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Sevilla

Manuel Melado: la costa de los jazmines

Aquella costa de jazmines y de las damas de noche no tenía ni banderas verdes ni rojas. Ni mareas ni oleajes

Archivo Manolo Melado

Félix Machuca

Fue quizás la playa más cinematográfica y concurrida por muchos sevillanos durante años. Los años difíciles y empinados del pan con aceite verde para la merienda y el puchero con hierbabuena para entonarse. Fue aquella playa una costa de jazmines y damas de noches, ... con albero en vez de arena , con el pescao frito en los veladores, con lagartijas cazando polillas en las pantallas y con Gary Cooper que aún no estaba en los cielos, solo ante el peligro. Por mucho menos que por un puñado de dólares viajabas con Sean Connery a los paraísos inalcanzables de Bahamas con la contraseña 007; te topabas con El bueno, el feo y el malo en la selecta nevería del local; y veías una de romanos con despistados relojes en algunas muñecas de los legionarios mientras el imperio se tambaleaba en su lucha contra los bárbaros. Aquella costa de los jazmines y de las damas de noche no tenía ni banderas verdes ni rojas. Ni mareas ni oleajes. Quizás alguna que otra resaca a la que te arrastraba la ría de cerveza de una noche de verano. Era la costa de los cines en la que Sevilla esperaba para irse a Chipiona o para quedarse en barbecho porque no alcanzaba para Matalascañas.

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