La Madeja: la ministra Mary Poppins
Raquel Sánchez viajó el viernes por fin a Sevilla y se sacó de la cartera un montón de noticias medianas, ninguna grande
El alcalde, Antonio Muñoz, con la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, en el Ayuntamiento
El informe que están preparando Ayesa y Fehcor sobre la mejor solución para cerrar la SE-40 en el tramo que ha de superar el río Guadalquivir va a proponer un puente . Eso lo saben hasta los hebreos. Es una cuestión de pasta. ... El Gobierno paró los túneles por dinero y la milonga geológica ya no se la cree ni el Tato después de la obra del subterráneo bajo el Támesis en Londres , que el propio Ministerio calificó como muy similar a la de Sevilla. Es más barato deshacer el contrato de la tuneladora, indemnizar a las adjudicatarias y ejecutar un paso elevado que culminar la obra de ingeniería moderna que realmente necesita la capital andaluza. El túnel era una solución de vanguardia para todo el territorio , no sólo Sevilla, en tanto que esta ciudad es un nudo de comunicaciones que conecta el levante con el poniente andaluz. El transporte por carretera se ahorraría nada menos que media hora de tránsito con el subterráneo parar ir desde Granada a Huelva o desde Extremadura a Cádiz, pero este avance tan vertebrador importa menos que el presupuesto. Y como Andalucía no protesta, Madrid no sufre. Ergo tendremos el puente que descartó la Declaración de Impacto Ambiental encargada al comienzo del proyecto por su incidencia en el estuario. Y ahora habrá que estudiar el gálibo para garantizar que pasen los barcos por abajo y los pájaros de Doñana por arriba. Pero sobre todo habrá que compatibilizar este nuevo mamotreto visual con la operatividad de la Base del Copero, cuyas alegaciones a la obra son de perogrullo. ¿Saben qué va a pasar con esto? Recuerden lo de la Torre Pelli. Cuando se proyectó el rascacielos, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea denunció que el edificio afectaba al tráfico aéreo. ¿Cuál fue la solución? Cambiar el tráfico aéreo . Ya se pueden imaginar lo que el Gobierno puede hacer con el Copero. Lo mismo que el chiste del pianista cateto: arrimarse al teclado tirando del piano, no acercando la banqueta. Lo dice el refrán: por dinero baila el perro.
La Torre Pelli afectaba al tráfico aéreo y cambiaron... el tráfico aéreo. ¿Qué pasará con el Copero?
En estas circunstancias, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, viajó por fin el viernes a Sevilla, después de habernos dejado tirados hace un mes para darle su sitio a María Jesús Montero en el anuncio de la financiación del metro, para darnos un lote de placebo. Su cartera ministerial parecía el bolso de Mary Poppins: las obras del aeropuerto se inaugurarán en marzo, el otro sentido del desvío del puente se abrirá la noche del 7 al 8 de marzo (del parón de las obras blablablá) y el anteproyecto del cierre de la SE-40 se someterá a información pública antes de que termine el año, aunque sin decir que será un puente. Nada nuevo bajo el sol. Todo lo que anunció se sabía ya o era de carácter logístico y burocrático. Los grandes temas se quedaron otra vez en la cartera. La pelota del metro se quedó sobre el tejado de la Junta, la conexión ferroviaria con el aeropuerto se le olvidó en Madrid y el resto de la SE-40 sigue siendo una entelequia. Así es este Gobierno con Sevilla: supercalifragilístico espialidoso.
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Lo que pasará...
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