del agua que le imprimió su autor cuando la hizo».

Los actos incívicos siguieron igualmente en otoño pese a las nuevas normas sanitarias y cierres perimetrales. De nuevo, el Parque de María Luisa estaba en el punto de mira. El monumento de la Glorieta de Dante mostraba pinturas y grafitis , algunos de ellos superpuestos en la parte inferior del pedestal. De esta degradación se hizo también eco el grupo municipal de Ciudadanos, que reclamó «la necesidad de adecentar» este monumento, así como «extremar esfuerzos» en la conservación del patrimonio de los parques históricos de Sevilla. Para ello, planteó «un plan de vigilancia», que incluía «cámaras disuasorias, cumplimiento escrupuloso de horarios de cierre y unidades de Policía Verde». Esta última propuesta también es reclamada por entidades como Amigos de los Jardines de la Oliva, o la asociación de vecinos Amigos del Barrio de Santa Cruz.

Por su parte, el gobierno de la ciudad ha adoptado varias medidas preventivas para evitar las botellonas y los daños en los parques. Así, ha adelantado horario de cierre –de 00.00 a 21.00–y ha reforzado el contrato de seguridad de Parques y Jardines aumentando la vigilancia.

Por último, otros casos destacados de vandalismo, ya antes de la pandemia, son la Glorieta de Bécquer del Parque de María Luisa, con la amputación de uno de los dedos del monumento que ya ha sido restaurado; y la cruz de la inquisición de la fachada del Ayuntamiento, destrozada en septiembre de 2019 y pendiente de arreglo.

La Gerencia de Urbanismo tiene en estos momentos dos contratos anuales sobre conservación de esculturas o bienes patrimoniales en la vía pública. El primero cuenta con 69.000 euros para mantenimiento de esculturas y fuentes ornamentales ;mientras que el segundo tiene un importe de 121.000 euros y se reserva para patrimonio histórico. En 2020 se han restaurado una veintena de monumentos , entre los que destacan, por ejemplo, el de Martínez Montañés, Juan Belmonte, Simón Bolívar, Glorieta de las Cigarreras, María Auxiliadora de Triana o el conjunto de la Niña de los Peines, Manolo Caracol y Chicuelo de la Alameda. No obstante, desde el Consistorio se recuerda que no todo es por vandalismo, ya que también se producen deterioros por otros factores.