El Defensor del Abogado del Colegio de Sevilla atiende 200 quejas en dos años

Al frente de esta comisión está el propio decano, pero quienes llevan el día a día de la misma y son los responsables de gestionar todas las quejas que llegan a través del breve formulario que hay en la web del colegio son los vocales María Jesús Gimeno y Juan Piñeyro .

El espíritu con el que nació esta idea está marcado a fuego en estos dos letrados y no es otro que hacer que el colegiado sea vea amparado por el Colegio al que pertenece y «no se encuentre en soledad a la hora de quejarse o reivindicar» de una situación anormal frente a jueves, fiscales o funcionarios.

Las doscientas quejas que han gestionado desde hace dos años se dividen en tres grandes bloques: trato desconsiderado hacia los letrados, retrasos acumulados en las causas judiciales abierta, no sólo en los señalamientos, sino también en la redacción de sentencias. Los retrasos llegan hasta las ejecutorias y entregas de dinero consignados.

El tercer bloque es la situación de las dependencias de la Administración de Justicia . Algunos son «problemas endémicos» de la Justicia sevillana. Sin identificar cuál, muchas quejas apuntan a retrasos en algunos juzgados de Primera Instancia. Y en la jurisdicción laboral los retrasos «son de todo punto injustificados».

Una vez la comisión recibe la queja, que siempre tiene que ir identificada con nombre y apellidos, Juan Piñeyro y María Jesús Gimeno se ponen manos a la obra para intentar dar una solución a la situación denunciada, siempre con el propósito de buscar un entendimiento entre las partes sin que el conflicto llegue a más .

Para ello se plantan en el despacho del juez aludido, del fiscal en cuestión, del juez decano de Sevilla, el fiscal jefe o la secretaria coordinadora provincial, al frente de los letrados de la Administración de Justicia. Pero también, si es necesario, llaman a la puerta de la Consejería de Justicia, la Guardia Civil o la Dirección General de Tráfico , y lo hacen con la fuerza que tiene ir en nombre del Colegio de Abogados de Sevilla , el cuarto de España.

En la práctica, la casuística es amplia. Han tenido que luchar para que la Dirección General de Tráfico otorgara a los abogados la legitimación para actuar como gestor ante cualquier trámite como el cambio de titularidad de un vehículo. Han logrado darle la vuelta a situaciones a veces absurdas.

Con la pandemia se ordenó por parte de la Consejería de Justicia dejar inutilizados por completo los bancos que hay en los espacios comunes de los edificios judiciales. Un año y medio después, el Colegio de Abogados pidió que se volvieran a usar con las medidas de distancias oportunas, evitando que los ciudadanos y profesionales tengan que esperar de pie horas para entrar en un juicio.

Han conseguido más mamparas de seguridad para los juzgados de Morón de la Frontera , que al tener próxima la prisión acogía muchas declaraciones; que dejen pasar a los abogados a los juzgados en los tiempos de duras restricciones en los accesos o una resolver una situación de bloqueo ante el Instituto de Medicina Legal de Huelva .

El pasado verano instaron a la administración competente a instalar un toldo en el exterior del edificio Noga , que acoge los juzgados de lo Penal, que aliviara las esperas bajo el sol. Este año insistirán si no se mejoran las medidas de acceso a a esta sede.

Eso sí, el modo de trabajo ante las quejas está medido desde la precaución y el respeto. Van paso a paso. «No presentan una demanda directamente ante el Tribunal Supremo» , subrayan. Primero van a superior de la persona implicada, y después al siguiente cargo con responsabilidad. Así, hasta que el malentendido o el problema en cuestión llegue a buen cauce. «Hay que agotar todas las vías».

Gimeno y Piñeyro coinciden en resaltar la buena acogida que ha tenido la comisión entre los operadores jurídicos e instituciones con los que se han reunido para abordar cualquier queja: juez decano, secretaria coordinadora de los Letrados de la Administración de Justicia, el presidente de la Audiencia, la Fiscalía, la Guardia Civil, los jueces y los funcionarios. Pero también la Consejería que dirige Juan Marín a través de sus tres directores generales en el ámbito de Justicia.

«Es una idea innovadora que sirve para acercar posturas». Y todo por el bien de la Justicia. «El Defensor del Abogado es otro vehículo más para poner en evidencia las carencias de la Justicia», afirma Piñeyro.

A pesar de que el coronavirus ha desviado un poco la hoja de ruta marcada, la comisión tiene entre sus objetivos formar parte de las inspecciones del Consejo General del Poder Judicial a los juzgados. Lo recoge la ley y «tenemos muchos que decir» al respecto.

Ya lo han pedido al juez decano de Sevilla, Francisco Guerrero, y al expresidente de la Audiencia, Damián Álvarez, y no cejarán en su empeño. De forma paralela están trabajando para crear un protocolo de actuación a la hora de presentar una queja ante el Poder Judicial. En este tiempo la comisión ha interpuesto dos quejas formales, una de ellas ante la Dirección General de Tráfico.