Suscríbete a
ABC Premium

Reloj de arena

Maribel Quiñones, La Martirio: La insumisa del bloque

Las portadas de las revistas francesas la presentaban así, como metáfora visual de un país de algarrobas y anisetes a la búsqueda de la modernidad, de otros gustos y paladares más actuales

Silvio, Martirio y Pive Amador celebrando en 1989 el Día Mundial del Beticismo Archivo Pive Amador
Félix Machuca

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La Martirió nació en Sevilla. Maribel Quiñones en Huelva. El personaje, tan rompedor, iconoclasta y atractivo que fue la Martirio se perfiló como uno de los iconos de la cultura pop que elevó a categoría de insumisas a las maris , ... a la maruja del híper, a la mujer de los ochenta que estaba atacá por la realidad que la sobrepasaba, los niños, el carrito del súper, las tareas de la casa, el horizonte social de su bloque y el chándal y los tacones como puesta de largo de sus fines de semana en el comedero sexual del video comunitario. Aquella mujer a la que le cantaba La Martirio estaba mala, como ella misma diagnosticó, presa de un rol insoportable y a la espera de que una heroína la rescatara de sus rejas existenciales. Y La Martirio asumió ese papel, consciente o inconscientemente, como fuera, pero lo asumió y acudió al rescate de tanta mari de bloque y de polígono que sufría lo que la artista cantaba en sus letras: «Estoy atacá/ estoy atacá / mal palo en las costillas a ti te den / por los traguitos que tú me haces pasar.» Lo que en principio deslumbraba por su puesta en escena, era como si a la Dama de Elche le hubieran puestos gafas de sol, una olla exprés por peineta y un desparpajo femenino en las letanías de sus sevillanas, se fue convirtiendo con el tiempo en uno de los símbolos más desacomplejados de la cultura de masas española. Las portadas de las revistas francesas la presentaban así, como metáfora visual de un país de algarrobas y anisetes a la búsqueda de la modernidad, de otros gustos y paladares más actuales. Pive Amador me asegura que La Martirio, el personaje, nació en una actuación en Sevilla donde tanto él como Kiko Veneno, el mentor musical del arranque de su carrera, la vieron actuar con sus gafas negras . El resto se lo añadiría Carmen de Giles y el grupo de diseño Freedoor, que la vistió y le elaboró aquellas peinetas gigantescas, tanto en dimensiones como en ingenio, que fueron para Maribel lo que las camisas de flores de mangas anchas que se cosía para sí mismo Miguel de Molina .

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia