La Madeja
La antiferia cateta
En este sucedáneo está mal todo: es peligroso, es hortera y, sobre todo, es antisevillano
Pandemia aparte, que parece mentira que desde la Junta nos tengan que poner la cara colorada para evitar las bullas feriales, lo de la recreación de la Feria en el Centro es una horterada antisevillana. Se ve que Espadas no tiene suerte en sus decisiones ... sobre esta fiesta principal de la ciudad. El año pasado proclamó aquello de que tenía que venir la Organización Mundial de la Salud a suspenderlo todo. Y este año, ante la evidencia de que el virus mata, ha optado por terminar de desnaturalizar este acontecimiento con la excusa de la salvación económica impulsando un engendro llamado 'Sevilla en abril 2021' , que consiste en trasladar el 'ambiente ferial' al casco histórico. En otras ciudades andaluzas como Málaga o Almería se hace así porque esa es su tradición y por eso sus ferias tienen una idiosincrasia particular. Pero en Sevilla la Feria tiene otra naturaleza: se celebra en un real que emula el del ganado promovido por la reina Isabel II, donde se recrea una ciudad efímera con una estética propia . Por lo tanto, poner el alumbrado en la plaza del Salvador con los mismos postes que se usan en el llano de Los Remedios es ridículo. Es como si asfaltaran las aceras del real. O como casarse vestido de nazareno. No se trata inmovilismo ni purismo ni nada de eso. Al contrario, la Feria evoluciona muchísimo y por eso es un acontecimiento tan atractivo, pero lo hace dentro de los límites de su esencia para seguir siendo la Feria de Sevilla y no la de cualquier otro lugar. La moda flamenca es el mejor ejemplo. Los trajes típicos de fallera, baturro o payés llevan siglos sin cambiar, pero los de flamenca se renuevan cada año , no hay dos iguales y tienen decenas de posibilidades, siempre dentro de unos patrones. Lo mismo pasa con la música y la danza. Las sevillanas están vivas y siempre hay letras y melodías nuevas, así como coreografías rompedoras, mientras que el aurresku o la muñeira no se transforman . Por lo tanto, la fiesta sevillana es la más vanguardista de todas las que se celebran en España. Pero tiene unas reglas que un sevillano nunca rompería.
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Tan cambiante es la Feria que el propio Espadas modificó sus fechas de celebración y lo que históricamente había sido el lunes del 'pescaíto' ahora es el sábado. Y no pasó nada. Pero recrear el 'ambiente ferial' en las calles del Centro es una ordinariez . El año pasado, en pleno confinamiento, los sevillanos dimos una lección de responsabilidad y de arraigo al mismo tiempo adornando nuestras casas con guirnaldas y farolillos. Fue una forma de hacer frente a la angustia de la pandemia cumpliendo todas las restricciones. Pero esa expresión natural de la gente es una cosa y la iniciativa del propio Ayuntamiento es otra. Primero porque promueve el tópico de Sevilla como ciudad de pandereta montando una Feria de garrafón y de paella para guiris, un decorado de espagueti western. Segundo porque incita a las aglomeraciones en bares, que nada tienen que ver con las colas organizadas de los templos, cuando aún está el virus en su apogeo y apenas llegan vacunas. Y tercero porque se produce una discriminación insoportable: ¿podemos bailar sevillanas y no ir a los toros? Estamos en lo de siempre. Lo que la gente había organizado con un extraordinario sentido de la medida se ha ido al garete en cuanto se ha metido el Ayuntamiento, que encima nos alienta a vestirnos de corto. ¿Sabe usted si en las fechas de la Feria abrirán la frontera con Portugal? Es que estoy viendo planes.
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