entrevista
El director del IES Polígono Sur: «Tener alumnos de toda Sevilla y otras provincias se debe al esfuerzo de muchos años y de muchos profesores»
Este instituto, situado en una de las zonas más pobres de España, imparte quince ciclos de FP muy valorados por la comunidad educativa de toda Andalucía
«A veces los padres llaman al instituto con miedo y yo les digo que vengan y lo vean»
«Los maestros tenemos dos meses de vacaciones de verano, Navidad y Feria, pero no es lo mismo estar seis horas en clase con niños que en un despacho»
Antonio Blázquez es licenciado en Matemáticas y máster en Informática, actividad a la que se dedicó durante los primeros años de su vida profesional antes de ejercer la docencia. Este profesor astigitano llegó en 2005 al Polígono Sur de Sevilla y en el instituto que ... lleva su nombre, que cuenta con casi mil alumnos y más de cien profesores, ha desempeñado distintas responsabilidades, entre ellas la de secretario y coordinador TIC. Desde 2022 es el director.
-Su instituto está situado en uno de los barrios más pobres de España, del que se suele hablar en las páginas de sucesos de los periódicos. Sin embargo, al IES Polígono Sur vienen alumnos de toda Sevilla y de muchos pueblos de su provincia, incluso de otras provincias cercanas, a estudiar alguno de sus quince ciclos de Formación Profesional. ¿Cuál es el secreto?
-Nuestro instituto se fundó a principios de los años 80 del pasado siglo como un centro exclusivamente de Formación Profesional. Con la entrada de la Logse, se convirtió en un instituto de Educación Secundaria y Bachillerato. Fuimos de los primeros en impartir los ciclos de automoción, electricidad y electrónica, e informática. También dimos dese el principios el ciclo de animación socio-cultural y turística y el de administración, es decir, cinco familias profesionales. Luego hemos ido ampliando la oferta. Esto es fruto de un trabajo de muchos años de muchos profesores que han luchado mucho en estos casi cincuenta años y también es fruto de una apuesta de la Administración.
-¿Hay mucha rotación de profesores?
-Está en torno a un 20/25 por ciento. En todo el Polígono Sur existe una bolsa de puestos específicos para trabajar exclusivamente en colegios e institutos de la zona. Eso facilita la continuidad del profesorado. Tenemos 55 unidades y 101 profesores.
-Tienen casi mil alumnos.
-Empezamos el curso con más de mil pero hay algunos que abandonan los ciclos porque encuentran trabajo y no pueden compaginarlo. En Formación Profesional los profesores se quedan casi todos, si es que pueden. Las clases son de sólo 20 alumnos, cuando lo normal en otros institutos de FP es tener 30. Tenemos a unos 700 alumnos en los distintos ciclos.
-¿Todos sus estudiantes son jóvenes o los hay también de edades mayores?
-En la Formación Profesional tenemos alumnos desde los 15 años a los 50 y pico. Aunque son los menos, tenemos gente de esa edad que tiene ya una formación, pero quiere adquirir otra. O reciclarse. Nosotros estamos certificando aptitudes profesionales en transportes y mantenimiento de vehículos que han trabajado en un taller toda su vida pero no están acreditados profesionalmente. Y, a través de este procedimiento, obtienen esta acreditación por su experiencia profesional. Se les hace una evaluación y se les certifica. Tenemos 15 ciclos formativos, dos formaciones profesionales básicas y dos cursos de especialización.
-Su instituto está entre los más reconocidos y valorados de Sevilla en Formación Profesional.
-Las empresas que trabajan con nosotros tienen una muy buena opinión del centro y siguen contando con el instituto. Y nos llaman para pedirnos profesionales, cuando no los encuentran.
-Conseguir eso en una zona como Polígono Sur no debe de ser fácil...
-Estoy orgulloso de la formación que damos y, efectivamente, nuestro entorno no es el más favorable. Nuestro objetivo es formar al alumnado y creo que en eso somos buenos.
-Tienen unos 200 alumnos en el tramo de enseñanza obligatoria, de primero a cuarto de la ESO. ¿Cómo se desarrolla ahí el proceso de aprendizaje?
-La mayor parte del alumnado de FP no es del barrio, pero en la ESO prácticamente todos son del Polígono Sur. Hay bastante población inmigrante, más en la FP que en la ESO, donde tenemos principalmente muchos sudamericanos, senegaleses, nigerianos y marroquíes. Con los alumnos de estas tres nacionalidades tenemos problemas de comunicación por el idioma, sobre todo al principio. En la ESO tenemos muchísimo absentismo y la mayoría de las familias no tienen normalizado que sus hijos tengan que estudiar. Son buenas familias pero muy humildes. Muchas son muy trabajadoras pero no tienen trabajos cualificados en la hostelería, limpieza o cuidado de mayores. Y muchas viven de la recogida de chatarra, o de venta en mercadillos ambulantes, y no entienden la importancia del estudio. La aspiración que tienen es que los niños, cuando cumplan una edad mínima, ayuden al padre a buscarse la vida. Evidentemente, con estas condiciones todo cuesta mucho más. Y todos los recursos humanos que tenemos para convivencia se destinan casi en tu totalidad a primero y segundo de la ESO. Eso se lleva mucho de nuestro trabajo diario.
-¿Son clases problemáticas?
-Sí, porque muchos alumnos no quieren estar ahí. Pero lo tenemos bastante controlado gracias a los recursos educativos de los que disponemos. Nosotros tenemos a dos profesores en todas las clases de primero y segundo de ESO, lo cual ayuda mucho. Destinamos muchos recursos destinados a la diversidad porque hay muchos alumnos con un gran déficit de conocimientos y la doble docencia en el aula se dedica principalmente a eso. Y eso también se nota en la convivencia, aunque nosotros somos muy severos con eso.
-¿Cómo de severos?
-Llamamos siempre a la madre y hemos puesto en marcha cuatro recursos educativos para afrontar estos problemas de convivencia. Hemos abierto lo que denominamos el aula-huésped, de tal manera que cuando un alumno de la ESO está incordiando en clase -y no deja trabajar a los demás- se le lleva a un aula de Formación Profesional. Fuera de su ámbito, con alumnos de 20 años o más, este alumno suele portarse mejor. También tenemos el aula de convivencia en la que trabajamos con los alumnos problemáticos, pero que consideramos recuperables. Les enseñamos a gestionar mejor sus emociones, el saber estar y las buenas maneras.
-¿Nunca expulsan a nadie?
-Hay alumnos en esos dos primeros cursos de la ESO que buscan la expulsión del centro porque no quieren ir. La lían en clase para que los echemos y tener una «falta justificada». Es lo que llamamos «absentismo encubierto». Y los expulsamos del aula pero no del centro mandándolos a un aula especial con un profesor y un educador social. También tenemos un equipo de mentoría y de gestión emocional.
-¡Cuánto darían muchos colegios e institutos de Sevilla por tener esos equipos!
-No me puedo quejar de los medios que se nos han facilitado la Administración educativa teniendo en cuenta las características de esta zona.
-¿Hay alumnos irrecuperables?
-Desgraciadamente, sí. Pero nosotros siempre lo intentamos, no dejamos a nadie atrás. Lo que pasa es que muchas veces no quieren ni ellos ni sus familias.
-¿En cuántos colegios o institutos de Sevilla se disponen de dos profesores por aula?
-No lo sé exactamente pero serán muy pocos. De los cuatro institutos que hay en Polígono Sur, tres disponemos de doble docencia en primero y segundo de ESO.
-¿Cuál es el nivel de absentismo en estos cursos de la ESO?
-Estamos en torno al 40 por ciento y eso que hemos logrado bajarlo respecto a los años anteriores.
-¿Qué porcentaje llegaron a alcanzar?
-El 60 por ciento. Estamos muy encima de este tema pero la situación social del barrio es así. Yo tengo ahora mismo 113 expedientes abiertos de absentismo. El Covid nos hizo mucho daño y ahora empezamos a recuperar la situación anterior. Estamos con el mismo absentismo de 2017, es decir, antes de la pandemia.
-Tienen cuarenta alumnos cursando Bachillerato. ¿Cuántos lo acaban y cuántos llegan a la universidad?
-Para primero de Bachillerato del próximo curso disponemos de 30 plazas y sólo nos han llegado 7 u 8 solicitudes de alumnos. Tenemos muy poco alumnado aquí que quiera hacer Bachillerato. Este año tenemos casi treinta alumnos cursando primero de Bachillerato, la cifra más álta que yo recuerde de los últimos años, pero en segundo de bachillerato sólo tenemos a 5 ó 6. Y la PVAU la suelen realizar dos.
-¿Y la aprueban?
-Sí, porque están muy motivados. Tenemos convenios con la Fundación Alalá para que estos alumnos puedan cursar estudios en la Universidad Loyola y eso les motiva mucho. Sin esos convenios, no podrían estudiar en la universidad porque sus padres no tienen dinero para pagarles la matrícula.
—¿Eso disuade a los alumnos de plantearse continuar sus estudios?
-Sí, los frena mucho desde la ESO.
-¿Y no los frena también el hecho de poder ganar mucho dinero de una forma fácil y sin mucho esfuerzo?
-Tenemos pocos alumnos cuyas familias sean narcotraficantes. Aunque alguno habrá que vea que es fácil ganar dinero sin estudiar. No creo que sea más del 1 por ciento de nuestros alumnos de la ESO.
-Supongo que los antiguos alumnos de su instituto que lograron graduarse en la universidad serán el mejor ejemplo para los actuales que quieran seguir estudiando.
-Sí, los invitamos todos los años al instituto para que den una charla a los de bachillerato y segundo ciclo de la ESO. En la FP también invitamos a antiguos alumnos que trabajan en empresas o han montado la suya propia.
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